Corto pero conciso

Gracias a Dios existe el pensamiento critico y dialectico. De no ser así, todavía estuviéramos empujando piedras cuadradas, para desplazar objetos. Hay personas que consideran que la lealtad consiste en una siesta intelectual en la cual el pensamiento critico es un arma contra nuestros aliados de causa. Este tremendo error es el que hace que los caudillos nazcan por razón de la involuntariedad de expresar lo que se piensa, por el temor de herir susceptibilidades y liderazgos. Vladimir Acosta tiene razón ¿Cómo es que decimos creer en un proceso de cambio revolucionario y dialectico, si no somos capaces de cuestionar algunas decisiones que van en contra de la mas elemental lógica? La verdad absoluta y el dominio del escenario natural universal, no es de dominio total de nadie, es mas ni siquiera de grupos. Decir que el Camarada presidente se ha equivocado y ha cometido errores, no es ser contrarrevolucionarios; es todo lo contrario. Ser critico en conciencia de la necesidad del aporte para la rectificación oportuna, es ser leal a quien se critica, cuando ejercemos esa necesidad histórica en positivo, lo hacemos para conservar lo bueno que se posee como liderazgo. No se trata de desconocer o atacar el líder como tal, no, se trata de velar por el correcto transcurso del proceso del cual todos somos pasajeros y que si el conductor se descontrola en un bache, tenemos que alertarlo para que no se desbarranque. El destino hacia el que marchamos en este vehículo llamado revolución, no debe ser un vehículo que conduce borregos, es un transporte de seres cargados de iniciativa que se han fijado una meta en común : el socialismo.

Esa meta no la logra un hombre o mujer sol@s. Esa es tarea de un colectivo, tal como lo plantea mi hermano (sin conocer) Vladimir Acosta, entonces no se trata de atacar al mensajero que siembra alertas, se trata de analizar y analizarnos si somos en verdad revolucionarios, de revisar el concepto y de ver si estamos comportándonos de acuerdo a su definición. El presidente se equivoca, se ha equivocado y se equivocará – es humano- señalar esos errores para su rectificación, mas que hacer daño, favorece la marcha hacia en destino fijado. No se trata de que se cuestionan los logros alcanzados; se trata de asegurarse de alcanzar los que falta, para llegar al llegadero. Estoy seguro que Hugo no se molestará con las palabras de Vladimir o de cualquiera de nosotros que lo hemos criticado en su momento; cuando las circunstancias lo han exigido. Por algo el mismo clamor del pueblo dice que al presidente lo han deja do solo y rodeado de gente conformista - eso se oye en la calle- yo no comparto la totalidad de esas expresiones pero si tienen su parte de verdad.

Ser críticos constructivos es parte de la responsabilidad de todos los que queremos un mejor mundo. Si no practicamos el pensamiento critico y oportuno, no estaremos ayudando a la concreción de los objetivos revolucionarios, lo mas seguro es que nos convirtamos en castrados cerebrales, incapaces de usar el raciocinio por temor a ofender o molestar al líder. Y si de algo debe estar dotado todo aquel que pretenda asumir un liderazgo, es estimular la critica positiva.

javiermonagasmaita@yahoo.es


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Javier Monagas Maita


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