Esta vida de hoy, que nada tiene que ver con el filósofo espiritual, amoroso y solidario hombre que fue Jesús de Nazaret, poeta moral y un comando de la fe y la esperanza, no es precisamente la de las vidrieras adornadas a lo San Nicolás.
La acciones de la vida están tan alejadas de lo más sensible del ser humano, que por allí anda molesta la Derecha de Israel y muy furiosa la Derecha estadounidense integrada por el empresariado que son los republicanos y demócratas, simplemente porque ayer su presidente actual Barack Obama tomó la decisión de que ese país se abstuviera de “… bloquear en la ONU una condena a la expansión de los asentamientos irregulares israelíes en territorios palestinos ocupados”.
O sea, lo que estaría buenísimo es que los israelitas siguiesen matando a palos a los palestinos y robándole sus tierras, como han estado haciendo desde hace décadas. Como se aprecia, este accionar maligno, nada tiene que ver con el Niño Jesús que nace un día como hoy.
Como tampoco tiene que ver con el Hijo de Dios, las palabras emitidas por El sacerdote jesuita Arturo Sosa –que ahora es el jefe de la Compañía de Jesús (el papa Negro, como suelen decir), quien habría afirmado que ”…no es propio de una democracia tener presos políticos, ojalá tuviéramos una navidad sin presos políticos, una navidad sin insultarnos mutuamente en lugar de buscar el modo de entendernos y encontrar caminos comunes para solucionar los problemas”.
Por lo que dice el jefe de la Compañía de Jesús, el Padre Arturo Sosa, es superfino, aplaudible, bendecible, condecorable, ético y moral, que sujetos identificados de la oposición venezolana hayan auspiciado tanto daño al país, bien en lo material como en lo físico y espiritual, porque de que ocasionaron muchas víctimas las ocasionaron.
Entonces, se actúa criminalmente generando muerte, heridos, llanto y mucho dolor, y de inmediato se montan una capucha de políticos inocentes y debe corresponder al gobierno de la revolución bolivariana actuar como un perdona vidas y soltar a esos sujetos estupendos emprendedores del capitalismo avasallador que continúa ahogando al país.
No contentos con las víctimas y bienes que se han perdido en la nación (desde que Hugo Chávez asumió el poder), se ve muy claro que, de lo que se trata es de un llanto por la pérdida de los beneficios que el poder les permitía los agresores.
Por ese se tipo de realidad de la vida actual, nada acorde con Jesús de Nazaret ni su ejemplar vida llena de amor y sacrificios, es que persiste el resquebrajamiento, el deterioro vivaz de la iglesia que dice seguir y exaltar al Niño Jesús, a Jesús de Nazaret y a Jesús El Cristo.
Que lo diga alguno de los abanderados mentirosos y enemigos de la revolución bolivariana no preocupa tanto como que lo exprese el padre Arturo Sosa, aquel siempre consultado en Gumilla, detrás del edificio del Ministerio de los educadores, cerca de la famosa Torre de la Prensa, hoy sede del Minci.
Lo que ocurre en esta vida –parece que al que le preocupa y lo expresa con sensatez es al Papa Francisco, más no a unos cuantos de sus presuntos seguidores- con ese capitalismo avasallante que lleva de nuevo a los europeos y a sus descendientes como EE.UU., a continuar robando los recursos en el Medio Oriente, África y en partes de nuestra América Patriota, tampoco nada tiene que ver con el solidario Jesús, su padre Dios ni con el espíritu Santo.
Pero si la sociedad de cómplices (empresarios capitalistas, clero, oligarquía, militares y políticos deshonestos) cree que esta, la de hoy, es la vida del Niño Jesús que hay que celebrar, pues entonces la gente debe apartarse lo más pronto posible, porque nada de la celebración coloreada y bañada de ventas, compras, exhibiciones y estrenos que tienen para hoy y para el Año Nuevo, eso nada tiene que ver ni con Jesús ni con la mayoría de la población que cree muy esperanzadora y mucho menos con los medios de comunicación que hoy existen.