Martes, 28 de junio de 2016. - Al momento de elaborar la presente nota ya la sala político- administrativa del TSJ luego de 15 días en secretaría admitió formalmente el documento entregado por un grupo de ciudadanos el 31 de mayo pasado solicitando la nulidad y una serie de medidas cautelares, por anticonstitucional e ilegal, del decreto 2.248 sobre el Arco Minero del Orinoco, Admitida Demanda de Nulidad contra el Arco Minero del Orinoco, presentamos a los aporreadores y aporreadoras tres opiniones sobre este candente tema.
El planteamiento es muy profundo porque rebasa lo político, rebasa el planteamiento político y la manera de hacer política del gobierno echa por tierra la posibilidad de incluir en la política un planteamiento que considere la tierra. La manera de hacer política es, vendemos todo lo que es nuestro sino tengo real por esto pago la deuda, o sea, es una manera de hacer política burguesa igual , además que no consulta...señaló Arlenis Espinal en una conversación en colectivo que registraba Juan de La Guarura y en la cual nos incluimos el 31 de mayo pasado en la plaza que está frente al edificio sede del Tribunal Supremo de Justicia, añadió la profesora Espinal, no estamos incorporando una consideración de tipo natural y cultural, este decreto echa por tierra la posibilidad de que se mantengan las culturas originarias, pero por otra parte, echa por tierra la posibilidad de que el mantenimiento de los recursos naturales para la vida, hablemos de agua y de lo que ella genera, entre otras electricidad, sea posible sostener.
Por su parte, Francisco Javier Velasco dijo: Las corporaciones de la megaminería en todas partes, en toda América Latina, ponen como condiciones previas precisamente la violación de todos esos derechos y todas esas normativas...esto también tiene un vínculo muy fuerte con el IRSA...
Para Tibisay Maldonado: Lo que nos queda es seguir luchando...cuando hablamos de extractivismo, lo que está en juego es la vida...la gente que vivimos en las ciudades somos las primeras que deberíamos estar aquí plenando este Tribunal Supremo de Justicia, pidiendo la nulidad de ese decreto...yo invito a los compañeros y compañeras que quieran ver un análisis, si no quieren analizarlo por derecho propio, en las páginas de La Guarura.net (WWW. laguarura.net) un estudio que se hizo colectivo, hace tres años, muy serio, muy bien hecho, desde el pueblo, donde van a ver objetivo por objetivo analizado.
De qué proyecto están formando parte no solo los militares sino el Gobierno, debemos preguntarnos, dice Arlenis Espinal ante la la interrogante de cuál es la participación de los militares en el Arco Minero del Orinoco,...tenemos que decir que se está develando un proyecto transnacional que siempre ha estado...lo terrible es que tengamos que decir que el Proceso Bolivariano no fue ruptura sino continuidad, eso si es terrible y tenemos que asumirlo que es terrible, o sea, que es terrible que no se desmontó los planes transnacionales, que siempre decimos que es un haber de la Revolución Bolivariana, haber ligado la renta petrolera para las mayorías, pero eso no basta, porque se convierte en comida pa hoy y hambre pa mañana, porque están negociando la riqueza y ahoritica la excusa es la crisis, la excusa es que necesitas dinero, pero dónde quedó el planteamiento de desarrollo endógeno donde queda el planteamiento de una economía a escala posible, entre comillas sustentable.
Yo creo que como pueblo en lucha nosotros tenemos que detener este decreto del Arco MInero y tenemos que llamarles, (a los militares), tenemos que llamarlos, porque el país vive en una situación tan compleja y tan difícil que tiene que ver también con otro elemento que ha agarrado muchísima fuerza en estos tiempos que son la presencia de los paramilitares, de las fuerzas paramilitares y creo que en esta complejidad, me imagino que los militares, los militares que son genuinamente y éticamente bolivarianos no se las ven fácil.
Ahora los militares, genéricamente, como fuerza de choque, como fuerza de poder, están jugando junto al gobierno, están tomando parte de un proyecto transnacional-depredador, a menos que demuestren lo contrario derogando este decreto, echándolo para atrás.