El Partidos Socialista Unido de Venezuela vive un momento clave en su destino fundacional como organización y brazo político de la revolución bolivariana, en vísperas de un Congreso extraordinario que tiene como objetivo la definición y el establecimiento de los principios fundamentales en torno a los cuales el partido debe girar para el logro de sus objetivos.
Ante ello, el debate de corrientes ideológicas, de tendencias personalistas, de intereses sectarios en lo económico y político, el antagonismo entre el Estado, el Partido, el Gobierno y el Presidente, el deseo entrañable de una dirección política colectivizada, que sepa interpretar, ejecutar y aportar ideas al líder de la revolución y la propiedad social como horizonte estratégico, son entre otros los temas que esperamos estén presentes en el debate.
Las críticas al proceso de constitución de los delegados al Congreso, y seguramente, su proceso de desarrollo, serán inclementes por parte de sectores que no se vean beneficiados, representadas o participantes en los resultados del congreso, pero es claro e imprescindible que quienes participen como delegados, aún a pesar de su amplio bagaje de conocimiento, asuman una actitud humilde y necesariamente “voceríl”, esto quiere decir, asumiendo una conducta de vocero de lo que se discuta en las patrullas de su municipio.
Es importante tener cuidado con la infiltración representativa, ya que más que una infiltración de alguna corriente ideológica poco vinculada al socialismo bolivariano, el mayor riesgo es que se infiltren ideas verdaderamente pequeño burguesas en sus prácticas, que orientan su acción a la “delegación” de soberanía de las bases del partido.
Es por ello importante recordar algunas palabras atribuidas a Zamora en la película de su mismo nombre, dirigida por Román Chalbaud, cuyo guión fue redactado por Luis Brito García: “Una Revolución sin ideología es como una piñata.... todos se arrodillan ante ella hasta que se acaben los caramelos”. Evitemos que la revolución se vea como una piñata, y démosle las herramientas a la militancia del partido para avanzar en la proposición crítica de transformación permanente.
Escojamos a la vanguardia, que se traduce en escoger a los que hacen lo que piensan y saben expresar sus pensamientos en acción; eso es socialismo real.
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