La actual crisis política que hoy venimos padeciendo los venezolanos se hubiesen resuelto en su casi totalidad si tuviéramos un Poder Judicial totalmente independiente, sin presión del gobierno.
El Tribunal Supremo de Justicia, una instancia que componen el Poder Judicial, actualmente podemos decir que tenemos unos integrantes que carecen de validez para ejercer dichos cargos, el Art 263 de la CBRV nos describe de cuáles son las cualidades o requisitos para poder ejercer dichos cargos y si revisamos los currículos de los mismos nos daremos de cuenta que no cumplen con lo que el Art. Expone.
Toda la controversia surgida entre el gobierno y la oposición recaen en decisión del TSJ, competencia que legalmente según la CBRV en su Art. 266 le confiere, por lo tanto toda decisión que sea tomada y que de una manera afecte o sea en contra del gobierno, en la Asamblea Nacional, donde la oposición tiene mayoría parlamentaria, se verá afectada por este TSJ.
Considero que los magistrados titulares y suplentes, nombrados en el 2010 y 2015 deben de ser revisados ya que no cumplen los requisitos exigidos en el Art. 263 de la CBRV, agotar todas las vías posibles para revertir tal anomalía, el Tribunal Supremo de Justicia debe de ser compuestos por magistrados que no tengan ni hayan tenido participación en la política, que no hayan ejercido cargos de elección popular.
Podemos exigir ante las mesas de dialogo que se vienen dando entre las cúpulas del Gobierno-PSUV y la de la Oposición-MUD, también existen maneras constitucionales para solventar esa falla, por la vía de la enmienda constitucional u organizarnos para solicitar una CONSTITUYENTE.
No podrá haber confianza de la inversión nacional y extranjera para tratar de reactivar la producción nacional, no tendremos un estado de derecho con un TSJ de la manera como está conformada.
Se hace imperiosa la necesidad de organización de quienes no nos sentimos representados en esa masa de dialogo, elevar nuestra voz de protesta para que de verdad sean discutidos los verdaderos problemas que nos aquejan y que no sea solo la discusión a los intereses de las cúpulas.
