A la segunda va la vencida, reza la observación de aceptación, ya lo verán, porque no habrá tercera vez, esta vez no. Eso lo sabe bien Maduro y el chaparrito Guaidó que, están tan entusiasmados de alegría rebosante y algo más que, cada uno no cabe en su porvenir con la fama que los espera, si es que se ponen de acuerdo que, con manos a la obra, encendieron este viernes pasado la llama del pebetero político que cogió fuego en México con asombrosas expectativas por delante, porque el tiempo se les viene encima y más que para el 21 de noviembre están programadas las elecciones regionales, en que con ellas están en juego la renovación de todos los cargos ejecutivos y legislativos de las entidades federales como también la de los 335 municipios del país que, tiene al CNE brioso como el blanco caballo de Bolívar, galopando mientras, a la espera.
En un mediodía inquieto y sudoroso de mucho ruido: al Aeropuerto internacional Benito Juárez de ciudad de México llegó, la comisión del gobierno que intervendrá en el proceso de diálogo y negociación con las minis oposiciones de la oposición venezolana, ataviados de confianza y respirando mucha cordialidad profunda, lo que aprovechó inmediatamente Jorge Rodríguez, para perforar el rato como jefe plenipotenciario del ejecutivo venezolano, quien vestido de negro sin gafas negras con una alforja de ilusiones calientes en su cabeza y sonriendo dijo, aquí estamos empapados de confianza para comenzar la labor encomendada en esta ronda con "profundas expectativas", y haremos énfasis en la importancia de que nos devuelvan las garantías que le fueron cercenadas al pueblo venezolano, de poquito en poquito que, nos tienen sin poder ejercer bien el poder, aunque estamos en el poder, eso por poquito lo dijo, solo lo pensó, como pensó también, no voy a meter la pata llegando.
Jorge, respiró profundo, sacó el aire donde lo guardaba y continuó en suelo mexicano para informar que, a la delegación también se le incorporó un equipo jurídico y destacó que las conversaciones de los últimos meses van teniendo sus frutos, con el cauce de los sectores extremistas a la vida democrática y además "es muy auspicioso que hayan decidido participar en las elecciones del 21 de noviembre, y ojalá se mantenga esa posición, ya que es un "tranquilizador" para el pueblo de quienes han propiciado la violencia e intervenciones" -aflojo Jorge Rodríguez que además subrayó que, en estas negociaciones no se requiere un acuerdo total y que ellos aspiran a que se generen decisiones parciales para ir avanzando. Es decir, utilizó la palabra auspicioso, porque para él eso no es juicioso sobre todo las intervenciones en la violencia callejera, no habló de peligro, cuido su lenguaje de plenipotenciario con paciencia nada chavista, sino madurista cuando, detalló que la delegación que representa a Maduro, la integran los diputados, Nicolás Maduro Guerra y Francisco Torrealba y las diputadas, Diva Guzmán y Génesis Garber, el comisionado para los derechos humanos, Larry Davoy. Además de las ministras para la mujer e igualdad de género Margot Godoy y Gabriela Jiménez de ciencia y tecnología, como también, los viceministros, Render Peña y William Castillo.
Qué decir que se pueda decir sin desembuchar algo más que moleste los ánimos quietos de esperanzas de los seleccionados a dicho evento y, de lo raro de los nombres y apellidos que no se asoman como nombres nada rancios de la revolución que como luchadores sociales a lo mejor están en veremos, pero en busca de espacio que es lo más que hay.
En el consabido encuentro de ese viernes a diálogo cerrado, después de conocer a los representantes del gobierno de Maduro, en el lado de la acera opuesta de los opositores de la oposición estarán como representantes de esa delegación, Geraldo Blyde, Tomás Guanipa, Mariela Magallanes, Roberto Enríquez, Luis Emilio Rondón Hernández, Luis Aquiles Moreno y Claudia Nikken que en total son siete representantes que tienen el deber y el derecho de desempatar el juego trancado por ellos mismos en la República Bolivariana de Venezuela y, es lo que deberían hacer en México, tan espectaculares personajes que como hablan actúan y hay en ellos todo un mundo de conocimientos que en México nos abrirán las puertas del mundo de seguir siendo libres y democráticos si es que se ponen de acuerdo de no seguir con la misma guachafita de siempre de hacer lo que otros desde el exterior mandan y que siga la fiesta.
Ahora si es verdad que las cartas están sobre la mesa, sin que Trump pueda meter las manos y, Guaidó ya no es posible, pueden ser vapores de la fantasía de Andrés Eloy.
Y en México es la cosa y no toda cosa, pero será posible, venga ese abrazo mi hermano, si nadie hiede.