Fidel entiende
algo que sobrepasa las visiones de Carlos Marx: el riesgo de la extinción
de la especie o de la vida en cualquiera de sus formas bien sea por
una conflagración nuclear o por los desequilibrios climáticos. Esto
más la suma de un contingente de “parados” entendiendo por este
nombre a esa enorme población que quedará
sin trabajo debido a la gran recesión que comienza son los detonantes
desde donde seguramente el maestro insigne y camarada Fidel Castro,
nos da su luz. El imperialismo deshumaniza la guerra, pero sólo en
su territorio y poderío, quiere decir que podrá
atacarnos con armas en las que los ciudadanos americanos no tengan que
derramar su sangre, pero los nuestros si.
La posibilidad de sobrevivencia del imperio se ha globalizado, necesitan
hacerse de los recursos de todo el planeta y no eluden el involucrar
el planeta Marte como nuevo destino, o la misma Luna de nuestras noches,
a donde se sospecha de trece viajes secretos y donde estarían
acondicionando refugios a donde mudar su sede y su
élite de millonarios.
Fidel hace
profecías, yo tan sólo quiero escribirles hoy sobre tres destinos
a donde llegaría el futuro de nuestra sociedad.
Que pasará
con las guerras, reflexionaba anoche mientras encendía mentalmente
la pantalla visualizadora Infra tiempo y coloqué
las coordenadas para comenzar mi viaje:
Los clásicos
sonidos de los susurros del viento más
las imágines que se desdibujaban veloces
y se hacían imposibles de captar me hicieron sentir el vacío en la
barriga que me da la certeza del desplazamiento en el túnel del
tiempo:
-I-
¿Será qué
llegaré a un sistema solar con más planetas habitados o invadidos,
y naves aterrizando o despegando de estaciones orbitales, con seres
humanos y alienígenas conviviendo en un infierno similar al de mi siglo
pero con rango cósmico y en donde la velocidad de la luz ya sería
de dominio público y la muerte y el acecho llenarían de brevedad las
existencias con rayos y proyecciones holográficas, contadores digitales
envolviendo los antebrazos y cascos con doble visión: normal y virtual
serían la percepción de un planeta dominado por una inmensidad de
adolescentes intervenidos genéticamente y combatiendo contra los imperios
de los otros sistemas solares que tratarían de colonizarnos o contra
los ejércitos del mismo imperio de los señores del dinero y del capitalismo
cósmico de siempre, que ahora contaría con ejércitos de humanoides
con modificaciones genéticas y reproducidos masivamente
por multiplicaciones de clones, luchando cómo siempre contra el pueblo
infinito que seguiría resistiendo?
-II-
¿Será qué
llegaré a un universo con todos los planetas en ruinas, con olores
de azufre y de asfixias, todo árido y seco, sin árboles, sin ríos,
con los polos derretidos y sólo con lamentos y esqueletos calcinados,
con huracanes radioactivos que soplarían quemando los restos del planeta
y buscando inclemente a los sobreviviente que vivirían como topos arrastrándose
entre túneles, mutantes de humanos y animales, todos hijos de las guerras
de la fusión nuclear donde se habrían borrado las sonrisas de las
caras y sólo quedarían los chillidos de la maldad convertidos
en actos asesinos para la sobrevivencia sobre un escenario lleno de
las ruinas que quedaron de mi siglo 21?
-III-
¿Será qué
llegare a un planeta azul y hermoso en el año 2.100, lleno de
descendientes musculosos y felices, en ciudades reencontradas
con todos los animales de las selvas, con cinturones anti gravitacionales
que me dejaran jugar con las jirafas y las cebras; lleno de cientos
de hermosos seres y cascadas de sonrisas infantiles, con un aire limpio
con fragancia de azahares, con ríos y lagunas por doquier y aves
y plantas exóticas entre nosotros coloreando con su magia
cada espacio lleno de visitantes silenciosos de otras galaxias
y donde la paz y la sabiduría me harán sentir como prehistórico,
donde las guerras y los horrores del pasado serían sólo las memorias
de la prehistoria y donde los chips y censores sería apenas perceptibles
entre tanta fuerza de amor y de conciencia cósmica presentes?
Epílogo.
Después del
viaje hacia el futuro dí un salto y me levanté de
nuevo en el siglo 21, con la brújula del tiempo apretada a mi puño.
Me desperté a transcurrir un jueves más de mi existencia en
el año 2.009 y voy tejiendo hoy con mi memoria los cuentos
que contaré mañana a mis nietos, mientras que con los ojos llenos
de sueños retomo mi diario combatir por el mundo soñado, para
abrir el camino a una sociedad liberada y planetaria, al comunismo sideral
que tanto añoro dejar como herencia a los hijos de los hijos de mis
hijos.