La Constitución Nacional establece en su artículo 67 que todos los ciudadanos tienen el derecho de asociarse con fines políticos, mediante métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección y agrega que “…los ciudadanos, por iniciativa propia, y las asociaciones con fines políticos, tendrán derecho a concurrir a los procesos electorales postulando candidatos y ejerciendo las actividades propias de los mismos. ….”
Esta posibilidad del ciudadano de postular y auto postularse para cargos de elección popular, no existía en nuestro anterior ordenamiento jurídico, y es consistente con los principios de democracia participativa y protagónica insertados en nuestra actual Constitución Nacional.
En derivación de lo anterior es absolutamente válido desde el punto de vista jurídico constitucional, que el actual Presidente de la República se hubiese postulado por si mismo o por iniciativa propia de forma complementaria con las postulaciones realizadas por un grueso numero de organizaciones partidistas, de tal manera que al elector se le plantearía la posibilidad de votar por Chávez de forma directamente uninominal.
La anterior reflexión jurídico política, nos viene a la mente como respuesta a la observación que venimos realizando de los partidos que acompañan al denominado “chavismo” o “proceso” y los cuales después del 2006, y ante lo anunciado por el propio Presidente de la República, tendrán el reto de buscar una unificación, para la creación de un solo “partido de la revolución”, lo cual luce tener mas enemigos que amigos entre ellos mismos.
Lo cierto es que un Chávez presentándose por iniciativa propia, hubiera sido una excelente oportunidad para contabilizar por separado al Presidente de los partidos que lo acompañan. De esta forma se hubiera podido registrar numéricamente si el MVR es mas que Chávez o si PODEMOS es mas fuerte electoralmente que el Presidente o si por el contrario la estructura organizativa del PPT es mas musculosa que el carisma presidencial; o la inversa en cada caso, y por cuanto.
Nuestra reflexión pudiera lucir desenfocada, pero es tan nítida como posible imaginar y de interés en el análisis del pasado y del presente político de nuestro país. Durante muchos años hemos oído hablar del “abrazante carisma” de políticos tradicionales como Rómulo Betancourt o Carlos Andrés Pérez. Lo cierto es que ninguno de los dos hubiera llegado a ser Presidente si hubiesen optado por el postularse por iniciativa propia sin la tarjeta de AD. La máxima aproximación a este escenario, de auto postulación, la encarnó el Dr. Rafael Caldera en 1.993 cuando él, en primer lugar, sumando luego los votos de lo que se denominó “el chiripero”, lograron acumular un poco mas del 25% del electorado.
Las campaña electoral de este diciembre muestra a cada organización del “Chavismo” esforzándose por demostrar hacia arriba (Chávez) y hacia al lado (el resto de los partidos del proceso) cual de ellas arrimará mas votos a favor del Presidente y luego vendrá a buscar, a cambio, su trofeo. Se evidencia que cada una compite contra la otra, no solo por sumar sino por ganar en una competencia en donde los resultados finales serán incompletos, ya que su máximo competidor (Chávez) no está en la contienda.
El manejo de los partidos del “proceso” y sus militantes, no se ha diferenciado en mucho de las viejas prácticas y el pueblo lo sabe y muestra un descontento que hubiera sido interesante contabilizar voto por voto en diciembre. En el estado Nueva Esparta, por ejemplo, quien figuró como primero en la lista del MVR abandonó el partido a cambio de ser reelecto Presidente del Consejo Legislativo, con los votos de la oposición. Quien representa a PPT en el parlamento regional levanta la mano con la oposición y ha llegado al extremo de repartir “donaciones” en nombre del propio hijo del Gobernador (AD) y el partido PODEMOS acaba de aceptar en sus filas al Alcalde de Mariño quien siempre ha sido copeyano a cambio, a decir de los del MVR, del financiamiento del partido violáceo en la región insular.
La abstención pudiera esconder parte del descontento del pueblo chavista con los partidos del proceso, por eso pensamos que “Chávez: Por Iniciativa Propia”, hubiera sido una excelente fórmula de descifrar los acertijos electorales alrededor del chavismo y permitirnos votar a cada uno por quien en realidad nos representa.