Un enero de
grandes lunas y soles que tiñen de naranja el cielo, amaneceres acompañados
de los grillos que apagan sus sonidos con el alba, con los gallos que
anuncian infinitos el amanecer, con los verdes forrajes llenos de rocío,
con el alma envuelta en sueños y los ojos de siempre que van pasando
revista a la vida. Un año que empieza para cerrar la primera década
del siglo XXI, un niño mirando las agujas del reloj que no marca ya
las horas, un cielo agujereado de estrellas y de esperanzas, un hombre.
Volver a salpicar
de letras la pagina de Word se me aparecía difícil, quizá en
la soledad de aquella selva tenía que parecerme así. Los temores en
mis noches caminando sobre las calles del sueño, de la mano de humildes
campesinos, mis temores que se tornaban en furia, que me pedían volver
a seguir escribiendo, hilvanar tejidos con palabras que sembraran en
un surco profundo el grito de todos, los párrafos que leí de
1.812, de esa historia tan necesaria para estar prevenidos y no repetirla,
aquella Venezuela azotada por Monteverde y por la desilusión del pueblo,
que terminaba añorando nuevamente al Rey Fernando VII y abandonando
todo el sueño revolucionario de nuestra independencia, cerrando las
puertas de sus casas a los patriotas, desbandándose los ejércitos
y pasándose al bando de los realistas, la revolución naciente que
nos trajo Miranda que temblaba en las manos de un pueblo confundido
y sin conciencia, la Primera República cayéndose al foso de la historia
se me venía aterradora como una pesadilla ante mis ojos y mis manos
tejiendo palabras para mi pueblo, amores a esta Quinta República que
aun puede devolverse al mismo infierno sino terminamos de despertar.
Era mis disertaciones estas noches anteriores en que comenzó el año.
Volver a empezar, volver a escribir.
Fui a buscar
las palabras simples del hombre del pueblo, eso que llamamos realidad
histórica, por allá lejos de las oficinas y Palacios, con olor
a tierra, con olor a indígenas, aun con mucho olor a pobreza, a ignorancia
y terribles sudores de azufre, errores, errores temibles que acechan
como enemigos más temibles que el mismo imperio.
Vengo con las
alforjas cargadas de los sueños no cumplidos, de las esperanzas aun
acunándose en los brazos de mi gente humilde, con el grito gutural
de la verdadera revolución necesaria. Vengo con una plegaria, con un
alarido, con los mismos sueños que claman nacer de una vez y para siempre,
vengo con mi uniforme de soldado oloroso a abrazos de aquellos que están
allá esperando que cumplamos el deber de lograr la victoria.
No sabía como
empezar esta primera entrega de este año, desempolvé el teclado
y entré a revisar los correos. Quiero adjuntar dos breves cosas
que quiero compartir con todos, mi abrazo revolucionario para todos
en este año nuevo, fin de década, mi compromiso más fuerte de seguir
la lucha y mi fe inquebrantable de luchar con mas fiereza, de serle
fiel a todos los compatriotas humildes que compartieron esta navidad
conmigo, el grito de guerra mas feroz todavía, la irrevocable decisión
de denunciar y luchar para derrumbar a las fuerzas del pasado dentro
de nuestras filas y mas allá de las fronteras. Mi invitación a hacernos
coherentes, a entender la necesaria vocación de unirnos, de hacer entre
todos la unidad invencible, a seguir adelante, siempre hacia delante,
indetenibles.
Encontré
esta reflexión de nuestro embajador Roy Chaderton Matos:
¿Y si
perdiéramos las elecciones...? |
“Ya es hora de que cada uno
asuma sus propias responsabilidades; es una sinvergüenzura contrarrevolucionaria
que pusilánimes y perezosos esperen cómodamente a que el Presidente
se entere y actúe. Ya es hora de que algunos personajes con poder oficial
hablen de política, de socialismo, den la cara con su nombre y apellido
y corran riesgos por nuestro proceso.
Ya perdimos un referéndum en el 2007 por una farragosa oferta e incapacidad
para desmentir las falacias desestabilizadoras sobre la propiedad privada,
la educación, la integridad familiar y la escasez, que ya por cierto
comenzaron a reciclar para las próximas elecciones. Es el veneno inoculado
por la canalla mediática entre los segmentos más frágiles y manipulables
de nuestra clase media y popular que votaron contra nosotros. Al propósito,
asumamos la reflexión de Fidel cuando señaló que en Venezuela no
puede haber cuatro millones de oligarcas.
Nunca antes tuvimos tantas oportunidades para educarnos; ni esta libertad
de expresión que debemos garantizar sobre nuestras justas emociones;
nunca antes se veló tanto por la familia y los niños ni hubo tantos
propietarios privados; nunca antes tuvimos una revolución feminista;
nunca antes la clase media fue tan protegida y defendida como bajo el
Proceso Bolivariano, pero la mentira mediática ha logrado calar entre
compatriotas confundidos, pero rescatables, a quienes tenemos que acercarnos
sin arrogancia sectaria.
Si ahora Venezuela es de todos, tenemos que estar al alcance de todos
y comprometidos para alcanzar a todos.Venezuela es el joropo recio que
tanto amó mi padre, un “musiú” a quien se tragó esta tierra;
pero también es gaita, bambuco, joropo tuyero, polo coriano, galerón,
vals, fulía, malagueña, merengue, tamunangue, polo margariteño, etc.
También es José Angel Lamas, Juan Bautista Plaza, Rafael Isaza, Teresa
Carreño, Pedro Elías Gutierrez, Vicente Emilio Sojo, Luis Felipe Ramón
y Rivera, el Indio Figueredo, Fulgencio Aquino, Benito Quiroz, Ángel
Custodio Loyola, Juancho Lucena, Vicente Emilio Sojo, Antonio Lauro,
Moisés Moleiro, María Luisa Escobar, Laudelino Mejías, Conny Méndez,
Armando Molero, Nelly Mele Lara, Chucho Sanoja, Antonio Estévez, Alí
Primera, Billo Frómeta, Luis Mariano Rivera, Aldemaro Romero, Otilio
Galíndez, etc. etc. etc.
Nuestro país es como una Orquesta con un gran Director, a quien tenemos
que acompañar sin desafinar. Las disonancias echan de la sala al público
que estamos obligados a atender, conservar y comprometer con una buena
ejecución. La música atrae, no separa; es armonía, no gritos, pero
a veces gritamos tanto que no nos pueden escuchar.
La golpista oposición que con un potencial del 40% del electorado se
retiró de las elecciones para la Asamblea Nacional dos días antes
del evento, en espera de los marines, podría ponerse más inteligente
y prepararse para las elecciones del 2010, dirigida por el Imperio,
la dictadura mediática y Uribe, además de animada por sus triunfos
regionales previos, con la ventaja de que el portaaviones Chávez no
será candidato el próximo año. Entonces podría ocurrir ¡Dios no
lo quiera!, que si gana la oposición unida, aunque sea por un punto
como en el 2007, terminaríamos en la bochornosa situación de además
de cornudos, apaleados.
¡Que vergüenza ante nuestro Pueblo y ante los pueblos del mundo, si
una revolución histórica como la bolivariana, llegase a fracasar por
culpa de unos cuantos corruptos e incompetentes que se pretenden inmunes
e impunes ante la Justicia; sin dar tiempo al surgimiento de la mujer
nueva y el hombre nuevo!.
En el supuesto, ojala negado, de que en consecuencia perdamos las elecciones
del 2012 ante una oposición unida con el apoyo financiero y mediático
de la escoria global, ¡olvídense! de que habrá una transición democrática
civilizada y que un nuevo gobierno también democrático procederá
a rectificar errores heredados y a reconciliar a los venezolanos polarizados,
mientras los perdedores nos depuramos y preparamos la batalla democrática
para recuperar el poder seis años después.
Envenenado y manipulado por los medios de ultraderecha, con el apoyo
de sus amos internacionales, un escualidísmo triunfante comenzaría
por desmantelar, luego reprimir y finalmente vendría a matar. Los represores
y pelotones de linchamiento serían azuzados, entre otros, por los criminales
querrequerres de Globovisión, RCTV y El NAZIonal pero, en una mueca
de ironía, podría ocurrir que tuvieran más posibilidad de sobrevivir
“nuestros” corruptos por haber imbricado oportunamente sus intereses
con los corruptos de la Cuarta República y la “Sexta”. Todo esto
es fantasía, hasta ahora, pero si no cumplimos con las RRR; por ahora…”
“Entonces perderíamos la patria y el socialismo: sólo nos quedaría
la muerte”
“En ese supuesto indeseable
más que una estupidez sería un crimen.”
Por eso, no podemos optar entre vencer o morir…
¡NECESARIO ES VENCER!
Para despedirme en esta primera
entrega, dejo la historia del título de este artículo, es el
nombre de una estatua en Lituania, a la que el imaginario colectivo
le dibujó sobre un muro las estrellas que sólo se ven integradas a
la escultura durante la noche.. Todos debemos salir a sembrar estrellas,
a subvertir y seguir subvirtiendo un orden decadente, a dar hasta el
último aliento para levantar de forma monumental al hombre nuevo, sin
el cual jamás podremos obtener la victoria final.
Patria, socialismo o muerte:
Venceremos!!!!