Se entregó con fruición desbocada en brazos del caudillo Francisco Franco, de Somoza, Pinochet, del mismo Hitler, de Juan Vicente Gómez, Duvalier, Strossner, Lili La Pantera, los degenerados torturadores y sátrapas lacayo de Brasil, México, Colombia, Perú, Argentina, Bolivia, Uruguay y toda Centroamérica.
El caso más patético fue la relación de la Iglesia Católica con “Chapita”, Rafael Leonidas Trujillo. En el libro de Euclides Gutiérrez Félix, “Trujillo – Monarca sin corona”, editora Corripio, República Dominicana, 2009, encontramos extraordinarios documentos sobre esa era de oprobio, que significó el mandato de uno de los monstruos mejor alimentado por la teta de descomunal y podrida de la Iglesia católica. En 1932, la dictadura de Trujillo fuertemente apoyada por los obispos y el Vaticano, publicó una Cartilla Cívica, que el pueblo debía aprenderse y aplicar so pena de que el que la violara sufriera torturas y prisión.
Decía esta cartilla en uno de sus apartados:
1- Cada vez que pase cerca de ti un asesino, entregarlo a la justicia. Ese hombre que ha matado a otro, te matará a ti, tal vez por quitarte lo tuyo.
2- Si por tu casa pasa un hombre que quería alterar el orden, hazlo preso: es el peor de los malhechores. El criminal que está en la cárcel, ha matado a un hombre o se ha robado una cosa.
3- El revolucionario quiere matar todos los que pueda y cogerse todo lo que encuentre; lo tuyo y lo de tus vecinos: ese es tu peor enemigo. Por eso a un soldado lo verás como a un hermano que te defiende lo tuyo. Ayúdalo. Guíalo. Señálale el camino y acompáñalo para establecer el orden, que es tu garantía.
4- Las autoridades y los hombres de trabajo deben estar unidos para mantener la paz, que es el bien más grande que pueden gozar los pueblos.
En su último párrafo la Cartilla dice:
y si quieres vencer todas las debilidades y ser un hombre superior, ama a Dios y cumple los preceptos de la religión. Cada pensamiento religioso te purificará el espíritu y cada acto que realices para satisfacer tu fe, te hará más justo y más fuerte, con lo cual podrás servir más y mejor a tu patria y la humanidad.
Dentro de la estructura militar Trujillo creó una unidad de “Servicios Especiales”, integrada, en forma secreta, por los cocineros, ayudantes de cocina, barberos practicantes y en algunos casos cornetas, llamados “cuarteleros” o sea soldados dedicados a la limpieza y el cuidado de los recintos militares desconocidos de las comunidades donde prestaban servicios. Asesinaban a los enemigos del gobierno y las características de estos crímenes, por la naturaleza de sus ejecutores eran con armas blancas o ahorcadores con una fina soga o cuerda de guitarra. Todo esto con apoyo feroz del gobierno norteamericano.
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