Nos encontramos en momentos de dura realidad social, económica y cultural. Venezuela este gran país, se encuentra secuestrada por los intereses del gran capital, de la demagogía, populismo y la corrupción generalizada. La revolución era Chávez. Digo era Chávez por que en el estaba cifrada la esperanza de un pueblo. Sin su presencia física, muere un liderazgo que mantenía la economía y el ánimo social de manera asombrosa.
El Presidente Chávez, claramente no era un ingenuo; fue un hombre sagaz, estudioso, estratégico un verdadero estadista. A Chávez no lo engañó Nicolás Maduro, Rafael Ramírez, Diosdado Cabello, Carlos Osorio ni Luisa Ortega Díaz. Chávez manejó diferentes intereses y situaciones; simuló, tragó amargo y movió piezas en el tablero de la geopolítica nacional e internacional. Chávez no fue engañado y Maduro ahora menos. Basta de creer en la ingenuidad del proceso revolucionario. Aquí se han realizado mas de un pacto entre intereses. La corrupción que combatió Chávez y sus soldados; es ahora aun más grande, más estrepitosa, más generalizada. Los logros de la revolución, hoy son un recuerdo. Chávez no fue un Santo, ni siquiera en vida quería estatuas, sabia que estábamos lejos del socialismo: pero era un líder, un líder que hizo muchos sacrificios, cosas buenas y errores graves también. Pero estoy seguro que si Chávez siguiera vivo, este drama social y económico no hubiese llegado a estos extremos de incertidumbre y pesadez en el alma del venezolano. Y yo estaría defendiendo un proceso, que murió en momentos que un pueblo empezaba a levantarse. Hoy no tengo armas para defender lo indefendible, a veces hasta me siento culpable. Me indigna no poder comprarme ni un par de zapatos para medio comer, que un cartón de huevo o un kilo de leche para mis hijos cueste mas que mi quincena. ¿quien con la moral suficiente puede pedirle al pueblo estar rodilla en tierra? ¿los nuevos ricos? ¿la nueva meritocracia? ¿los alcaldes, los gobernadores? ¿Los Ministros? ¿El Presidente?
Hoy en dia no hay revolución, cada dia somos más improductivos, hay un nido de alacranes (tenia razón Muller Rojas), una mafia de intereses y cúpulas. La Guerra económica todos los días tiene una victima, en la desesperanza, en el autoestima, en la solidaridad. ¿Seguirán jugando las cúpulas de izquierda y derecha con la paciencia del pueblo?. La historia pasará su cuenta. Algo hemos hecho muy mal para hoy vivir este presente de drama social.