Mientras tanto los bodegones siguen llenos

Este artículo será muy corto, pero también será uno de los pocos donde no les proveo ningún link referencial sobre el tema en cuestión, el cual es, sencillamente, el hecho de que yo personalmente creo que los venezolanos y las venezolanas, en general, parecieran no darse cuenta de que se están suicidando, sí, se están suicidando, pero muy lentamente así como le pasa a menudo a los alcohólicos y a los drogadictos quienes durante años gozan y abusan de sus vicios sin darse cuenta del daño que se están haciendo a ellos mismos, hasta que en algún momento empiezan a perderlo todo.

Mientras gozan de sus vicios, ellos tampoco están concientes del daño que le hacen a los demás, ni les importa tampoco, ya que lo único que cuenta para ellos es su propia satisfacción, y nada más, pero, poco a poco, vicio tras vicio, y año tras año, ellos se van acercando al momento donde se encontrarán solos y enfermos, y así morirán, destrozados, solos, y sin piedad alguna ya que todos sus amigos son iguales a ellos, son gente viciosa y sin conciencia, totalmente absorbidas por sus propios vicios e intereses, y así mueren, solos, sin honor ni gloria, mueren como cucarachas, porque así son, son gente codiciosa que ingieren o absorben todo lo que encuentran en su camino, aun veneno, sin pensarlo, sin discriminar, sin tener ningún cuidado, de manera totalmente irresponsable, como los borrachos y los drogados de la calle que comen basura llena de gusanos y microbios y se inyectan con jeringas sucias, o sea, ellos mismos, impulsados por el vicio y la codicia, se matan, siempre queriendo más y más a costo de no solo de los demás, a quienes ellos roban para satisfacer sus vicios, sino también a costa de su propia salud.

Ese alcohólico que come basura de la calle, ese drogadicto que se inyecta con jeringan sucias, es Venezuela, y esa Venezuela se está autodestruyendo, se está suicidando, debido a su codicia y sus vicios: el dinero, el facilismo, la corrupción, el nepotismo, el consumismo, la indolencia, la droga, el alcohol, el juego, el aparentar, la mentira, el engaño, la hipocresía, la viveza, el abuso de poder, etc.

Creo que se ha estado demostrando muy claramente estos últimos ocho años que esta tendencia hacia el suicidio, o sea, hacia la perpetuación y la obsesión del vicio y la irresponsabilidad social y moral por parte de no solamente los dirigentes del país, sino por parte de la enorme mayoría de quienes todavía no se han ido del país, ha sido contundentemente comprobada.

Esto se evidencia desde el hecho de que el actual jefe de Estado venezolano y su entorno son unos tremendos mentirosos y expertos engañadores (no es mi opinión, esto lo puedo comprobar al 100%), hasta el hecho de que aunque supuestamente existen bloqueos y sanciones impidiendo que nos llegue comida y medicamentos desde el extranjero, los bodegones (tiendas para los ricos) de nuestro país están llenos de productos importados y se están multiplicando cómodamente bajo la vista buena del mismo gobierno que nos dice que existen bloqueos y sanciones, hasta el hecho de que casi todos los hijos de mis vecinos quienes son casi todos funcionarios públicos extremadamente corruptos, asesinos, y ladrones, entre ellos que roban la comida subsidiada para los pobres de los CLAP para revenderla a precios de estafa a los mismos pobres que necesitan esa comida subsidiada en primer lugar, ahora están siendo entrenados para ser nuestros futuros policías.

Sí señor.

Ese es el futuro de Venezuela.

Mientras los padres extorsionan al Pueblo, mientras roban su comida y amenazan o asesinan a quienes los denuncien, sus hijos están siendo preparados para ser los próximos policías, guardias, abogados, jueces, y burócratas del país, todos más corruptos y criminales que sus padres.

Ese es precisamente el futuro de Venezuela, donde las personas malas serán premiadas y las personas buenas serán encarceladas o asesinadas.

Es el suicidio.

Al final, no quedará ninguna Venezuela, ya no existirá y morirá sola, sin honor ni gloria, como un alcohólico o drogadicto callejero cualquiera, como una cucaracha destruida por sus propios vicios y codicia.

Hablo en serio, en 100 años, lo que una vez fue Venezuela, ya no existirá, nuestro territorio formará parte de otra nación, y desaparecerá en el basurero de la historia de la maldad humana, así como ha ocurrido con tantos otros territorios y regiones del mundo que permitieron (ellos mismos) dejarse llevar por los vicios y la codicia.

Sodoma y Gomorra desparecieron del mapa por siempre, y eso es precisamente lo que ocurrirá con Venezuela, es demasiado tarde para impedirlo, digo yo.

Esta mañana le pregunté un amigo mío, una de las pocas personas que conozco en este país que son realmente y fundamentalmente buenas, una persona que no miente, que no engaña, que no roba, y que no abusa de los más débiles para beneficiarse a él mismo, ¿Tú ves algo bueno en este país?, y después de pensarlo durante unos 30 segundos, él me respondió:

"No, nada."

Y si algún escritor de Aporrea que apoya al actual jefe de Estado venezolano y su pandilla de narcotraficantes, ladrones, estafadores, extorsionistas, y asesinos me replicaría con alguna estupidez al estilo de, "¿Entonces por qué tu amigo no se va de Venezuela?," bueno, entonces yo le diría, "Mira, idiota, si él pudiera, se iría, y me lo ha dicho muchas veces, pero él no puede, porque él es un viejito honesto, buena gente, con una pensión de menos de $2 al mes, ¿entiendes?, o será que eres tan estúpido que no entiendes que nadie en todo este planeta puede sobrevivir con $2 al mes? ¿Entonces, si él no puede ni comer ni pagarse sus medicamentos, como coño piensas tú, idiota, que él podrá pagarse un pasaporte, uno de los más caros del planeta, un viaje para salir del país, más los sobornos que él tendría que pagarles a los funcionarios públicos, y todos los gastos, o sea, miles de dólares que él necesitaría para empezar su vida otra vez en otro país?"


¿Ah?

CDM.

Mientras tanto los bodegones siguen llenos.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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