El PSUV, o como en definitiva se le vaya a llamar, debe responder a un nuevo concepto de partido, distinto a las categorías históricamente existentes como son por ejemplo, la concepción leninista de partido, o las concepciones funcionalistas de partidos de “cuadro o de masas”. El nuevo instrumento partidista de la revolución venezolana requiere de un novedoso concepto, no encuadrado repetimos, en la taxonomía tradicional del partidismo.
Ello requiere de un esfuerzo intelectual de quienes nos sentimos comprometidos con el proceso de la revolución bolivariana, donde la creatividad y la inventiva jugarán un papel fundamental, dicho esfuerzo de elaboración conceptual no debemos verlo como un mero ejercicio de malabarismo intelectivo, sino en la perspectiva de dotar al PSUV de un concepto original que señale de manera explicita e inequívoca la naturaleza y fines, los limites y el alcance de la pertinente organización partidista.
Nuestro Presidente y líder del proceso de la revolución bolivariana Hugo Chávez Frías, ha dicho en reiteradas oportunidades que el viejo sistema no termina de morir y el nuevo no termina de nacer, haciendo alusión directa a que vivimos tiempos de transición, y por supuesto de construcción, lo cual implica el desarrollo de nuevos enfoques para abordar una realidad tan dinámica que a cada momento se nos transforma, y a una velocidad astronómica.
Sin embargo a pesar de lo vertiginoso de los cambios que experimenta nuestra sociedad, se están visualizando los signos de los nuevos paradigmas emergentes, uno de ellos es lo que el ejecutivo nacional ha interpretado como la “explosión del poder popular”, este aspecto es esencial para la elaboración conceptual que defina al PSUV, en términos concretos significa que la época de los cogollos, de los cónclaves y cofradías entró en franca decadencia, y que los colectivos organizados en los consejos comunales y otras formas de organización, van a ejercer sus propios derechos y deberes políticos y sociales, y cada vez más, van a necesitar menos de los “representantes”, esta acción la cual se corresponde con un nuevo estado de conciencia ciudadana va a dotar de contenido social y político a la democracia directa, participativa y protagónica, establecida en la Constitución bolivariana, ya nuestra sociedad no necesitarán de los “representantes constituidos”, acostumbrados a pensar, y tomar decisiones por las “bases”. Lo cual ocurría en la IV, pero también en la V Républica
Claro está que dicho partido tendrá su estructura directiva, constituida por las diversas instancias locales, regionales y nacional, democráticamente y transparentemente electas por las bases, pero los directivos deberán limitarse a la ejecución de las políticas generadas en los colectivos a los cuales sirvan, y de servir de voceros a los mismos, sujetos a ser revocados por las mismas comunidades por incumplimiento o por conductas reñidas con el ser revolucionario, recordemos que la ética es consustancial a la condición de revolucionario.
En la fundación del PSUV, no valen las charreteras, no es que por el hecho, de ser por ejemplo en la actualidad : gobernador, alcalde, ministro o diputado, van a ir a ocupar los cargos directivos de manera automática, púes no, todos los ciudadanos ingresaremos con las mismas oportunidades, y luego en relación directa con la entrega incondicional al el trabajo social y político, y por sus condiciones propias de liderazgo, irán ocupando los espacios de dirección , pero en la fundación queremos reiterar, todos partiremos en igualdad de condiciones, como militantes de base, no habrá designados, y el dedo del Presidente no va a intervenir en lo absoluto, el mismo así lo ha pregonado, cada quien tendrá que construirse su propio liderazgo.
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