Confesiones de un oligarca

I

Vengo y te hago una propuesta amigo, es lo mejor que se me ha ocurrido, es algo que cambiará tu vida, generación tras generación. Vivirás ese espectacular cambio, ya no serás tu, serás uno y muchos a la vez: no sufrirás, porque no tendrás tiempo para ello, todo tu tiempo y esfuerzo será dedicado al progreso, no sentirás dolor, solo expectación, no tendrás que devanarse los sesos sacando cuentas, nosotros nos encargamos de manejarlas, tu solo te dedicas a trabajar por el nuestro progreso, perdón "tu progreso". Comerás lo que nosotros te digamos que comas, vestirás cómo te lo propongamos, de todo nos encargamos nosotros... vivirás para desear, no vivirás para vivir; tus problemas terminarán porque siempre estarás deseando lo que nunca lograrás... mientras tanto, yo te daré trabajo, serás mi mano derecha, mi celador, cuidarás del progreso mío, perdón, del "progreso del mundo", quise decir.

Verás transformado tu pueblo, tu campo, tu espacio. ¡No importa quien se joda! Importo yo, perdón, importas tu, tu aspiración, "tendrás las mismas oportunidades", de contribuir conmigo, perdón, con el progreso; serás lo que tu quieras ser... libre como el viento, siempre y cuando me seas útil y yo sea el dueño de todo, lo demás no importa. En conclusión, no es mucho lo que te quiero pedir, además, te lo pido en nombre del progreso, del desarrollo, de la libertad, de la democracia ¿Te imaginas todo esto lleno de concreto, no tendrás que ensuciarte los pies, no tendrías que recoger fastidiosas hojas del piso, acabamos con los árboles, no tendrías que recoger la caca de los pájaros, los eliminamos... ¡Qué más quieres amigo!

II

EL PROGRESO ES MERCANCÍA...

¿Qué pasaría en el mundo si las cosas no se venden? Se acabaría ¿Quien puede dar algo sin nada a cambio? ¡Los comunistas son unos pendejos! Pero ¿Habrá manera de vender comunistas?... Lleve dos comunistas por el precio de uno... no, definitivamente eso no funcionará, además, como son criticones y se meten en todo, quien carrizo los querrá comprar... Pues hay que acabar con los comunistas, con los revolucionarios, con los chavistas, con los que quieren ser héroes... sobre todo con todo aquel que quiere compartir con los demás, a cambio de nada. Aaaah, ahora si le entiendo algo Don Lencho, comenta Juan, que sentado en una esquina solo oía, sin entender mucho, las disertaciones de Don Lencho, ahora si entiendo un poco-prosigue Juan- quiere decir que los comunistas son así como mi nieto que quiere regalar todo... ¡No puede ser Juan!, riposta Don Lencho con voz de trueno, eso si no lo sabía Juan ¿Cómo es posible? ¡Tu nieto!... hay que prepararse.

III

NOS AMENAZA UN INTRUSO...

La agitación de don Lencho reflejaba lo grave de la situación, iba de un lado a otro de la habitación amplia y espaciosa de su bunker... cuénteme Juan, le decía, quien atónito no había podido pronunciar una palabra más ¿Tiene amigos ese nieto suyo? Pues, pues, pues yo y en ese instante suena el teléfono y Don Lencho responde... "Si sr embajador, tal cómo le explique en el mensaje, parece ser algo muy grave, se han violado todos los protocolos de seguridad... si sr, estaré atento y colgó" Hay que combatir esos comunistas en todo el mundo, se repetía Don Lencho, una y otra vez, ellos se presentan cómo angelitos pero son el demonio... ¡Demonio! Dios me guarde, ave María purísima, dice Juan mientras se persigna ¿Usted ta' seguro que eso es así Don Lencho? Pregunta compungido con voz casi similar a un llanto... ¡Pues claro Juan! Ronca Don Lencho..., eso es así, los comunistas son inconfundibles, siempre actúan igual... son vivos Juan, inteligentes, hábiles, estudiosos... Son la gran amenaza para el progreso- Ellos dicen que se debe redistribuir la riqueza del mundo a todos- ¡Eso no está maloso! dice Juan recobrando el ánimo luego del primer impacto ante la reacción inédita de don Lencho. Pero cómo no va a estar mal, truena la Voz de Don Lencho, eso termina de arrinconar a Juan que ya no se atreve ni a chistar. Si todo el mundo tiene sus problemas resueltos ¡¿Quien va a trabajar Juan?! Se acaba el mundo-prosigue- no hay progreso, todos serían unos vagos... ¿Quien aguantaría a mi mujer, yo mismo Juan, sin sirvientes? Tendría que aprender hasta a amarrarme los zapatos, cosa que tu haces bien y gustoso Juan, Juan asienta con un movimiento de cabeza, ¿Usted cómo que se está dejando convencer por su nieto Juan? ¡Ay Dios Mío, fin de mundo pues!... Don Lencho se torna iracundo y Juan que le ha servido 45 años de sus 60 recién cumplidos, que le conoce muy bien, entiende rápidamente que Don Lencho está realmente fúrico, casi fuera de si no le permite ni hablar y se propone a dejar bien claras las cosas a Juan, éste, sin entender mucho las razones de Don Lencho, trata de entender la situación, pero su turbación ante lo ocurrido tan repentinamente no le permite aclarar su mente.

IV.

COMPARACIONES EXTRAÑAS PERO VÁLIDAS EN EL MUNDILLO BURGUÉS.

La situación tenía a Don Lencho turbado realmente, ahora enfrentaba un peligro inminente, alguien extremadamente peligroso se había introducido subrepticiamente a las fortalezas de Don Lencho; si bien Juan no era su familia, Don Lencho le apreciaba, él había sido el mejor sirviente, el único que había sobrevivido prácticamente toda su vida; Juan había sido chofer, guarda espaldas, chaperón, confidente y bueno... Esta situación le recordaba otro momento difícil en su vida, un ser especial para Don Lencho, él lo adoró hasta que llegó aquel día aciago e infausto en que un borracho, volando en su auto le pasó por encima y lo partió en dos; ese día don Lencho lloró. Ordenó todos los honores fúnebres al difunto. Tuvieron que cargar en camiones las flores porque en la pompa no cabían las mismas encargadas por don Lencho a todas sus corporaciones y empresas... incluso ordenó descontarle a todos sus obreros una módica suma para honrar en la prensa, radio y tv al honorable difunto; todos los mensajes tenían como referencia el aprecio que don Lencho había sentido siempre por tan grande ser. El cardenal, aunque un poco molesto por la petición de don Lencho, y ante la rareza de la situación, estuvo a punto de mandar pal' carajo a don Lencho, sin embargo, ante la cantidad de ceros que, acompañando la petición don Lencho estampó en un cheque, el honorable cardenal aceptó la misma, y en lo personal tomándolo cómo una excentricidad de un millonario. Además, ante las necesidades de la curia, más aún luego de la llegada de esos comunistas al poder, empeñados en que sean los curas de parroquia los que manden y para ello hablan de Cristo y lo toman como estandarte, por cuanto, estos comunistas no mordieron el anzuelo de enviar curas a la carcel, sino que colocaron a Cristo cómo su primer líder, cosa que nos complicó para acusarlos de herejes... pues en esta situación, su eminencia el cardenal personalmente telefoneó a don Lencho, y luego de agradecer su generosa contribución le dijo estas palabras... "lencho, ay lenchito, hijo mío... jamás en la vida pensé en dar una misa a un p....; no lo diga cardenal, tronó la voz de don Lencho al otro lado de la línea telefónica, porque sería capaz de anular lo que le envié... ante la seria amenaza de don Lencho, el cardenal sintió que se le helaba la sangre y se imaginó ver desaparecer ese poco de ceros de las arcas de la curia, bueno, no propiamente de la curia; esa contribución iría a una cuenta especial de su hermana, doña Tere, que cómo siempre ha tenido real, en el banco no se nota esa suma, eso solo para evitar sospechas. Todo no podía ir a las cuentas del vaticano, mucho menos con un papa comunista al frente... la voz sosegada del cardenal se escuchó nuevamente "tranquilo lenchito, no he dicho que no lo haré, solo dije que será la primera vez", y espero que la última pensó... " Las honras fúnebres de tu perro se harán, solo qué, para que la gente no hable pistoladas, eso, lo hacemos en privado ¿Vale?" Ok le respondió don Lencho y colgó.

III

LAS INTRIGAS DE JUAN.

Mientras tanto, Juan, algo intrigado, trataba de descifrar aquellas muestras de cariño de don Lencho... Bueno, se decía, el don quería más a ese perro que a sus hijos, pues la comparación con un animal no está del todo bien, menos cuando se es cristiano, y Juan lo era, pero trataba de consolarse y se decía; yo no puedo quejarme de cómo me trata don Lencho, pero su preocupación real era entender el tema planteado por don Lencho sobre su nieto con sus respectivas advertencias ¿De verdad será comunista? se decía, bueno, yo no sé nada de política, quién sabe es don Lencho, esas son cosas para la gente preparada como don Lencho, y sus amigos, doctores, diputados, que vienen y hablan de política con él, bueno, en realidad no se sabe si vienen por el interés en la política, la comida, la bebida o las bolsas llenas de billetes que generosamente don Lencho entrega... no se, pero siempre dicen que ahora sí, que de esta semana no pasa, que de este mes, que con esta marcha si, pero lo único que ocurre, además de los desórdenes en las calles, las cuales son reportadas minuto a minuto a don Lencho... "trancada tal calle, golpeamos a tal miembro del reeegimen, le disparamos a no se quien", además de las calenteras de Lencho al final de la jornada y las caras largas de sus amigos que tratan de consolarle, el que ellos llaman dictador sigue allí. Esto lo pensaba Juan mientras don Lencho comunicaba a sus asesores la presencia de un comunista muy cerca de su fortaleza, por no decir dentro de ella, y convocaba a reunión urgente... en mi casa no entra comunista disfrazado por nada del mundo, gritaba don Lencho, si la purga reciente fue un éxito, prácticamente en la fortaleza quedó solo familiares de Juan al servicio de don Lencho, pero todos marchan por la libertad, claro, se rotan en los turnos porque el don no puede quedar sin servicio, pero marchan contra el reeegimen, también está exceptuado de marchar Juan que permanece atento a los requerimientos de don Lencho cuando por Tv, periscope, twitter y todas las redes sociales sigue minuto a minuto cada marcha y él personalmente se interesa de cómo va la última acción. Ya el embajador George le había asegurado que él sería el hombre de la transición, y como estaban las cosas, decía don Lencho en sus momentos de infidencia... este país necesita al menos 20 años de mano dura y yo apenas tengo 50... por el país haría el sacrificio... jajaja, ¿qué te parece Juan, ¡tu sirviendo al presidente!?

Sin duda que don Lencho reunía muchas condiciones para estar en la grande... era el empresario más prominente que había desafiado el reeegimen, bueno, don Tabo ya le había dicho a Lencho "ahora tú das la cara, yo estaré tras bastidores", pero además don Lencho, con su inteligencia había burlado las leyes del dictador que le daba a la gente derechos sobre lo que los dones habían construido con tanto esfuerzo, le había esquilmado al poderoso reeeegimen miles de millones de dólares con sus habilidades, hacía tambalear al reeegimen con las acciones de su poderosa empresa de alimentos. Todos sus amigos importadores y comerciantes estaban contentísimos con don Lencho porque habían ganado más dinero del imaginado de mano de las recomendaciones de éste; algunos como amigos, algunos como socios... y lo más grande, la mayoría pensaba que el culpable era el reeegimen, "esta es una obra maestra" se decía don Lencho, cada vez que hablaba con su Consejo de Asesores.

Ciertamente que los defensores del reeegimen le señalaban, pero como decía don Lencho, "los únicos inteligentes acá somos nosotros"...Las prácticas comerciales heterodoxas de don Lencho lo habían llevado a la cima de la política también, y viceversa, a pesar de que todo un pueblo pasaba hambre por su inteligencia, la de don Lencho, millones creían que se trataba de un empresario exitosísimo, todos se comían el cuento de que: sin don Lencho no se podría comer y airadamente lo defendían en las calles. En el círculo íntimo de don Lencho, solo la presencia de un primo alcohólico, que por razones de negocios tenía que calarse, le recordaba a don Lencho cada vez que podía su enorme fracaso, a pesar de su aparente éxito desde luego, pero esto era algo superable, en fin de cuentas Don Lencho de verdad se cree el predestinado a ser "el salvador" de la patria.

Continuará...



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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