Dilema de vida o muerte

La encrucijada en la que se encuentra el militante honesto de la revolución, es de alto grado dilemático. Por un lado tiene que enfrentar y no cederle espacio a los sátrapas que disfrazados de rojo, se colaron en las filas del PSUV y desde allí están haciendo una labor de corrosión interna que, ha sembrado la duda y la incertidumbre de un alto porcentaje de la militancia. Se puede leer y escuchar opiniones de voceros, comisionados y militantes, haciendo quejas y denuncias que hacen meditar a mas de uno si vale o no vale la pena esta lucha. cuando el desgano se apodera de nuestra voluntad, tenemos que recordar cuales serian la consecuencia que traería tirar la toalla y dejar todo al abandono. Afortunadamente, no tenemos recuerdos tan lejanos de estas resultas, solo con retrotraernos al abril del 2002, visualizamos las consecuencias, mismas que irán mas allá del Chavismo o no, pues el pueblo llano también tendrá su dosis de represión y asesinato, sin discriminación, por que en esto de reprimir y asesinar, si es muy democrática la llamada oposición pro yanqui.

Por la otra cara, tenemos que los que llevamos la lucha por la justicia en la sangre, no cejamos en nuestro sacrificio de lucha desinteresadamente, somos discriminados y marginados del ámbito donde se toman las decisiones en la organización, pues al no creer en elites ni grupos, impulsamos las decisiones colectivas, que se oponen a las burocracias politiqueras y manipuladoras, que han dirigido hasta ahora al MVR, de ayer y al PSUV de hoy. Ante este conflicto de intereses, tenemos que entender a la vez, que no se le puede facilitar el camino de la recuperación de espacios a la oposición apátrida y anti pueblo. Nos reventamos la cabeza pensando en la manera mas lógica y astuta de dar la batalla y no favorecer a ninguno de los dos bandos enemigos. En ambas situaciones, de lograr vencer cualquiera de esas dos perversas tendencias, el resultado es el mismo: persecución, cárcel, pobreza, miseria, tortura y asesinato selectivo y permanente. Ese es el oscuro panorama en el futuro popular, de no consolidar la revolución y desplazar a los intereses egoístas y engañadores de los enemigos internos y externos del proceso. Desde las bases debemos seguir presionando al líder del proceso, para que la radicalización de la revolución se acelere, pero siempre siendo tácticos y precavidos. No se trata de tomar decisiones a la ligera, para alertar o darles elementos que puedan ser utilizados por la malinche oposición, no, hay que sacar bien las cuentas y dar el paso en la oportunidad adecuada. Pero se trata también de no ser incauto y seguir tendiendo puentes de dialogo o de perdón, a una gente, que utiliza esos puentes para usarlos como vía de entrada para colocarles cargas de destrucción al proceso, usando el engaño y a farsa, y tratando de fortalecerse éllos a costa de nuestra debilidad. En toda batalla, después del triunfo, lo que sigue es un examen de nuestras fortalezas y debilidades, al igual que las del enemigo. Después de concluir, lo procedente es seguir atacando al enemigo para debilitarlo y llevarlo a la derrota definitiva. Pues mientras ellos son sanguinarios y sin escrúpulos, nosotros somos débiles y perdonadores de delitos que nos han causado muerte en nuestras filas. Lo del 14 de abril, por ejemplo es una de esas fallas. Ahora anda por ahí un señor proponiendo dialogo a quienes andan con un puñal en la cintura y revolver en las medias, personas que han demostrado qué, no cargan esas armas por adorno, que siempre están prestos a usarla a la primera oportunidad en contra del pueblo.

Preocupa, de verdad que preocupa mucho lo que será del futuro del PSUV. Y por ende preocupa lo que será del pueblo venezolano y latinoamericano, si fracasamos en construir nuestra estructura social, comunitaria y anticapitalista. Presidente: póngase en contacto con el pueblo, utilice los teléfonos y correos que tiene en la lista del PSUV, escoja al azar 15 o 20 personas, convóquelos a un lugar especifico en caracas, aclare que desea escuchar de viva voz sus planteamientos políticos organizativos, puede ser cada 15 días un estado diferente, haga la escogencia Ud. mismo, para evitar algún desaguisado interesado, que un personal de su confianza, se comunique con los seleccionados. Le fije la fecha, hora y lugar de reunión. Así estará mas al día con el sentir y pensar del pueblo revolucionario. Tal vez escuche cosas allí que nunca le dirán por otros mecanismos… el pueblo es sabio presidente, dele mayor posibilidad de hablarle y el entuerto se enderezará. De todos depende el futuro, dejemos que todos decidamos.

javiermonagasmaita@yahoo.es


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Javier Monagas Maita


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