Toda crisis es una encrucijada que obliga a sopesar cuidadosamente las opciones y siempre es un reto que exige respuestas oportunas y no convencionales. La peor conducta ante ella es sobrestimar las capacidades propias o subestimar su naturaleza y efectos. Tomar ese camino podría conducir a consecuencias desastrosas e impredecibles.
Algunos retos del gobierno ante la crisis son:
1) que su manejo no afecte el salario real de los trabajadores y las conquistas sociales en salud, educación y hábitat;
2) que los planes de inversión en energía, infraestructura y desarrollo agrícola continúen;
3) que se optimice y racionalice el gasto público garantizando eficiencia en la prestación de los servicios y, en la lucha a fondo contra la corrupción y el burocratismo;
4) que se ataque eficazmente la inflación en sus componentes coyuntural, estructural y especulativo;
5) que se ejecute una política efectiva de diversificación y mayor productividad de la economía;
6) que se logre la captación de inversión privada externa e interna, aprovechando la pérdida de confianza en los mercados financieros internacionales y la búsqueda de inversiones seguras ante el colapso del modelo neoliberal, por parte de países como China y otros que manejan excedentes financieros;
7) que se hagan las inversiones necesarias en la industria petrolera para el mantenimiento e incremento de la capacidad de la producción, respetando las restricciones impuestas por la OPEP;
8) que se logre un ajuste de la importaciones de bienes y servicios a los realmente necesarios, para evitar desequilibrios en la balanza de pago, que obliguen a “quemar” las reservas internacionales y los ahorros acumulados en FONDEN y otros fondos destinados a la inversión social;
9) que se apliquen políticas interna de control del consumo de hidrocarburos, para evitar su despilfarro y fuga hacia países fronterizos, ante la necesidad de compensar la caída de los ingresos fiscales petroleros;
10) lograr que, mediante políticas públicas, la banca se oriente hacia el crédito productivo y abandone su carácter especulativo, parasitario y exportador de capitales.
gamarquez2@yahoo.com
Esta nota ha sido leída aproximadamente 2694 veces.