Desatadas las pasiones electorales

Lo que nunca podremos dudar es la cultura electoral que tiene nuestro pueblo, y hago énfasis en lo electoral ya que esa falacia de que esto implica una cultura democrática logra el objetivo central de lo que nos han tratado de implantar en nuestro sistema político, sin darnos cuenta que lo electoral es la traducción perfecta de la representatividad, cosa contraria a los principios básicos del concepto original de democracia que implica la participación directa del pueblo en los asuntos públicos.

Sin embargo, no deja de ser la elección a cargos públicos un método que bien administrado puede ser útil para lograr el objetivo democrático, siempre y cuando se escojan liderazgos emergentes que tengan la conciencia política necesaria para comprender que serán electos para implotar las instituciones cuartoreplublicanas de las que serán parte, para dar paso real y concreto a la viabilización del llamado socialismo bolivariano o a la venezolana.

Es un reto fascinante, no sólo para quienes aspiran sino, para quienes escogerán los que necesariamente serán los candidatos de la revolución que deberán reoxigenar una imagen golpeada por los errores y desaciertos de liderazgos ya agotados dentro del proceso revolucionario, que ya han cumplido un ciclo, que debe ser complementado por un reimpulso revolucionario con ideas novedosas y estilos de liderazgo más democráticos en cuenta a la conformación de equipos amplios, menos sectarios, o no sectarios.

La renovación revolucionaria, además, deberá ser lo suficientemente sólida en su formación política para afrontar con decoro la derrota del 2D, que ha impactado de manera significativa en las bases del chavismo y en la masa electoral, lo que implicará que ya el Presidente Chávez no será un "portaviones" sino, una referencia ética que permitirá impulsar liderazgos propios o con gran potencialidad, sin garantizar su llegada triunfante, lo que conduce a la necesidad de un mayor perfil de nuestros candidatos para persuadir al electorado que además de Chávez, su equipo vale la pena, cosa que lamentablemente hasta ahora no se ha logrado por completo.

Por esto, la elección de los candidatos dentro del PSUV será determinante, ya que deberá superar las prácticas tradicionales del MVR, donde la imposición de las tendencias de los líderes tradicionales, que además están apoyadas por los recursos de las instituciones que lideran, se imponían ante las buenas voluntades o los liderazgos bien formados para hacer ejercicio de cargos públicos de elección popular para el desarrollo y la defensa del socialismo bolivariano.

Esperamos que en este primer proceso interno se impongan las corrientes sobre las tendencias, asumiendo que las corrientes son ideológicas y las tendencias giran en torno a personalismo, convencido de que dentro del PSUV existen las corrientes necesarias para llevar a la práctica las ideas que guían al proceso revolucionario.

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Nicmer Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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