Son tiempos procelosos, soplan vientos de soberbia y cualquier tonto toca tambores de guerra. Lo militar está en boca de la improvisación. El momento es delicado, cualquier error nos llevará por el camino del fascismo, dará rienda suelta al odio. Excusas no faltarán, el odio fabrica sus propias justificaciones, el miedo las apoya. Hoy trataremos un aspecto de la conducta de la dirigencia del PSUV. Las declaraciones de Pedro Carreño merecen estudio, veamos algunos párrafos de la noticia:
"Explicó que debido a la coyuntura violenta que está viviendo el país a causa de los llamados de calle de la derecha nacional, apoyada desde el extranjero y "bajo la suposición de que esta situación pudiera ir creciendo y generar una escalada mayor de violencia el PSUV tiene la altísima responsabilidad de incorporarse como cuerpos combatientes". Aseguró que existen actualmente en el país 10 mil 176 Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH), las cuales serán los cuerpos de este Plan de Encuadramiento de Defensa Integral. "Si los Estados Unidos sufrieron una derrota en Vietnam aquí se van a conseguir 13 mil 682 Vietnam que son la UBCH del país que van a estar preparadas. Los Estados Unidos no les tiene miedo a los tanques, a los misiles, a las plataformas de proyectiles balísticos intercontinentales porque eso son blancos objetivos de la aviación. ¿Saben a qué le tienen miedo? A los combatientes", aseveró."
Estos imprudentes parecen estar jugando a los soldaditos de plomo, a la guerrita. Calman las saudades de sus días de cuartel, forman batallones, divisiones en sus salas de guerra, y no se percatan del tobogán que pisan. La cosa no pasaría de una tremendura de viejos adolescentes sino fuera por el peligro de estos jueguitos en personas con la responsabilidad que ellos tienen.
El primer punto de la imprudente declaración, de la alocada acción, es su ilegalidad. A ningún partido le está permitido que se constituya en ejercito paramilitar, el uso de las armas está reservado a los militares y la unión civico-militar tiene su terreno en las milicias. Pero ese estudio se lo dejaremos a los abogados, a la Fiscal, al Defensor, que ojalá no esperen el ojo afuera para tomar las medidas, para manifestarse, cuando ya no valga Santa Lucia. Pero este ángulo noes el más importante.
Más importante es la muerte del Partido, ya el carnet le había dado un duro golpe, ya sacarlo de la constituyente por la puerta de atrás era una declaración de su inutilidad política, quedó fuera de la mayor operación política de los últimos años, nada más y nada menos que sustituir la Constitución de Chávez. Ahora se aparecen con esto de militarizar el partido, el tema es escabroso, pensemos algunas consecuencias y dudas.
¿Como será la disciplina de esos combatientes? ¿Se podrá discutir, se podrá disentir? ¿Cuál es la diferencia de estos contingentes con la milicia, cómo se coordinan con los mandos militares, quién los comanda? ¿Cuáles son sus objetivos? Se habla de prácticas antimotines, ¿quién determina cuándo es motín y cuándo manifestación pacifica? ¿Quién garantiza que estos cuerpos no se conviertan en una especie de "SS"? Y algo que está muy sobre la mesa hoy, ¿quién los juzgará, serán los militares, serán los tribunales civiles, se consideran "centinelas", una agresión a ellos es agresión a un militar? Hasta dónde llegarán sus funciones, podrán poner preso a alguien, quien decide eso?
Las preguntan son muchas y las respuestas son escasas. La dirección está desvirtuando la función del partido. Abandonaron el estudio, la formación, el estímulo a la ética revolucionaria, la discusión, la crítica y la autocrítica, la vigilancia revolucionaria, la preparación del apresto ético, moral. Recordemos que el partido debe ser vitrina del hombre nuevo, reunión de los mejores, ejemplo para la sociedad, sostén en las horas aciagas, último a la hora de los privilegios.
Las señales de deslizamiento hacia el fascismo son claras, a las declaraciones de insurgencia armada hecha por altos voceros, se suma esta militarización, y el paso a los tribunales militares de los manifestantes que rocen a un guardia, a un centinela.
El gobierno no puede dar respuesta política e ideológica a la arremetida de la derecha opositora porque no tiene diferencia con ella: los dos son capitalistas, entre ellos no hay diferencia sustanciales, sólo de forma, sólo de método. Necesariamente le queda lo militar, neutralizar la política. Qué otra cosa puede hacer con el partido sino distraerlocon la amenaza militar, cuál discusión de fondo puede haber que lo separe de la oposición. Los dos están de acuerdo con la propiedad privada de los medios de producción, en contra de las socializaciones que hizo Chávez, los dos están de acuerdo con privatizar la explotación petrolera, la explotación minera, con las zonas especiales, y ahora ninguno de los dos defiende la Constitución de Chávez.
No son días de rebaño, sólo las ideas valientes nos podrán salvar.
