La decisión política del presidente respecto al partido único es una medida Gerencial y Ética que no contradice en nada el despliegue masivo y verdadero de la democracia venezolana, todo lo contrario, la va a fortalecer porque con la unión de todos empujaremos hacia el destino que impone el pueblo Revolucionario y Bolivariano, el Socialismo del siglo XXI.
Gerencial:
Porque el pueblo creyente del proceso requiere resultados a corto plazo, el pueblo no esta dispuesto a calarse debates inútiles que solo producen desgaste. El debate debe darse para construir la democracia participativa, protagónica y el Socialismo del siglo XXI, no para marcar territorios.
El partido único es el camino mas expedito hacia la unión de todos los factores, de todas las fuerzas socialistas. Es preciso que estemos todos unidos para enfrentar las tremendas presiones que ya están presentes y las que se avecinan. Las ya ocurridas fueron apenas señales desordenadas pero inequívocas del gran opositor (el imperio) tanto en abril de 2002 (golpe) como en diciembre de 2002 y enero de 2003 (sabotaje petrolero), ahora se están reorganizando para arremeternos con una fuerza colosal e inusitada.
Por eso es preciso formar un solo frente coherente, coordinado y contundente, sin excluir a nadie. Quienes crean que pueden andar aislados en este mar tormentoso, de huracanes grado uno, están calculando muy mal, están calculando con una herramienta equivocada y sin oportunidad alguna de contribuir al triunfo definitivo de la revolución.
El debate es para construir nuestro socialismo entre todos, no para construirlo desde parcelas aisladas! Y este puede hacerse con mayor fuerza desde el partido único.
Ética:
La ética socialista requiere honestidad total en todas partes, en todas las áreas, en cada rincón, sin cortapisas y sin condiciones, ¿que queremos? ¿tener cuotas de poder en el ámbito territorial venezolano o usar el poder popular para enfrentar al enemigo, al imperio, que no da tregua en Latinoamérica ni en el mundo?
La respuesta es que no debemos equivocarnos, es un deber ético, un deber Revolucionario con, por y para el pueblo, único protagonista de esta lucha, único con poder originario.
Otro camino nos conduciría al abismo, es preferible renunciar a la división (mala costumbre histórica de la izquierda venezolana) y sacrificar cuotas inocuas de poder que no contribuyen al objetivo fundamental, el bien común, el bien supremo del pueblo.
El triunfo definitivo de la Revolución Bolivariana en Venezuela y Latinoamérica depende en granmedida del sacrificio de las cuotas de poder, de las parcelas partidistas, a cambio de un objetivo mucho mas grande, mucho mas sublime, el triunfo del sueño del Libertador Simón Bolívar, el triunfo de la Revolución Bolivariana.
Otro camino nos llevará directo al infierno dantesco. Formulemos el debate en el PSUV pero para construir lo que el pueblo desea, por lo que el pueblo votó, el Socialismo del siglo XXI.