Venezolanismo es Socialismo

La manifestación de la más pura y elevada democracia altruista o filantrópica, es lo que caracteriza el “venezolanismo”, que se fundamenta en la propiedad y en la libertad. Estos atributos, constituyen las columnas en las cuales se sustenta una forma de gobierno que reconoce la igualdad y la fraternidad como normas básicas de la evolución democrática. La propiedad privada es sagrada, por cuanto es una de las dos columnas del “venezolanismo“ o del mejor sistema de gobierno. La propiedad bien adquirida con el trabajo honrado del adquiriente y la que la naturaleza ha dado al ser humano, es sagrada. La libertad, es la segunda propiedad del ser humano. Un ser pensante y su cuerpo físico, nada valen si no tienen libertad. De manera que, pensador y libertad, son dos cosas que no se conciben la una sin la otra. La propiedad es la primera base de la libertad, y la libertad es la primera base de la democracia. Sobre estos dos principios descansa el “venezolanismo“: Propiedad y Libertad.

Existen dos tipos de libertad. La concreta es la que contempla la Sociología y el Derecho. La abstracta, es la libertad de pensar, es inalcanzable, nadie puede someterla. Cabe destacar que el Derecho no castiga la intención o la libertad abstracta, sino los hechos, o sean las libertades concretas. La libertad concreta es la que forma la base de la democracia. Es la que necesita el ser pensante y su cuerpo para llenar sus fines evolutivos, demarcados en la forma de gobierno que hoy tenemos. “El venezolanismo“, es mejor que el fascismo, el nazismo, la monarquía y la democracia norteamericana. Es un gobierno altruista y filantrópico.

En el socialismo no se niega la propiedad privada y se respeta la economía mixta. Se profundiza en los medios de producción estratégicos y la propiedad social. Se desechan las costumbres impuestas por la transculturización y el mundo capitalista. Los bienes deben orientarse hacia la función social, con respeto a la propiedad individual. Aportar ideas y desarrollarlas en beneficio de la comunidad. Con el socialismo se propone una profunda transformación política, económica, social y cultural. El socialismo no está al servicio de la dominación, ni acepta mentes supremas que le impongan un recetario sobre su conducción. Hay libre albedrío en el aporte de conceptos y desarrollo de capacidad, actuando con autonomía en pro de la propiedad colectiva. Van desapareciendo las relaciones de poder concentrado en el jefe o mandamás, al asumirse una actitud de igualdad. La perpetuación de la injusticia encuentra su opositor en el músculo del socialismo. Se persigue la equidad y la justicia social a favor de la felicidad comunitaria. Contiene el socialismo una visión política integral y progresista. El socialista es emprendedor y seguro de sí mismo.

Al comprar las características del “venezolanismo“ o mejor gobierno, con los postulados del socialismo, sin lugar a dudas, existen similitudes innegables. Son dos modelos diseñados con estrategias previamente planificadas, convergiendo ambos en lograr la mayor suma de felicidad posible para el soberano. Que exista mayor cantidad de bienes y servicios que pertenezcan a todos, sin distinción de clases, ni razas ni credos. Todos tenemos derecho a un orden social que nos proteja integralmente. Dos modelos que tienen por base la propiedad, la libertad, el orden, el amor, la riqueza, los bienes y tierra bien repartida y reglamentada. Hasta la próxima, si Dios quiere.


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