¿Qué es lo que buscamos? (III)

Revolución Bolivariana.

Bajo este nombre se inicio el actual periodo de gobierno de Venezuela en 1999, en él aspirábamos verdaderos cambios en relación con la cuarta república. El concepto revolución hasta entonces implicaba una ruptura estructural, económica y social con el sistema anterior, o sea el capitalismo, pero a partir de entonces, este mismo concepto es vaciado de contenido y empieza a expresar una cosa muy distinta.

Desnudando un poco la historia

Durante Cincuenta años, hemos escuchado hablar de ondas transformaciones políticas y sociales, hasta hoy solo en teoría. La verdad es que estos planes nos han ido deviniendo, por ironía de nuestra historia, en el país de la pobreza, la miseria y el hambre.

Venezuela que nació entre los ojos del mundo como la tierra prometida, como el dorado, se transformó, pero no por sus riquezas naturales, si no simplemente por la consecuencia inevitable de su recurso humano, que como Estado se hizo independiente de la nación provocando una destrucción de todo y convirtiéndonos en un país de sobrevivientes.

De paraíso terrenal se nos ha convertido en un infierno, la riqueza es nuestra mayor miseria, la opulencia nuestra mayor hambre y la abundancia la mayor pobreza. La esperanza revolucionaria, tan luchada por todos, se convirtió también en la crisis, pues se hizo hija predilecta de la cultura neocolonial dominante. En el plano de la conciencia colectiva vivimos un impacto que nos estremece: El derroche, la opulencia, la corrupción, la delincuencia, la trampa, el fiasco, la irresponsabilidad, la inmoralidad ciudadana, la indignidad, es el pabellón que enarbola con valentía este sistema que osa llamarse revolucionario. Respiramos por doquier un aire nauseabundo, una cultura inválida, un espíritu sin corazón. La falta de valores éticos se ha extendido, lo único que interesa es que nos odiemos, en una palabra, no nos interesa la nación, menos un sistema socialista, todos los días se aumenta el hambre, cero trabajo, crecen los humildes entre las migajas, crecen los niños de la y en la calle como pordioseros. Interesa solo la avaricia de los seudorevolucionarios, los oportunistas, y la multitud de aduladores, lo de ellos es acumular capital, de tener dólares para negociar como lo están haciendo en el nuevo strato social que ha nacido.

Ciertos seudo revolucionarios solo los mantiene la esperanza de enriquecerse fácilmente, de la noche a la mañana, con uno que otro negocio, el ambiente de trampa, del robo descarado, el de colearse en la fila, el de evidenciar que se tiene palancas, violar groseramente toda norma humana, es la cultura que pierde toda vergüenza. El mito del derroche se expandió sin escrúpulos por todas partes, mientras Venezuela se encuentra sobreviviendo.

La revolución seudo-bolivariana se planteo en hacerse en forma pacífica, pero como observamos se levanta con el concurso y participación de quienes mantenían el sistema en funcionamiento, o sea la burguesía.

¿Que revolucionario puede negarlo, cuando el partido supuesto de la revolución, es una organización totalmente policlasista?

La revolución pasó de un plumazo a representar solo el ordenamiento y repartición del poder de una nueva alianza de clases que desde ese momento, esta dirigida a preservar el sistema y el Estado capitalista de explotación. Ya no es un problema el capitalismo, sino su administración y solo es necesario tener buenos y capacitados gerentes. Ese es precisamente el discurso inaugural de la nueva etapa del presidente Chávez.

Es necesaria y “urgente” una revisión profunda de todos los conceptos que le dan sustento teórico al actual proceso empezando a conocer más allá de nuestros deseos, cual es la realidad del “socialismo bolivariano.


vrodriguez297@hotmail.com


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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