En una entrega de Juan García Viloria titulada ¿¡Traidores a la Patria!?: sin juicio previo ni presunción de inocencia (Aporrea: Juan García Viloria | Lunes, 02/03/2020 12:58) publica la decisión de la comisión, mal llamada "Alí Rodríguez Araque", para que se abra una investigación a los ciudadanos trabajadores de PDVSA Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba, Gerente de Operaciones Especiales y Gerente General de Operaciones de crudo, respectivamente. Se los acusa de "la entrega de información estratégica, sensible y de carácter confidencial, al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica".
Nosotros no conocemos a estos ciudadanos, no sabemos cuál ha sido su conducta ética respecto al país y mucho menos respecto a nuestra soberanía, o si son o no socialistas o revolucionarios. También aclaramos, para los más distraídos, que creemos en el socialismo e intentamos todos los días de ser "revolucionarios socialistas", cada mañana al levantarnos pensamos en eso y en qué hacer para ser menos mediocres y menos ignorantes. El asunto es que no queremos juzgar a estos trabajadores desde el punto de vista político, ni de ningún otro, solo salvar su responsabilidad como "traidores a la patria" cuando el mismo gobierno ha cometido y comete barbaridades que atentan en contra de nuestra soberanía, nuestra independencia y nuestra dignidad como pueblo, desde hace mucho rato.
El gobierno tiene la "convicción" de que puede entregar el país a las trasnacionales, siempre y cuando "crea" que se hace por una causa superior. Lo hace de espalda a su gente, sin aprobación de ninguna de las tres asambleas, sin un referéndum, sin pedir permiso a nadie. Como este es un gobierno de "grandes convicciones" se erige a sí mismo derechos ilimitados.
La injusticia es propia de los dictadores cuando juzgan sin ser juzgados. La comisión de felones que ahora se apropia de la imagen de Alí Rodríguez Araque, acusa a estos dos jóvenes de "traidores a la patria" para complacer a la masa (y quizás al mismo presidente), ávida de sangre y culpables. Sin embargo ellos, como gobierno, no solo han entregado "información estratégica" a los Estados Unidos, sobre nuestro petróleo y yacimientos de oro, sino EL petróleo y EL oro, directamente, y sin pasar por la "información estratégica".
Creemos que el problema aquí no es lo que casi todos ya sabemos, el cuento de la entrega del Arco Minero y la privatización disimulada de PDVSA. El problema son "las convicciones" del gobierno, las cuales se corresponden a la manera de CÓMO ELLOS SE CREEN SU MENTIRAS, están "convencidos" de ser buenos, "convencidos" de ser valientes y convencidos de que revolucionarios, como Delcy Rodríguez o Diosdado Cabello (tienen poca memoria de sus inconstancias), y en consecuencia actúan a discreción contra todo, y a favor de quién sea; ¡hacen lo que quieren!; van en contra de personas, que sin ser nocentes del todo, han sido ingenuos, tontos útiles, como lo fue Eulogio del Pino y el ingeniero Nelson Martínez, hace ratico.
Igual lo pudieran hacer con cualquiera: acusar de "traición a la patria" a la gente incómoda es lo más apropiado para ellos, es el delito más difuso y cómodo con el que cuentan los tiranos para descalificar y destruir moralmente al enemigo,… o con acusaciones del mismo calibre: traidor, corrupto, pederasta, homosexual… ¡Típico, dentro de hipócritas y moralistas pacatos!
A estos dos trabajadores no se los acusa de corrupción por robo (no puede ser, porque, entonces ¿En qué cárcel van a meter a Quevedo?), sino de corrupción moral, de "traidores". Es claro que esta acusación es una vulgar retaliación frente a todas las denuncias hechas desde hace meses en contra de Quevedo y su "caída y mesa limpia" en PDVSA, donde parece que estos gerentes están señalados de haberlas hecho. La orden es poner preso primero a los que denuncian a los corruptos nombrados por Maduro, es lo que traduce esta acusación traición tan absurda, (TAN PARADÓJICA), es decir: hay que poner preso a los que se enfrenten a las convicciones del gobierno. – "¡Cárcel es lo que merecen los traidores a la patria¡", nos parece estar oyendo a Diosdado vociferar en el Mazo…–
Hace tiempo dijimos que la mentira en sí misma no es mala, solo vale como medio para lograr un fin, su valor solo depende de su fin. Mentirle a otro es lo que hace el cine y el arte en términos generales. El problema con la mentira es cuando tú te crees tu propia mentira, la conviertes en "convicción", te eriges el derecho y la autoridad de poseer la verdad sin ninguna vocación y disposición para buscarla donde sea que se encuentre. El gobierno de maduro no investiga, solo acusa y condena, porque, como diría Diosdado, ellos son revolucionarios – lo curioso es que son "revolucionarios" para condenar a unos tontos, pero para confiscar a los empresarios conspiradores o poner preso a Guaidó, entonces son son legalistas, súperdemocráticos –. Y la gente tiene, bajo el efecto que causa el poder en los pendejos, que creer en esa basura, sin ni siquiera hacerse un solo cuestionamiento al respecto, sin ponerlo en duda; entre maduristas hay que ser "cool", obedientes, leales (o sea, cagones), para no desentonar – así se comporta nuestra genuflexa Asamblea Nacional Constituyente... Y cuando muchos de esos diputados salen a la calle, lo único que los protege de la gente arrecha por todo lo que está pasando en el país, es esa "convicción", es esa mentira auto infringida; es la posibilidad de culpar a otro, de nuestros propios vicios, pecados, errores, bajezas, etc.
Así como los Estados Unidos no necesita pruebas para juzgar y condenar a cualquier persona o gobierno en el mundo, porque tienen las prerrogativas que les otorga poder – el hecho de ser imperio y el país más poderoso del mundo en casi todos los sentidos –, el gobierno de maduro tampoco las necesita para acusar, juzgar y condenar, a quién quiera, en el país, porque cuenta con la inmunidad que les confieren sus "convicciones"… ¡HIPÓCRITAS! Si viajan a Norte América ahora, de seguro que se los lleva el diablo, el mismo diablo con el cual siguen haciendo negocios aquí en Venezuela con Chevron, Barrick Gold, Gold Reserve, y le aplicarán allá igual lógica con la que juzgan aquí a los a incautos, como estos dos gerentes, y a los enemigos, como Rafael Ramírez: "No necesitamos la verdad para ponerte preso"