Hay algo peor que el Chavismo sin Chávez

La disyuntiva que se plantea es lo que se necesita para encausar el rumbo hacia el socialismo del siglo 21 en medio de ésta maraña de cabezas calientes y frías.

Solo un liderazgo como el del presidente Chávez con mucho arte e intuición logra mantener ésta gran masa mas o menos amalgamada. Allí su virtud, allí su desgracia.
Para todo movimiento es vital una dirección consistente y consecuente, con visión clara del objetivo, pero pender de un solo hombre es condenar la suerte de la misión a lo efímero.

La tarea es colosal, y como dijera Bolívar en su manifiesto de Carúpano en septiembre de 1814 “Mas, si los sucesos no han correspondido a sus miras, y si desastres sin ejemplo han frustrado empresa tan laudable, no ha sido por efecto de ineptitud o cobardía; ha sido, sí, la inevitable consecuencia de un proyecto agigantado, superior a todas las fuerzas humanas”.

Si somos inteligentes debemos estar concientes que el proyecto nos sobrepasa, pero esto no es catastrofismo ni mucho menos sino el desafió que se nos impone de estar a la altura del proyecto, y el proyecto es liderado por un hombre, pero el proyecto no es el hombre (Débil paja en el huracán revolucionario) sino la patria, a ella nos debemos, por ella nos consumimos y nos consagramos junto con el líder que ha dado sus líneas claras.

Este es el Proyecto Bolivariano, de que si hay algo peor que un Chavismo sin Chávez es una revolución Bolivariana sin Bolívar. eso si es trágico y peligroso.

Sin el ánimo de herir susceptibilidades, tan a flor de piel cuando los extremismos se baten en medio de pasiones, cuando se pretende ser más papista que el papa, cuando las teorías políticas, económicas y filosóficas se convierten en punto de honor, es cuando surge gigante el tino y la sabiduría del guía de esta revolución que asume su nombre: Simón Bolívar” desde mi punto de vista y acorde con las palabras de nuestro presidente Bolívar; el gran desconocido.

Bolívar el legislador, quien a los 22 años tenía mas que claridad, clarividencia, él mismo cual Juan el Bautista puso el hacha sobre la raíz detectando el origen del drama humano; Roma con su estructura, origen y causa de todas las calamidades,

Cito parte de sus palabras ante Samuel Robinson y Fernando de Toro en el Monte Sacro el 15 de Agosto de 1805: “Este pueblo ha dado para todo; severidad para los viejos tiempos; austeridad para la República; depravación para los Emperadores; catacumbas para los cristianos; valor para conquistar el mundo entero; ambición para convertir todos los Estados de la tierra en arrabales tributarios” “Este pueblo ha dado para todo, menos para la causa de la humanidad” “mas en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad, parece que el asunto ha sido desconocido y que el despejo de esa misteriosa incógnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo”

Nos toca a nosotros en este nuevo mundo romper con todo lo que huela a la vieja estructura eurocentrista desde su mismo fundamento jurídico para dar forma a un mundo más justo donde el hombre realmente respire libertad, y para ello el gran desconocido arroja luces a raudales.

Bolívar 14 años después en Angostura y ante el congreso fundacional de Colombia, luego de exponer lo nefasto que son las leyes imperiales, apela al Espíritu de la leyes de Motesquieu para persuadirnos de la necesidad de romper con las leyes imperialistas

Cito “. ¿No dice el Espíritu de las Leyes que éstas deben ser propias para el pueblo que se hacen? ¿Que es una gran casualidad que las de una nación puedan convenir a otra? ¿Que las leyes deben ser relativas a lo físico del país, al clima, a la calidad del terreno, a su situación, a su extensión, al género de vida de los pueblos? ¿Referirse al grado de libertad que la Constitución puede sufrir, a la religión de los habitantes, a sus inclinaciones, a sus riquezas, a su número, a su comercio, a sus costumbres, a sus modales? ¡He aquí el Código que debíamos consultar, y no el de Washington!”

¿Porqué entonces no comenzar desde allí? Examinemos cuanto de imperialismo hay en todas nuestras leyes partiendo desde nuestra constitución y extirpemos de ellas todo aquello que no contribuya a la construcción del Socialismo Bolivariano. Rompamos de una vez con el Código de Washington, que es el mismo el imperio romano, que es el mismo que han enseñado, y más que enseñado, impuesto como único camino en nuestras propias universidades.

Seguramente más de un jurista viejo y nuevo o mas de un teórico político pegará el grito al cielo por la acometida de semejante profanación. pero créanme: no hay otra forma de despejar el camino hacia el Socialismo Bolivariano.

Aun retumba en mis oídos las palabras del presidente enana de las cumbres del MERCOSUR “Los códigos de nuestro futuro están en nuestro pasado”

Saquemos a Bolívar de nuestra revolución y solo cosecharemos frustración no sin una cuota de sangre inútil.

Hay algo peor que el Chavismo sin Chávez… y es una revolución Bolivariana sin nuestro libertador Simón Bolívar

aaaaamilcar@hotmail.com
Cantautor


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Amilcar Briceño


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