En la reforma constitucional, se establecen criterios que indiscutiblemente, superan la expectativa de muchísima gente que incluso apoya el proceso de cambios en Venezuela.
En principio, se desarrolla una propuesta que incluye formas de autogobierno donde las comunidades tienen la oportunidad de empoderarse , hacerse dueños del poder y ejecutar sus planes de acuerdo a la creación de distritos funcionales que no es otra cosa que la unión de diferentes partes del territorio nacional, como por ejemplo municipios, parroquias o comunidades convertidas en comunas, que son formas de ejercitar la nueva geometría del poder y donde el estado solo ejerce una función de apoyo y fortalecimiento.
Ahora bien, cuando se está en la presencia de una práctica autónoma de ejercicio de poder comunitario que tiene que ver con la trascendencia de una organización social desde la comunidad y paralelo al Estado que además se legitima desde el poder institucionalizado, cuando la ciudadanía es capaz de orientar desde su interior las líneas de funcionamiento y concretar una acción para si misma, auto administrando sus bienes en colectivo, se puede hablar de poder originario.
Se entiende que lo característico de una constituyente originaria, es el ascenso de las mayorías organizadas para establecer un tipo de sociedad y estructurar una constitución, normas o leyes donde se plasme el proyecto de vida social y se prolongue la permanente necesidad del cambio con la participación de las comunidades.
Lo que quiere decir que, la reforma constitucional, a ser consultada el 02 de diciembre en el referéndum consultivo, está definiendo la futura sociedad socialista dentro del concepto de la práctica del poder por el pueblo, tomando iniciativas de legalización en beneficio de la libertad colectiva.
"El poder constituyente originario es el pueblo, quien se adueña de su destino y construye sus propias normas de convivencia". Hoy, la Republica Bolivariana de Venezuela, cuenta con un gobierno consustanciado con su pueblo, ganado para la transformación y conciente que el socialismo sin poder del pueblo es una repetición del intervencionismo del estado.
Cuando se habla del poder originario estamos afirmando de un permanente accionar de la gente en su entorno, con la fuerza material y espiritual de mejorar o cambiar su modo de vida.
Una de las teorías más cuestionadas y descalificadas políticamente es el anarquismo que tiene el sentido de la necesidad de ausencia del poder y el gobierno de las colectividades que ya se han unificado, son dueños de los medios de producción y los bienes que se producen, por lo que desaparece la necesidad del control policial y se ausenta el fenómeno de la delincuencia, por la razón del reparto equitativo y la igualdad social.
Hacia allá debe ir la sociedad socialista.
El argumento de la concentración de poderes en una sola persona, se cae por propio peso cuando el poder popular se convierte en mandato constitucional, a sabiendas de la imposibilidad de construirlo si las bases populares no asumen su papel protagónico y toman las iniciativas.
Está muy clara la pluralidad económica cuando se establecen diferentes tipos de relaciones productivas y de propiedad, donde inclusive el estado mantiene una posición contra el monopolio que también está en la propuesta de reforma constitucional.
La movilización de los estudiantes contra el proyecto del presidente Chávez está bien definida hacia la creación del clima de violencia necesaria para motivar a un golpe de estado o un enfrentamiento civil que genere los elementos políticos de descalificación internacional y la comunidad mundial para justificar una intervención militar.
Todo se dirige al presidente venezolano por representar el bastión y liderazgo de esta revolución.
La conciencia y claridad de nuestra gente permitirá asestarle una nueva derrota a los que sueñan con volver a un pasado de exclusión.
(Cumaná, estado Sucre)