Que no se sorprenda el pueblo y menos se alegren los sectores, que sueñan con la caída del proceso revolucionario venezolano, por el hecho que altos dirigentes de importantes partidos que integran el conjunto de organizaciones políticas que han apoyado el periodo de cambios radicales que inexorablemente transcurre en el país, hoy con todo su derecho y en pleno ejercicio de la democracia y pluralismo que ha caracterizado el proceso bolivariano, se muestran ambiguos, indecisos o simplemente decididos a no integrarse a la tarea impostergable , de alta factura política y de profundo contenido revolucionario, de construir el tan necesario partido único socialista. No hay razón para preocuparse en el seno del inmenso sector nacional que se identifica con la revolución; es normal lo que está ocurriendo, las contradicciones siempre acompañaran a las revoluciones políticas y es la dialéctica la que indica el camino a seguir, es la dinámica política la que va estableciendo, en base al contexto que implica el pensamiento de la sociedad en un momento histórico determinado, la forma y ritmo que deben tomar los procesos transformadores.
Las revoluciones tienen la propiedad, además de cambiar de raíz las estructuras del Estado y la construcción democrática de la ideología colectiva que sintoniza a los pueblos con los hechos políticos de los cuales son protagonistas; de decantarse por si solas, abriendo paso a los verdaderos militantes revolucionarios que van surgiendo de los distintos escenarios que se gestan en la praxis diaria. Así es camaradas, y la excepción no es la revolución bolivariana, se está iniciando en la tierra del genio de América, libertador de naciones, un automático TAMIZADO, es decir, ahora sabremos quienes tienen la integridad, espiritualidad, la suficiente y arraigada formación ideológica para pasar, como se dice en los pueblos “la prueba del sedazo”.
Hoy es momento como ayer, de la unión verdadera, pero también es la hora del sacudón interno; ya basta que en un alto porcentaje, sean los menos indicados, los enmascarados, los que estén al frente de significativas responsabilidades publicas, mientras un pueblo convencido, leal y de elevada formación política observe y calle por disciplina revolucionaria.
Con el debido respeto a los dirigentes que hoy vacilan en nombre de sus partidos y de espalda a las bases populares, nadando en un río de ambivalencias, decimos que vale el esfuerzo de repensar y reflexionar, porque lo alcanzado hasta este momento crucial para la patria es producto de la participación de todos los sectores del cambio; pero de igual manera expresémosles a quienes se sientan aludidos:”al carajo con sus aburguesadas y reformistas concepciones revolucionarias, procesadas en sus franquicias partidistas”. Esta revolución no puede seguir siendo un trampolín para arribistas y vividores de la política que cual mansas ovejas se infiltraron y tienen su colección de franelas rojas dado que ello es garantía de la solución de sus problemas ocupacionales y materiales. Esos que ayer les daba miedo hablar de socialismo y hoy son más chavistas que la señora madre (con todo respeto) del Presidente.
No puede avanzar una revolución secuestrada por unos partidos que solo actúan para cuidar parcelas, espacios conquistados electoralmente, con los votos que el pueblo en cada elección sale a depositar con gran madurez ,a favor de las opciones que lidera Hugo Chávez, aun sin ser en ocasiones, candidato a nada. Esos “experimentados políticos” a los que todavía les da carraspera e hipertensión pararse en una tarima o caminar con el pueblo, con una canción del camarada Ali Primera de fondo porque los tildan de comunistas y por el poder que ostentan, gracias a sus habilidades, se convirtieron en muros de contención para no dejar pasar a los verdaderos revolucionarios dispersos a lo largo y ancho del país, por miedo a ser desplazados, no le hacen ningún bien al proceso.
En todo caso, este país avanza, será una potencia latinoamericana y uno de los ejes energéticos del planeta; se constituirá el partido único en el que puedan integrarse dirigentes de los consejos comunales, comités de tierras, mesas de energías, movimientos campesinos, estudiantiles, de los gremios profesionales. Quizá al momento de la publicación del presente articulo, ya el comandante se habrá pronunciado sobre lo que nos ocupa y las estrategias seguramente delineadas o por fijar, habrá que cumplirlas sin dogmatismos y sí con un gran compromiso de profundizar la revolución hacia el socialismo del presente siglo.
PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE!!!
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