A pesar de los pesares de la oposición antidemocrática venezolana el triunfo de Hugo Chávez es irreversible a estas alturas de la contienda electoral, tratarán y no podrán, sufriendo dos derrotas consecutivas e incuestionables, el mensaje es sumamente claro y preciso no podrán por más que lo intenten, inventen lo que se les ocurra o declaren fraude del tipo freudiano (la relación entre los seres humanos está basada en sus genes para no decir otra cosa).
Los verdaderos revolucionarios deben asumir un papel protagónico y fundamental en la radicalización del proceso revolucionario, cómo los encontraremos, si es el caso, llamando a una nueva Constituyente con signo ideológico revolucionario, están allí, esperando el llamado del líder.
Profundizar la revolución significa entre muchas cosas, sentar las bases para el ejercicio del socialismo venezolano, áreas urgentes que atender: el poder judicial incluyendo la fiscalía y los cuerpos policiales; la administración pública puntal de la acción del nuevo Estado socialista y el comienzo efectivo del proceso de la creación del Partido Único de la Revolución Bolivariana.
Para todo ello, es indispensable apropiarnos de una ideología para la acción de orientación revolucionaria que tome instrumentos del materialismo histórico, del marxismo creador y la concepción política de Lenín, aunados a la idiosincrasia venezolana y el poder creativo y sabio del pueblo( los intelectuales de siempre deben abstenerse o en todo caso contribuir sin mucha retórica hegeliana). La ideología debe contener elementos de la lucha antiimperialista y contra el neoliberalismo, la economía debe dar un viraje con respecto a los medios de producción. El Estado debe institucionalizarse en función del socialismo, es decir que los funcionarios públicos de cualquier nivel deben estar comprometidos de manera militante y activa en función de las políticas públicas en sus alcances, visión y misión.
En cuanto a la organización, deben eliminarse todas las cúpulas verticalizadas y de orden estalinista, a menos que se integren al poder del pueblo hecho gobierno y dirigencia revolucionaria. En este punto debemos internalizar la humildad, la solidaridad, la fraternidad en la gestión política social.
La organización debe venir desde abajo y consolidar la base vanguardista en donde radica el poder real, no hay lugar para las dudas, o estamos o no estamos, o participamos militantemente o dejamos los espacios para que otros lo hagan.
Nada de lo anterior es posible si no se conserva la unidad necesaria y útil entre todos los factores, es la hora de las definiciones que deben producir las decantaciones a que haya lugar, no debe quedar un solo resticio de poder en manos contrarias; una cosa es tener el gobierno y otra el poder real y es hacia allí donde debemos apuntar afinando la mira de manera audaz y decidida.
Después del tres de diciembre es la oportunidad indetenible de avanzar y consolidar el proceso revolucionario, lo que quiere decir que las instituciones deben ser sacudidas y renovadas en su estructura y en quienes la conforman.
La Visión es Venezuela toda, sus Instituciones, el pueblo y las Fuerzas Armadas, es la asignación del papel que le corresponderá a cada una, cuyo cumplimiento depende de los hombres y mujeres que estén allí decididos a participar.
La Misión es el objetivo y las metas a alcanzar en todas las áreas de desempeño, es el sumún ideológico sintetizado en los alcances y los resultados. Después del tres de diciembre no habrá tiempo para las dudas y todo organismo debe estar cuadrado para ejecutar las nuevas políticas en el contexto del nuevo modelo de país socialista. Las dudas no se despejarán, se eliminarán.
El objeto ulterior es la creación de la patria socialista, liberadora y soberana, antiimperialista y democrática, participativa, humanista y solidaria. Hagamos uso debido de la racionalidad política y la gestión gubernamental en aras de la construcción día a día del país que queremos que será posible bajo la consigna nunca desgastada de la unidad política y de propósitos.