PSUV entre la vieja y la nueva política

Jóvenes, ancianos, comerciantes, ingenieros, estudiantes, tímidos, intelectuales, soñadores, ingenuos, y por supuesto alguno que otro vampiro, muestran la diversidad de personas asisten a las asambleas del PSUV. La gran mayoría personas que se consideran apolíticas, que nunca han militado en ninguna organización y quieren saber como es la cosa para participar, quizás por un instinto de supervivencia, al entender que si el presidente Chávez presenta debilidades en algunas áreas de su gabinete, o si recibe tantos ataques políticos, en gran parte se debe al no tener una organización política ordenada donde personas calificadas puedan ayudar sin esperar nada a cambio.

El primer reto es la organización, ya que aún existe la ingenuidad de pensar que todo lineamiento proveniente de Caracas puede adaptarse a las particularidades de cada región. Sin embargo, en la gente se percibe una sabia paciencia, y por ejemplo: si desde la capital se exige calarse cinco vídeos de unos señores hablando de socialismo, las personas en la asamblea deciden por mayoría modificar la metodología de la reunión para hacerlas menos aburrida. Advierto que es peligroso ese tipo de reuniones en las que cualquier loco se dispara un discurso de socialismo. Afortunadamente la gente no es idiota y sabe a quien y en que momento escuchar.

Es por ello que las asambleas están funcionando, en el entendido de que lo histórico es la participación de la comunidad en una actividad que solo producía fastidio e indignación. La vieja política puede y debe estar muriendo con el PSUV, por el simple hecho de que las personas están acudiendo sin que les paguen transporte, sin que les ofrezcan un beneficio o tengan la expectativa que al acompañar a un aspirante a candidato pueda verse favorecido a corto plazo con un empleo, un contrato, un crédito o cualquier otra mejora económica. Lo importante ahora son las ideas, de allí la complejidad del asunto, y de pronto el desconcierto para las personas materialistas.

Es histórico que la gente quiera entender en el sitio y no esperar a que le expliquen en la radio, la TV y la prensa escrita qué sucede en el país. Y mucho más interesante es que ese pueblo se comprometa a ejecutar acciones concretas, por ejemplo conformar un Batallón, para cambiar la realidad que les adversa. A diferencia de una movilización opositora cuyo único objetivo parece ofrecer un reality show a los medios.

No es nada fácil y la gente puede desmotivarse si ve que no se dan avances en su asamblea, si percibe que los discursos devaluados impiden la conformación de lo que pudiese definirse como un “Parlamento Comunal”. De allí que esa búsqueda del socialismo sirva precisamente para andar. Quién puede olvidar por ejemplo a Rosa Parks, la mujer negra cuya negativa a ceder su asiento de autobús a un hombre blanco dio inicio al movimiento de derechos civiles de Estados Unidos. O la rebeldía del coreano José Leonardo Chirino que abriría el camino a la independencia venezolana.

Un hecho aparentemente insignificante sorprende a los incautos cuando se transforma en una gran revolución. Lo que está motivando a la gente a acudir a las asambleas del PSUV no es insignificante. Está naciendo una ideología política que puede trastocar las columnas del sistema político y económico de Estados Unidos.

davidjavier18@gmail.com


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David Javier Medina


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