La esencia del capitalismo y su variable imperial no es otra que acumular la ganancia para unos pocos y explotar a la mayoría. Eso los conduce a trastornos sociales de dimensiones colosales como el paquetazo de CAP en 1989, El Corralito argentino de 2002, el derrumbe financiero de EE.UU. en 2009, que aún los sacude y amenaza, y ahora la crisis de Grecia que avizora un derrumbe del Euro y el tambaleo de la Unión Europea, la Nueva Santa Alianza, porque las crisis y los actores son los mismos aunque los tiempos históricos sean otros.
Los factores de poder que gravitan de manera negativa en la nación mediterránea son los mismos que en la postguerra ahogaron los movimientos populares, cedieron soberanía al imperio norteamericano y a la OTAN y enajenaron el futuro de los griegos para conducirlos a la miseria y pobreza en la que se encuentran hoy.
El estado de cosas en Grecia puede contagiar a España, Islandia y posiblemente Portugal y abrasaría de sur a norte los viejos imperios europeos hoy satélites de Wall Street. Son vientos que soplan del Este para decirlos con palabras del camarada Mao Tse Tung.
Lo que hoy en día padece Grecia nos tocó vivir a los venezolanos en 1989 con las medidas económicas impuestas por el FMI y el Banco Mundial. Comenzaron con el alza del precio de la gasolina que como chispa se encendió en Guarenas y Guatire, y se extendió e hizo desempeñar un rol protagónico a la Caracas olvidada, excluida que reclamó sus derechos. C.A. Pérez impuso toque de queda y ametralló a los humildes en sus viviendas desde Petare hasta Catia. Las fosas comunes los casi tres mil desaparecidos, la violación sistemática de los DD.HH., son responsabilidad del equipo militar, político y sindical de la IV República, del gabinete financiero y de sus cómplices de Fedecámaras, los mismos que hoy vociferan y reclaman libertad para especular y explotar a nuestros compatriotas y que cada vez que se avecina un proceso electoral recurren a las maniobras sórdidas de esconder productos básicos, esta vez la carne, para hambrear al pueblo venezolano, en el proceso electoral de 2008 la jugarreta fue con la leche.
La reunión del Ministro Osorio con los poderosos que dominan el sector cárnico sirvió para desenmascarar una vez más a los tartufos e hipocritones que hablan de libre comercio y productividad. Hay carne suficiente para abastecer el mercado nacional, afirmó el ministro y ninguno de los saboteadores negó este hecho.
Al igual que en la Venezuela de adecos y copeyanos, Grecia vive una etapa prerrevolucionaria, las masas están en la calle y el combate sucede cada día. Los hambreadores capitalistas, los mismos que premian a los banqueros ladrones con nuevos y generosos créditos que nunca devolverán, pero le niegan al pueblo griego el derecho a una vida digna, decorosa. No quiero pecar de optimista pero el imperialismo que manda al norte de nuestra América está sentando las bases para una nueva crisis mundial y globalizada.
Un fantasma recorre Europa y su moneda el Euro.
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