Aunque no esperábamos el resultado del 2 de diciembre, tampoco nos abatió. Me sorprende ver compañeros que sienten que el Cielo se les vino abajo. Tal vez olvidan que el objetivo es el socialismo, el ser, y el referendo era sólo un medio para facilitar su construcción, la forma. Sin él igualmente podemos, con un poco más de dificultad, pero con más creatividad. El socialismo no se decreta.
Pero el referendo fue muy útil. Por una parte, como termómetro. Ahora sabemos que hay un 50% de venezolanos que apoyan el socialismo, lo cual es muy importante. Además, por supuesto, los aspectos que ya han sido señalados: contribuyó a fortalecer la CRBV, a las instituciones, al Presidente, a la imagen internacional, a arrinconar a los golpistas y al Imperialismo. Y otra ganancia: nos obligará a reflexionar. Una derrota: el PSUV, ha resultado una repetición de los aparatos de poder.
Ahora nos toca hacer un análisis profundo y ello requiere de un diagnóstico que esperamos se haga. Respecto a 2006 perdimos 3 millones de votos. Pero además posiblemente los votos del NO incluyen algunos votos chavistas (pues la abstención debe haber aumentado en las filas escuálidas). Así que bastante más de 3 millones de chavistas se abstuvieron o votaron no. Hay que indagar qué pasó con ellos.
Ya sabemos que el voto rural y de los barrios fue por el SI mayoritariamente (y paradójicamente por la abstención) y que el NO ganó en los centros urbanos (pero si indagamos, nos damos cuenta que en los sectores populares de los centros urbanos ganó el SI). Los centros urbanos de clase media y alta están dominados por el individualismo capitalista; las zonas rurales y los barrios conservan buena parte de la solidaridad precapitalista y entiende naturalmente el socialismo.
Un primer sector, el 50% de la población que votó SI, el sector humilde y rural, entendió y apoyó la propuesta, están por el socialismo. Pero los conglomerados urbanos de clase media y alta han sido individualizados por el capitalismo y podemos descomponerlos en dos: un segundo sector, individualizado por el capitalismo modernizante, que percibe al socialismo contrario a sus intereses, por la mentirosa campaña desinformativa de la derecha, teme la pérdida de pequeños privilegios, pero desconoce los grandes beneficios del socialismo, que superan sin duda la posible disminución de recursos que resulta al compartirlos más democráticamente. Y el tercer sector, las clases medias altas y la oligarquía que definitivamente siente con razón que el socialismo no le conviene, pues no está dispuesta a compartir. Este sector sí echó rodilla en tierra, no así el chavismo.
Así que la labor prioritaria está en ganarse al segundo sector y combatir al tercero. Buena parte del segundo sector serían los 3 millones de chavistas que votaron NO.
Otros factores que influyeron en los resultados son la falta de consecuencia entre lo que decimos y lo que hacen algunos alcaldes, gobernadores, ministros, etc. (corrupción, ineficiencia, desidia). También puede haber influido el miedo a la confrontación. Estos factores pueden haber influido fuertemente en la abstención, como un castigo, pero no en los que votaron NO (por lo menos en el bloque A).
Entonces la lucha prioritaria es ideológica. Ganarse al segundo sector y combatir al tercero. La oposición habla hipócritamente de reconciliación, para tratar de domesticarnos. Ya el Presidente contestó: la reconciliación es con la inclusión de los excluidos, con el Pueblo.
Afortunadamente, muchos de los aspectos involucrados en la reforma pueden desarrollarse vía ley normal ó habilitante. Lo que queda pendiente es la reelección Presidencial, algunos elementos del Poder Popular (pero no impide seguir avanzando con la actual CRBV y leyes habilitantes), la autonomía del Banco Central y las reservas internacionales, etc. Aquellos aspectos se que consideren indispensables pueden ser incluidos en una nueva propuesta de reforma, mucho más sencilla, vía iniciativa popular.
Un aspecto de cuidado es la próxima aparición de los ‘sucesores’ de Chávez, que exaltará a los caimanes que han penetrado a la revolución. De hecho, estamos discutiendo la posibilidad de someter por vía popular una reforma de un único artículo, el 230.
Nuestra acción es sacar provecho a los aspectos positivos: reafirmación de la CRBV99, de la institucionalidad, de la constitucionalidad, del carácter democrático del gobierno, de las libertades, etc. Este es uno de los aspectos más importantes. Tumbar la matriz del Imperialismo. Quitarle la iniciativa a la derecha.
Igual de importante, iniciar una gran reflexión bajo el lema Revolución dentro de la Revolución. Una revolución moral muy enérgica, basada en el poder para el pueblo. Menear la mata, derrotar a los ‘ideólogos’ del Socialismo del Siglo XX que han rodeado al Presidente. Incluso cabe la autocrítica del Presidente hacia su actuación, se ha hecho inalcanzable. Hay que excluir de los cargos a los camaleones. Es necesario ver corruptos detenidos. Evaluar con precisión las causas del revés.
Además, es importante retomar el ímpetu inicial de las misiones, de la eficiencia, del sentir social. Esto, por supuesto, no es posible sin la revolución moral.
Será necesario desarrollar los mecanismos políticos para resolver los aspectos que no se podrán llevar a cabo vía reforma de la CRBV. El PSUV, como está, no es una solución, es parte del problema. La clave es el poder popular, la democracia, la no manipulación.
Por último, debo referirme a la táctica que propuse. Yo voté SI en el bloque A, y NO en el bloque B. En mi municipio, Zamora (Miranda) ganó esa opción. De esa forma manifesté mi apoyo al socialismo y al Presidente, pero hice firme mi protesta contra la corrupción, la burocracia y la desidia, contra lo que no vemos medidas. Si se hubiese impulsado la autocrítica y se hubiese puesto esta opción en manos de quienes, chavistas manifiestos, están muy molestos con la camarilla que ha rodeado al Presidente, es posible que hoy tuviésemos constitución reformada. La molestia hubiese drenado hacia el rechazo del bloque B. Estoy en paz con mi conciencia.
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