Así me siento ahora que Maduro maneja nuestro autobús

No sé si se han dado cuenta, pero esto se está poniendo realmente feo aquí en nuestra querida y maltratada --- o manoseada, como dijo Alí Priemera --- Venezuela.

Cuando primero llegué a Venezuela, desde Canadá, en los años 1970, Canadá ya era considerado uno de los “mejores países del mundo,” avanzado, rico, organizado, con una muy buena y confiable infraestructura, y con buenos servicios sociales accesibles a todos.

Era, y sigue siendo un país muy limpio, con relativamente bajos niveles de delincuencia y corrupción, y poco saboteo interno.

Básicamente, Canadá en aquellos tiempos era todo lo opuesto de la Venezuela de aquellos tiempos.

Para una persona criada en el norte “civilizado,” Venezuela era una “republica bananera” donde existían solamente dos clases sociales, la minoría “blanca” que mandaba, y la gran mayoría “india” esclavizada, pobre, e ignorante, como en la serie televisiva El Zorro.

Pero también era un país de grandes misterios, de El Dorado, de selvas exóticas, de tribus Indígenas feroces, de los tiempos de piedra, y de animales salvajes únicos en el mundo, un poco al estilo de las viejas películas de Trazan.

En la casa, creciendo en Canadá, no tuvimos televisor hasta que yo tenía 10 años de edad, pero no me importaba mucho de todas maneras ya que no me interesaba mucho la televisión, excepto algunas series de aventura que veía de vez en cuando, como The Wild Wild West (Oeste Salvaje), Misión Imposible, y Tarzan, las cuales me incitaron a investigar más sobre los misterios de la vida y del mundo, y crearon en mi el deseo de ser un gran aventurero.

Eso hice.

El tercer país extranjero que conocí en mi vida fue Venezuela, ese país del caos maravilloso, y salvaje, desordenado, misterioso, peligroso, sucio, errático, era para mí entonces una gran aventura llegar a Venezuela desde Canadá, era como arribar al África salvaje, o como retroceder en el tiempo unos 100 años.

El asunto era muy romántico, realmente, como en las películas --- me enamoré de Venezuela, y de mi esposa --- pero en aquel entonces yo era joven, fuerte, listo, y hermoso.

Hoy soy viejo, débil, lento, y feo, entonces mi perspectiva ahora es un poco diferente a la de entonces.

Creo que todos sabemos que esa Venezuela de antes cambió bastante durante el tiempo de Chávez.

Seamos chavistas u opositores, no se puede negar que más o menos entre el 2004 y el 2012, Venezuela pasó de ser una “republica bananera” a ser un país conocido a nivel mundial por sus grandes avances sociales y su potencia petrolera, e internamente --- entre otras cosas --- reconocido por el masivo incremento en construcciones de viviendas, sistemas de metro, de trenes, de cables, y de grandes infraestructuras, y la creación de miles de nuevas obras, programas, misiones, instrumentos operativos sociales, instituciones, etc.

En los ojos de algunas personas se pudiera decir que durante el tiempo de Chávez, Venezuela pasó de ser una “republica bananera” a ser un país algo parecido a Canadá, sin la nieve.

Pero eso se acabó.

Hace como cinco días atrás, aquí donde me encuentro desde hace varias semanas, en Venezuela, llovió muchísimo una noche, y en la mañana habían árboles en las calles, alcantarillas tapadas, calles inundadas, y basura por todos lados.

Tal resultado después de fuertes lluvias es difícil evitar, o controlar, aun si la municipalidad o el ministerio que se ocupa de las carreteras hacen el mantenimiento regular, porque es imposible controlar la cantidad de tierra y árboles que se caen de las montañas … entonces, uno se acomodo, y acepta esa realidad sin quejarse demasiado.

Pero hay otras realidades que son casi imposibles aceptar sin tener las ganas de lanzarle piedras a alguien.

Es la segunda vez desde que ando por estos lados que llueve tan fuerte durante tantas horas y que las cosas se caen a pedazos, pero aparte de que los árboles y las montañas se caen y estorban, también se caen las líneas de teléfono Movilnet (empresa gubernamental), y Movistar (empresa privada) …

… pero no es que se caigan así como los árboles, que caen, y que el día siguiente los obreros de la municipalidad los recogen, no, sino que pasan varios días sin arreglarse el asunto.

La última vez fueron 3 días sin el servicio telefónico completo, y ahora ya van casi 8 días sin el servicio de teléfono e internet (por data) completo y adecuado.

Las señales se apagan y se prenden, solitas, mágicamente, misteriosamente, se van un minuto, y vuelven en un segundo, y enseguida se van durante otros segundos, minutos, u horas, y regresan esporádicamente para frustrarme cada vez más.

Grrrrr …

Nada funciona como debe ser, todas las señales y las transferencias de data se encuentran totalmente discombobuladas, caóticas, sin controles.

No sé si esto está ocurriendo solamente donde me encuentro ahora, o a nivel nacional, no lo sé, pero esto es totalmente inaceptable.

Me recuerdo que una de las muchas cosas que casi nunca funcionaban bien aquí en Venezuela en los años 1970, era el sistema de teléfono.

Era como si a nadie le importaba que nada funcione bien, la gente se quejaba, pero nada pasaba, las líneas se caían, y las dejaban así, era horrible, pero en aquel entonces existía una gran diferencia en comparación con hoy --- uno no dependía de la telefonía para poder ser productivo.

Hoy la cosa es muy diferente, yo por ejemplo, dependo casi 100% de la telefonía para hacer las cosas que hago, para ser productivo, y creo que una parte importante de la población hoy también depende de la telefonía para poder funcionar efectivamente … y de manera productiva … ¿O no?

Maduro siempre habla de ser productivo, bla, bla, bla …

”¡Hay que ser productivo!”

¿Entonces?

¿Cuál es el chiste, Maduro?

Siendo una empresa privada, Movilstar puede hacer lo que les dé la gana, si no quieren invertir en el mantenimiento, bien, que no lo hagan entonces, y perderán clientes, pero Movilnet es una empresa gubernamental, una enorme empresa de la cual una parte muy importante del país depende para poder ser productivo, Movilnet debe sin falta asegurar la alta calidad de sus servicios, infraestructura, y mantenimiento.

No existe otra opción.

Es una obligación absoluta.

¿Saben como me siento?

Siento que estamos retornando al pasado.

Veo las imágenes en mi cabeza.

Del pasado.

De Venezuela.

Donde nada funcionaba.

Donde nadie se ocupaba del mantenimiento.

Donde a nadie le importaba nada.

Donde el empleado o funcionario no tenia ninguna razón valida, ni la voluntad, de ocuparse de las cosas o de hacerlas bien ya que su salario era un salario de pobres, era una miseria, era un salario, como hoy, bajo el mando de Maduro, que no sirve de nada, ni para nada, ni para el mínimo de las necesidades.

En alrededor de 15 años hemos pasado de ser uno de los países más pobres, desorganizados, y socialmente inconscientes del mundo (antes de Chávez), a ser uno de los países más ricos, organizados, y socialmente conscientes del sur del planeta (durante Chávez), a ser otra vez uno de los países más pobres, desorganizados, y socialmente inconscientes del planeta (depuse de Chávez).

Que desgracia.

Es como tener un autobús donde ninguno de los cambios de caja (transmisión) hacia adelante funcionan, y solamente se puede manejarlo en retroceso.

Así me siento ahora que Maduro maneja nuestro autobús.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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