Requisito para defender nuestra soberanía

Defender la soberanía es satisfacer las ganas de ser soberanos, no es un comodín político. Un pueblo soberano hace su propio destino, como sociedad y en consenso, no se impone la soberanía de unos cuantos, no es la soberanía de los más ricos, es la soberanía de todos, que debe nacer de la igualdad, soberanía socialista. Sin una sociedad democrática y socialista la soberanía es un mito.

¿Soberanía de qué y sobre qué? Uno: libres de aquellos codiciosos que buscan hacer de lo que es común a todos, una propiedad privada, exclusiva y excluyente. Y dos, soberanía sobre nuestro paisaje, nuestra economía, nuestras tradiciones fundamentales, nuestras riquezas y formas espirituales, nuestra educación y nuestra forma de organizar la sociedad, soberanía porque tenemos una meta común, perfeccionar la concordia entre humanos, y humana con la naturaleza, equilibrar nuestras pulsiones de forma racional.

Pero la soberanía se pierde cuando la sociedad se fracciona. Y cuando ésto pasa nuevamente el capitalismo, es decir, su lógica se hace dueña del individuo. La lógica del capital exige una masa individualista, egoísta, ignorante, conformista, desconfiada y temerosa, supersticiosa, dispuesta a consumir cualquier tipo de mercancía que le venda la frivolidad burguesa. Sin la tensión de la lucha revolucionaria, sin las ganas de ser soberanos un individuo, que lleva a cuestas la herencia de la esclavitud, facil vuelve a su condición de esclavo. Es natural que sin la presencia real de Chávez todos, los líderes maduristas y sus seguidores colocados en el gobierno, y el resto de la sociedad, volvieran de forma dócil a ser instrumentos del capitalismo.

El socialismo es vivir en la tensión de un cambio espiritual y material, hay que ser un luchador a la manera de Chávez, solidario, piadoso, humilde, terco, valiente y visionario. Así debemos pensar en Chávez, como un modelo moral a imitar, no prenderle velas como un santo venerado, en un ara llena de fetiches, un yeso con forma de Bolívar, o de Maria Lionza, o del Negro primero, Guaicaipuro y el gato chino de la fortuna, y la imagen de un Cristo rubio como el que adorna los mensajes evangélicos de Nicolasito. Es como usan su imagen los sacerdotes, pastores y piaches del madurismo, invocando éxito y dinero, pero para ellos, los demás que se jodan.

Lo que hizo Maduro y el madurismo fue distensionar a la masa chavista, apaciguarla en sus luchas de clase social excluida y fraccionar su acción en interés de los asuntos privados, estimular el éxito personal, el egoísmo, prometiendo a cada quien una vida de aspiraciones de pequeñoburgueses con los "emprendimientos"; ampliar la mala conciencia de la clase media en la masa trabajadora y marginada. Ahora el pueblo chavista no existe, sino en la nostalgia.

Más allá de las abstracciones, no se puede tener soberanía si el Estado, en nombre de toda la sociedad, transfiere su poder de decidir sobre nuestros recursos y todos los procesos económicos (que producen riqueza) a la empresa privada y a los privados, que gobiernan para sus propios intereses. Una soberanía falsa, sin leyes, sin consenso, cada quien haciendo lo que le dé su gana.

(Ahora mismo, se sabe que alguien en PDVSA decidió hacer remodelaciones ocultas (tapadas) a las dos torres de La Campiña. Un país que se dice sancionado y bloqueado hace un gasto innecesario a una construcción verdaderamente robusta y en buen estado ¿¡quién se está lucrando de ese contrato millonario de remodelación, tan fuera de tono! Mientras, el gobierno, poniendo como excusa las sanciones y el bloqueo, no es capaz de cumplir con sus compromisos con los trabajadores?, bendita hipocresía madurista)

Un país que no es soberano no tiene nada que defender. Primero hay que hacer una revolución social, igualar las cargas, distribuir la riqueza nacional en beneficio de toda la sociedad, para luego defender nuestra voluntad de ser soberanos sobre nuestras conquistas, independientes.

Si queremos ser soberanos e independientes hagamos como Chávez una revolución socialista, liberémonos de la miseria capitalista, volvamos a Chávez y al plan de la patria original.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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