No sería la primera vez que los pobres de la tierra eligen a sus verdugos. Esta constituyente del madurismo es la mayor y final jugada de la operación de traición al Chavismo. Con desfachatez, engañan, hablan de beneficios a los humildes, de paz, cuando en realidad buscan entregar la riqueza de la Patria a las trasnacionales y sumergir la nación en la barbarie capitalista; reafirmar la paz para los poseedores y expoliación para los pobres. Se convoca para derogar la Constitución de Chávez y se sigue hablando a nombre de esa Constitución ya apuñalada por la espalda. Se hace una convocatoria a todas luces amañada. Se llama a los empresarios para construir algo a favor de los humildes. Dejemos atrás todas estas raras características de la convocatoria constituyente del madurismo, concentrémonos en su posible acción.
Es mentira que sea una representación del soberano, se trata de una opereta, un teatro bufo del madurismo, un instrumento para sus nefastos objetivos, y así lo presentan: maduro amenaza con meter preso a quien le disgusta, el otro amenaza a la Fiscal, un vocero cuenta los días para llevar al patíbulo a los disidentes; todos los accionistas vociferan lo que hará la constituyente que todavía ni se ha elegido. Le dictan, con descaro, las instrucciones a la pobre constituyente.
De todas estas declaraciones se deduce que la constituyente tiene un guión ya escrito, que le será impuesto, dictado. Unos delegados adulantes lo aprobarán, otros estarán en desacuerdo pero callarán por disciplina; uno, quizá, se alzará con valentía ante tanto absurdo, tanta vileza y ese será calificado de infiltrado, vendido, traidor.
Imaginemos que se instala la constituyente, ¿cuál será el cuadro? El mismo día de su instalación, chocará con la asamblea nacional, reclamará aquellos recintos. Y aquí se presenta el primer entuerto: si la constituyente no logra más votos que la asamblea, como podrán decir que tiene más legitimidad.
Ya instalada, la constituyente tomará el control del país, elegirá un presidente de la asamblea constituyente y ratificará a maduro como presidente de la República, dos presidentes en un sólo país. Ya estará previsto quién será, para que todo quede en casa, pero recuerden lo que le pasó al Cabito Castro: confió en su compadre gómez y no volvió.
Ya instalados, ya superado el trauma de la elección del presidente de la asamblea constituyente, pasará lo que es inevitable, se presentará en el sagrado recinto constituyente la "señora división": los quinientos se dividirán en toletes con variados intereses, múltiples exigencias y antagónicos liderazgo. Y el caos de la calle también se reflejará inexorablemente en la constituyente. En esas circunstancias no hay contrapeso que mantenga la nave en curso, no hay rumbo, no existe líder, -recordemos que todos los poderes, en ese momento, fueron suspendidos- nadie se responsabiliza, nadie corre riesgo, no hay por qué.
El desequilibrio inevitable será propicio para la acción de otros actores, no olvidemos que el madurismo es minoría, por fuera hay muchos factores en juego. El desequilibrio, el vacío, es tentador para una salida, no ya anticonstitucional, porque no habrá Constitución, al contrario, su justificación sería restituir la Constitución.
No hay dudas, la constituyente de maduro es un engaño inmenso, un disparate destinado a fracasar y a abrir las puertas al fascismo. Frente a ese fraude la única salida es regresar al Chavismo. El diálogo que se plantea como alternativa es un reacomodo de la dominación capitalista, es regresar a la cuarta, enterrar definitivamente la esperanza socialista.
Sólo nos queda recalcar, repetir, que este desastre que abre las puertas al horror, no es atribuible al Chavismo, es de la exclusiva propiedad del lumpen sindicalero que asaltó a la esperanza.