Es de plurarísima importancia y de singular interés que, la oposición venezolana celebre estar de plácemes al tener nuevo gobierno en el exilio, pero con la particularidad inconcebible que el presidente constitucional está en Venezuela, que desde Brasil en situación premeditada con argumentos nada fáciles de desbaratar: un grupo de importantísimas personalidades de la política cuaresmal venezolana y, con la flemática compañía de un tal Gustavo Cinosi que, como asesor senior del secretario Luis Almagro lo representó en tal crucial encuentro que de por sí arrojó -dividendos de repartición- y que contó también con la participación de representantes del gobierno de los Estados Unidos como principal injerencista de un "posible" salir de Maduro, con la bicoca nada fácil de estremecer sentimientos que corran en paralelo por el bien de un país que, alguna vez fue democrático cuando, mandaba la oposición, que hoy un par de los más pobres y desalmados entusiastas de desprestigiar el país luchan sin descanso y, con denuedo de agarrar, aunque sea poco, uno asilado en Colombia que llegó a ser presidente del parlamento venezolano y por poco tumba a Maduro y, que de la noche a la mañana ha montado una compañía de drones -JL & Drones- para destruir la política de los políticos que no están con los EEUU y, desde Colombia vía fronteriza activar por los caminos de la aventura un golpe de estado que le dé más soltura al gobierno de Iván Duque de tirarse a Maduro e invadir de más droga a los EEUU entre otros.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que como un Trump sin muro democrático nada fascista, los recibió encantado y, ellos babeantes de alegría con el corazón de patriotas humillados de no ser más que Bolsonaro en el poder, gimieron como toros bravos y, fue entonces cuando Ledezma como un vampiro furioso con ganas de tragar sangre, estornudó y soltó: "Pedimos que se reconozca no solo a la Asamblea Nacional y al Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, sino que se sepa que Juan Guaidó es el presidente constitucional temporal de Venezuela". Parece ser que hubo aplausos y, un abrazo de fraternidad le lanzó fuertemente Julio Borges de donde estaba sentado que por poco tumba a Ledezma por lo dicho por éste y, sin miramientos ni efluvios de ironía, Bolsonaro -le respondió: "Haremos todo para que la democracia en Venezuela sea restablecida y que ustedes (los venezolanos) puedan vivir en libertad (...) Creo que la solución llegará en breve". Y al acabar de hablar entonces, la respuesta, le dio por llorar de alegría a Miguel Ángel Martín, presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela en el exilio, quien dijo, al fin llegará mi turno de ser lo que soy. No hubo abrazos.
Mientras, el presidente Bolsonaro, estaba reunido con los terribles demócratas venezolanos en el palacio de gobierno, en paralelo el canciller Araújo, lo hacía en la cancillería con representantes del Grupo de Lima y diplomáticos estadounidenses, por lo que la cancillería de Brasil sacó un comunicado vibrante de esparcimiento y de cordura política dentro del derecho internacional y de libertad de los pueblos por lo que respaldarían "una presidencia interina" que, "Brasil hará todo para ayudar al pueblo venezolano a volver a vivir en libertad y a superar la catástrofe humanitaria que hoy a traviesa" y, por ello Julio Borges vio con ojos exorbitantes a Antonio Ledezma y, éste vio a Julio Borges como el que ve a Maduro de reojo y, ambos brincando como el que se saca la lotería y, todo es mío y, los venezolanos que se jodan, pero no solo eso: El mundo nos quiere, el mundo se preocupa por nosotros, no estamos solos, Brasil con su nuevo gobierno nos ama -ya no huiré más- se alababa Ledezma.
Con predominio y alevosía como acto de cobardes -Ledezma y Borges- hablaron y basándose en lo dicho por los brasileros que nada tiene que ver con el país, los -¿iqué, líderes opositores?- tras la reunión agradecieron con lágrimas en sus ojos de serviles, el nuevo rol asumido por Bolsonaro y pidieron que reconozca a Guaidó como presidente legítimo para poder volver a convocar elecciones libres. Y, Ledezma sugirió con los brazos cruzados como el que espera la bendición de Dios y de Dios de los contingentes, que: los países de la región que, aprueben nuevas sanciones contra funcionarios del gobierno que forman parte de la "camarilla madurista" y que no debe haber más falsos positivos, ni "falsos procesos de diálogo" en Venezuela Y, Borges por su parte declaró:
El gobierno de Maduro está "descalabrado" y explicó que los países podrían tomar medidas contra la administración venezolana que tienen que ver con "el blanqueo de capitales, la corrupción o la violación de los derechos humanos" y, recordó además que: la oposición siempre ha preferido "el camino la presión y las sanciones" y que es Maduro el que ha optado por "el camino de la violencia". Es decir que fue Maduro el que mandó que le metieran drones en el acto de celebración del 4 de agosto. Y esos son los líderes de la oposición -vaya oposición-.