Marx no solía hablar de sí mismo como filósofo, historiador o economista –pese a ser todo eso a la vez- sino como crítico de la sociedad y, por tanto, el método de investigación marxista es la crítica social dialéctica que en este artículo utilizamos para tratar el tema de Henry Falcón y el PPT tras los pasos de Podemos.
La cualidad revolucionaria socialista representa un salto cuántico con respecto a la burguesa, ya que debe estar cimentada en una sensibilidad humana donde haga mella, hasta en la última célula existencial, la miseria y la pobreza que padecen las clases más desfavorecidas por el capital. Las credenciales de Henry Falcón son silenciosamente halagadas por los oposicionistas y los reformistas que todavía están infiltrados en las filas revolucionarias, ya que está sustentada en una gestión como Alcalde del Municipio Irribarren del Estado Lara en la cual, como buen adeco, se dedicó primordialmente a la realización de un maquillaje cuyo beneficio no perseguía beneficiar a las clases más desposeídas, sino crear una imagen ante la opinión pública que le ha debido generar muchos susurros augurándole su victoria como candidato a la Presidencia de la República en el 2012.
Estar consciente de la significativa atracción que la dinámica política desplegada en el terreno electoral genera a las personas cuya baja autoestima los induce a tratar de compensarla con el disfrute de las mieles del ejercicio del poder político, es un antídoto muy eficaz contra el efecto multiplicador de las sorpresas y, en consecuencia, la actitud de Henry Falcón y de la Dirección Nacional del PPT no nos sorprende en lo más mínimo ya que, por un lado, esta actitud del Gobernador del Estado Lara se inscribe en el prototípico comportamiento de los políticos tradicionales que en el mismo momento cuando empiezan a ejercer las funciones, por ejemplo, de Alcalde o Gobernador, tienen su mente concentrada en la conquista de la Gobernación o de la Presidencia de la República y, por otro lado, porque la actitud oportunista de la dirigencia del PPT posee un carácter reiterativo que no es más que resultado de la ambivalencia que el servilismo reformista asume como consecuencia del arroz con mango que resulta de la combinación de postulados de las ideologías revolucionaria y reaccionaria. Y en este sentido voy a hacer referencia a sólo dos de las múltiples actitudes de los dirigentes pepetistas que avalan esta opinión.
Hoy, José Albornoz nos rescata de nuestra memoria la ocasión en la cual dijo que los pepetistas aceptan el liderazgo de Hugo Chávez pero no estaban de acuerdo con la manera de construir el PSUV, connotando así la minusvalía que dan a un aspecto de tan vital importancia revolucionaria como es la manera diferente de hacer las cosas, ya que la subversión de la estrategia de consolidación de las fuerzas bolivarianas es uno de las factores claves para el nacimiento de una estructura partidista revolucionariamente socialista. Y desdicen de dicho planteamiento porque ellos están de acuerdo con un proceso de construcción del partido que se establezca mediante un preciso y preestablecido ensamblaje de un número riguroso de selectos cuadros cuya posición jerárquica la han conquistado haciendo uso de las extraordinarias habilidades que tiene para escalar posiciones jerárquicas.
De nuevo la dirección del PPT nos recuerda su apoyo oportunista y mercenario al corrupto exgobernador del Estado Guárico Eduardo Manuit al abrirle las puertas de par en par al hoy brinca talanquera Henry Falcón, comportamiento éste que tiene una similitud casi perfecta con el apoyo que Podemos le proporcionó al igualmente corrupto exgobernador del Estado Aragua Didalco Bolívar. He aquí a Henry Falcón y al PPT pisando las huellas dejadas por Didalco Bolívar y Podemos en el sendero cuyo puerto de destino se encuentra, sin duda alguna, en el territorio contrarrevolucionario.
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