Ser político de formación y conciencia, es distinto a ser un partidista buscador de prebenda: dónde sus intereses personales estén por encima de las pretensiones de un comprometido funcionario de oficio, sin conciencia de clase.
Por falta de experiencia en la administración pública, la revolución se rodeo de usurpadores que supieron penetrar los simiente de la propuesta y esa infiltración provocó la debilidad ideológica que estamos padeciendo.
Lamentablemente la dirigencia sin formación política arrastró vicios del bipartidismo y no supo detectar a tiempo la corrosión que venía socavando los principios de la patria, ahora usurpadores están instalados saboteando los esfuerzos del pueblo.
Una revolución sin formación se hace débil para sostener ataques que el fascismo sabe disfrazar de "protesta pacífica" utilizan la ignorancia que han alienado, pero no tiene la capacidad para diferenciar un ataque mediático de una posición que pueda sustentar la estabilidad emocional de la masa.
Este colectivo, que debería tener un pensamiento crítico, está con blandengueria en el compromiso, poniendo en riesgo la estabilidad del proyecto; solo asisten a la convocatorias por el llamado de sus jefes inconsistentes, solo interesados en cuidar su curul, dónde no esta garantizada la consistencia en la lucha; dejando a un lado la responsabilidad de las discusiones para la formación que sustente el principio revolucionario.
Ya no se puede pasar más tiempo sin atender la formación, tenemos que armarnos de valores para atender las necesidades de fortaleza que necesita cualquier proyecto para sostenerse en el tiempo y cuidar el legado, sin PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.
