La sociedad de la ignorancia (I)

Desde 1999 el gobierno revolucionario empezó a edificar los cimientos para visibilizar la cultura autóctona y la idiosincrasia cultural que caracteriza e identifica al valeroso pueblo venezolano. Sin embargo, nuestra cultura permanecía en antaño invisibilizada a gran escala por la contracultura del sistema capitalista en todos los estratos de la sociedad, entendiendo que el capitalismo es un sistema de valores de cambio. El capitalismo no tiene una cultura, sino una contracultura, que no es otra cosa sino ideología; y la ideología son todos aquellos elementos espirituales de la sociedad, la ciencia, la moral, la educación, la política, lo jurídico, el arte y todas las formas de vida presentes en la sociedad.

La ideología actúa de forma inconscientemente en los individuos de una comunidad. La ideología esta dentro del proceso mismo de la producción. Es un sistema que invisibiliza todos los elementos de la cultura autóctona de un pueblo e impone su contracultura de modo dinámico. La ideología está al servicio de las clases dominantes, pudientes y explotadoras. Lo único que puede oponerse a esa ideología es la conciencia de clase que asumen las clases dominadas y explotadas. Entonces ¿qué es la ideología? Y ¿qué entendemos por cultura?

Según Ludovico la ideología es una región especifica de la superestructura social compuesta por un sistema de valores, creencias y representaciones que tienen lugar en todas las sociedades en cuya bese material exista la explotación y que esta destinada, por el mismo sistema, a preservar, justificar y ocultar idealmente la explotación que tiene lugar en la estructura material de la sociedad.

En torno a la cultura la entendemos como el conjunto de hechos creados por la especie humana mediante su facultad de usar símbolos, que incluyen conocimientos, lenguajes, creencias, costumbres, herramientas, viviendas, arte, moral, ley y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad.

Es conveniente mencionar que hay especialistas en cultura y cultores experimentados que sostienen la teoría del rescate cultural. Por esta razón es preciso destacar que en Venezuela no tenemos que rescatar ninguna cultura, porque no está presa, ni esta encadenada. La cultura autóctona venezolana esta es invisibilizada por la contracultura del capitalismo e incluso, hasta por nosotros mismos, que muchas veces actuamos como sujetos defensores de esa contracultura que nos oprime. Por tanto, no hablamos de rescate, sino de visibilizar la cultura autóctona y de la descolonización contracultural.

La cultura autóctona siempre ha sido un hecho ideologizado, invisibilizado y transculturizado, hasta el punto de que la contracultura ha sido siempre un asunto de la clases privilegiadas, sometida a sus valores y creencias, y la ideología siempre se ha disfrazado de cultura para disimular sus reales intereses, que es dominar, manipular, adormecer y amaestrar a la sociedad en la ignorancia, la desinformación y el sometimiento. Su objetivo es crear y mantener una sociedad inculta, o mejor dicho una sociedad al servicio de sus intereses.

Es apremiante que la sociedad venezolana se mantenga alerta y ojo avizor ante la ideología o la contracultura del dólar, que está inmiscuyéndose en todos los espacios de la vida societal. A mi manera de ver, estamos dando cabida a que el dólar transculturize al bolívar, que es la moneda de curso legal en Venezuela. El dólar ha visitado cada escondrijo y cada catacumba de la sociedad. Se ha consolidado y posicionado como la moneda de curso legal. Todo se comercializa en dólares, hasta los productos y servicios mas sencillos son tazados en dólares.

Ante esta realidad circundante la deculturacion o la perdida de la cultura del bolívar es inminente. El bolívar forma parte inherente de la identidad cultural del venezolano y esa identidad está siendo atacada por la contracultura del dólar y estamos defendiendo, incluso, mas el dólar que al bolívar.

Es inconcebible que estemos permitiendo después de 20 años de unidad, lucha, batalla y victoria estos elementos transculturizadores de la sociedad. Nos quieren convertir en apéndices del dólar. El imperialismo nos quiere ver arrodillados, subyugados a sus demandas. Pero no lo van a conseguir. Como diría el Che Guevara: prefiero morir, que vivir arrodillado.

 

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Allen Nebrija

Poeta, articulista y novelista.

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