Desde pequeños, al menos en tiempo pasado reciente, era muy común, la puesta en nuestros oídos de apodos o sobrenombres, que de alguna manera identificaban la personalidad de los apodados, casi nadie escapaba de esos aciertos descriptivos de alguna faceta física, oral o visual. La costumbre no era bajo ninguna circunstancia ofensiva sino, por el contrario con una alta dosis de cariño negro (humor negro), solo para ubicarnos en la mejor de las intenciones.
Ahora, otra cosa, es la identificación por algo o alguien, es decir políticamente se endilga al partidario político de alguna manera un marcaje que sirve para mucho, ya sea para los que están de un lado y del otro, el compromiso de comulgar con nuestras ideas deriva en esa identificación que cubre las expectativas del simpatizante o del militante político partidista.
En los actuales momentos se debe producir un giro importante en el reconocimiento de los partidarios del proceso revolucionario socialista venezolano, dado fundamentalmente, porque a la palestra pública salió un partido identificado con el socialismo, que es el P.S.U.V., por lo cual lo correcto, lo sublime y lo de mayor identificación es el de socialista.
Ustedes verán que la construcción del partido, pasa por la necesidad de que existiera ineluctablemente, fundamentalmente además, como requerimiento revolucionario de una gran organización que gire y oriente sus actividades con el colectivo y para el colectivo, lo que supone que el llamarse socialista recoge todos los elementos para identificarnos con el proceso revolucionario, lo que a su vez, produce la efectividad buscada de su fortalecimiento, acción y ejecución y por analogía y silogismo, lo que es bueno para el partido es bueno para la revolución.
El ciudadano presidente lo ha mencionado en varias oportunidades, el chavismo como tal no existe, el caudillismo se caracterizó por ello, lo de chavismo fue una identificación temporal surgida de la razón del aluvionismo representado por Chávez, como líder máximo del proceso revolucionario venezolano. Dicho esto, podemos entonces decir que la revolución venezolana es socialista porque está en manos de socialistas su consolidación a través del partido. Otras consideraciones, que bien podrían hacer militantes o simpatizantes de la causa venezolana, pasan por la definición de socialistas de ahora en adelante, quien no lo entienda, que reflexione debidamente y quien no lo acepte definitivamente está en el lado equivocado.
Llamarse socialista representa un signo de avance en el mundo actual, las teorías viejas y caducas, eran otra cosa cuyos ejemplos bien conocemos, lo que queremos decir, que ser socialista en el siglo XXI es un nuevo compromiso con la libertad, con los derechos humanos, con la justicia social, con la equidad, contra la exclusión social y política y en el caso venezolano a través del voto se busca bajo la profundización de la conciencia de todos su valoración y raigambre en la estructura social venezolana, lo que llama a que el concepto de la ideología del socialismo a crear todos los días es producción venezolana, obviamente alimentada, oxigenada por los grandes pensadores clásicos y que a través de sus ideas y planteamientos sirvan de base para la acción de las nuevas ideas que el mundo actual exige.
No es nada nuevo decir que la revolución la hacen los revolucionarios, es elemental decir esto, ahora bien, lo otro es buscar en la biblioteca de la historia cuantos movimientos revolucionarios se han caído, producto en mucho de sus torpezas y desaciertos, lo que nos obliga a identificarnos plenamente con un concepto socialista que instrumente el que hacer y hasta donde llegar en asuntos de la relación del Estado y el Capital, de la política económica y los agentes económicos, del destino de los medios de producción privados y la generación de los modos de producción socialistas, todo bajo el respeto inexorable de los derechos humanos fundamentales, pero que a su vez, aunque nos pueda lucir arbitrario, definir de buena marcha los designios de la revolución en temas como los anteriormente descritos, la vacilación de lo que llamamos la dirección de la sociedad socialista pasa por aprehender el deber ser y el como hacerlo sin apresuramientos y bajo la mirada firme de todos y todas de quienes nos sentimos plenamente comulgantes en la revolución venezolana socialista.
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