El libre albedrío fue un invento teológico para justificar la imperfección de un ser supuestamente perfecto. Expone La Biblia que Dios creó a los seres humanos a su imagen y semejanza, entonces habría que pensar que los hombres y las mujeres deberían ser perfectos al igual a su creador. Lamentablemente, de acuerdo con lo esperado, la cosa no funcionó. No existen seres con más defectos que la gente. Ante tal escollo los autores de la doctrina de la fe inventaron el libre albedrío, o sea, que las personas tienen la potestad de elegir y tomar sus propias decisiones. Es decir, tanto el hombre como la mujer son responsables de sus propias determinaciones sin estar sujeto a presiones, necesidades o limitaciones o a una predeterminación divina. De esta manera Dios se sacude si a las personas le va bien o mal producto de una buena o mala decisión, respectivamente. En conclusión, el futuro de cada quien depende de nosotros mismos. Para mi, lo más sensato fue habernos creado perfectos y así el mundo sería un paraíso y no el infierno que se vive en la Tierra, producto de las decisiones, por lo general, erróneas de muchos de nuestros vecinos.
De acuerdo con el párrafo anterior los ladrones, los drogadictos, los asesinos, además de los homicidas en serie como Hitler, los Bush (padre e hijo), Obama y ahora Donald Trump matan a las personas, en muchos casos a millones, gracias a su libre albedrío. Sus actuaciones son consecuencia de sus brutales decisiones que desafortunadamente afectan al planeta.
Continuando con lo del libre albedrío puedo considerar que los brutos podrían dejar de ser obtusos si dedicaran parte de su tiempo a leer y estudiar para abandonar el estado de oscurantismo intelectual en que se encuentran. En otras palabras, el bruto sigue siendo bruto por su propia decisión.
Evidentemente el libre albedrío, el gran invento de la teología, es responsable de que la persona obesa sufra de diabetes y la tensión, dado que está en sus manos abandonar sus malos hábitos de comida. Esto mismo vale para los alcohólicos y drogadictos a quienes les espera un futuro poco saludable consecuencia de un vicio que los conducirá por los caminos escabrosos de penosas enfermedades. En todos estos asuntos la vida futura de los casos descritos anteriormente son consecuencias de malas decisiones que afectan, no solo al individuo sino a la familia y a la sociedad en general. Si Dios no hubiese creado perfectos las dificultades por la que atraviesa el planeta se hubiesen reducidos al mínimo. Malo eso de dejarle a un ser imperfecto la toma de decisiones que no sólo lo conmueven a él, sino todos los seres que lo rodean. Por esto y otras cosas soy un ateo réprobo.
Hay unos otros seres que a pesar de lo que ven, oyen y descubren en las erróneas actuaciones de sus semejantes se empeñan en creer que los equivocados son los demás y que la razón les incumbe solo a ellos. Es decir la razón les pertenece a pesar de los indudables desafueros que cometen los demás. Estas arbitrariedades las voy a catalogar en lo que dicen y lo que hacen los líderes de la oposición venezolana.
Quien crea que una mentira tiene futuro es un ingenuo o es un ignorante. Pero si la mentira es repetitiva y la persona sigue creyendo en los falaces argumentos esgrimidos, la única palabra que define este comportamiento es la estupidez y quien lo practica es un estúpido. Peor aún, si lo que hace un dirigente no es compatible con lo que dice es un falsario y por lo tanto, si alguien lo considera un líder aún es más estúpido.
Desde que apareció mi comandante Chávez en la política en Venezuela cambió. Los versados en el tema afirman que se polarizó en aquellos que creen en la mentira repetida y en aquellos que creemos en la verdad. Los primeros parecieran vivir una ilusión y los segundos, los que luchan a brazo partido para lograr una Venezuela libre y soberana.
De acuerdo con el libre albedrío las personas que han hecho de su vida una mentira y creen fervientemente en los embustes de sus líderes tengo que adosarle, lamentablemente, con el perdón de quien se sienta ofendido, el calificativo de estúpido, dado que tengo elementos suficientes para describir sus conductas.
Un vez que llegó mi comandante Chávez a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela han sido reiteradas las veces que la oposición venezolana ha insistido en la caída del régimen. Fueron muchos los intentos de sacar a Hugo del gobierno y ante cada desvariada tentativa los líderes le comunicaban a sus conmilitones que el gobierno estaba caído. En muchas oportunidades hasta salieron a celebrar con la certeza que los chavistas habían desaparecido del mapa político. Una vez que se despertaban ante la realidad se generaban unas tras otras frustraciones, Chávez continuaba en el poder. Pero los antichavistas no aprendieron la lección. Con el gobierno del presidente MM ocurre lo mismo. Con las mismas tácticas golpistas de hace años, guarimbas, huelgas generales mediáticas no reales, golpes de estado fracasados, mayorías que no llenan dos avenidas, plebiscitos chimbos, mentiras y más mentiras, a pesar, los escuálidos siguen creyendo en estas ficciones, seguido de nuevas frustraciones, desencantos y furias acumuladas.
Son tantas las estupideces que comenten los seguidores de VP, AD, PJ y otros grupos opositores que la MUD carece de un programa de gobierno pero si opciones violentas para desestabilizar, no el régimen de MM, como lo llaman, sino al desenvolvimiento normal de la vida en las urbanizaciones de la clase media de algunas ciudades del país. Sin embargo, algunos vecinos se sienten complacidos. Es sorprendente que las personas de estas zonas aprueben con agrado las acciones de unos cuantos mercenarios terroristas pagados por Freddy Guevara, Requesens, Pizarro, Julio Borges, María Machado, Tomás Guanipa, entre otros, a pesar que tales individuos le coartan el derecho de transitar, le colocan montones de basuras en sus urbanizaciones, ponen en peligro la salud física y mental de los vecinos, le restringen el derecho que le lleguen alimentos a sus zonas, consienten el cobro de peajes por parte de los malandros, entre tantos desmanes que comenten “los libertadores” en nombre la libertad. Ciertamente, el libre albedrío les permite escoger entre vivir bien o vivir bajo la égida de un grupo de malandros que solo defienden el derecho de cobrar un trabajo mercenario. Los estúpidos desconocen que los hombres se han civilizado intelectualmente, conservando y desarrollando aquellos sentimientos que tornan agradable la vida, pero también eliminando y cambiando aquellos otros que la vuelven insufrible.
Siempre me sorprendió cuando la señora María Machado comenzó llamando “dictadura” al gobierno de mi comandante Chávez, a pesar que en aquel tiempo ocupara una curul en la AN que perdió por aceptar la representación en la OEA del gobierno de Panamá. Supuse que la señora Machado estaba al borde de la locura o estaba mandada por alguien, en eso de calificar a un gobierno elegido por voto secreto, universal y directo como una dictadura. La mentirosa siguió insistiendo en su embuste, hoy llamado pos verdad, y vemos como los opositores aceptaron la mentira para repetirla como un eslogan en las manifestaciones. No entiendo al grupo de manifestantes que salieron decenas de veces a gritar por las avenidas de Caracas y algunas del interior “No + dictadura” y regresaban tranquilos a sus casas. Extraña dictadura donde la oposición realizó un mal llamado “plebiscito” sin control de ningún organismo gubernamental, se llamó a la conformación de una ANC y que para el mes de octubre se efectuarán unas elecciones de gobernadores con la participación de la oposición bajo la supervisión del CNE. A pesar de todo lo anterior los escuálidos vociferan: “no + dictadura” tal como los enseñó la señora María Machado.
Quisiera pensar mejor de los opositores al gobierno de MM pero cuando los escucho gritando libertad no me queda más que sonreír dado que ellos están de acuerdo con las guarimbas que les cuartaron todos los derecho humanos y sus mercenarios fueron los responsables de la muerte de cientos de inocentes, inclusive, la cremación en vivo de los chavitas o los que parecían. Pero esto no es lo peor, estamos ante la inminencia de la amenaza de Donald Trump de invadir militarmente a Venezuela por el solo hecho de que los hijos de Simón son un pueblo digno y ante las coacciones de los países de la derecha suramericana cuyos presidentes, perritos falderos de Donald, expresan su solidaridad con el gobierno de USA de aplicar sanciones económicas a Venezuela. Ante todo esto los líderes de la oposición venezolana enarbolan los blasones de la libertad para que los marines yanquis vengan a profanar el suelo sagrado de nuestra patria. Los que así lo deseen podrán seguir a los cabecillas de la oposición, es el libre albedrío de ser estúpido. Nuestra patria no la forjaron ni los cobardes ni los sumisos al imperio, bien lo expresó Simón Bolívar en la carta a Francisco de Paula Santander, fechada en Pamplona en el 1819: “Esta patria es caribe y no boba”. Lee que algo queda.