Sin duda alguna, Vargas Llosa merecía un Nóbel de Literatura desde años atrás. Nadie puede o debe negar la calidad literaria de sus obras. Así lo he dicho en escritos anteriores y ya publicados. Sin embargo, será un Nóbel polémico. Mejor dicho: desde que lo anunciaron empezó a ser polémico. Ya sacaron del baúl de los recuerdos que se creían olvidados la historia o biografía de aquel terrible coñazo que le metió, con su puño derecho, el joven Vargas Llosa en todo el ojo izquierdo del camarada y joven también García Márquez y que le dejó por varios días a éste toda una circunferencia anarquizada de color negruzco en su alrededor. Tal vez, si el vergajazo se lo hubiera pegado en el ojo derecho, Vargas Llosa hubiese recibido el Nóbel de Literatura unos años atrás, pero se metió con la “izquierda” y eso no lo perdonaba, por lo menos hasta 2010, .la monarquía, la socialdemocracia, el social cristianismo y el socialismo de gabinete que han dominado la política sueca turnándose durante décadas.
Es difícil creer que la Academia Sueca sea la más capacitada para determinar premios de ciencias y de literatura. Con ello no le estamos restando sus conocimientos ni méritos académicos. Sin embargo, es la que decide quién gana un Premio Nóbel de Literatura. Sólo un régimen mundial de socialismo podrá valorar, con la mayor exactitud posible, los méritos literarios y ninguno de los elogiados o premiados recibirá retribución monetaria por ello. Pero vivimos en el capitalismo y todo escritor, de una manera u otra, piensa en el Nóbel de Literatura, aunque sea para rechazarlo si se lo otorgan. Sólo Jean Paúl Sartre ha declinado recibirlo luego de otorgársele en 1964.
Ya era hora que se lo dieran a Mario Vargas Llosa por su extensa y valiosa obra literaria. Sin conocer las entrañas y los móviles que mueven a la Academia de Suecia para dar su veredicto sobre el Premio Nóbel de Literatura, siempre creía que más le convenía otorgárselo a un escritor –política o ideológicamente ubicado en la izquierda-que a uno en la derecha. Todos saben mundialmente que el escritor Mario Vargas Llosa es un político y un ideólogo de la derecha, que defiende al capitalismo con el mismo ímpetu con que Tiro Fijo defendió la lucha armada contra el Estado colombiano. Claro, Premio Nóbel de la Guerra no puede ni deber de haber, pero si existiera a Tiro Fijo se lo hubiesen negado para concedérselo a los generales estadounidenses que hacen guerras imperialistas de expoliación, saqueo y rapiña en Edmundo entero. Claro, no faltaría una mujer atrevida u osada, de rostro cubierto y posiblemente con seudónimo, que propusiera para ganárselo en 2011 al Mono Jojoy, que como táctico y estratega militar, sin asistir al aprendizaje en ninguna Academia donde se exponen todas las teorías y contra-teorías del arte militar, se llevó una morena a generales de cuatro, cinco, seis y más soles ficticios que no brillan más allá del hombro que los soporta.
En la historia del Premio Nóbel de Literatura, desde 1901 hasta 2010, sólo en siete oportunidades no se le ha atribuido a nadie. Lo extraño es que desde 1940 hasta 1943, no se le concedió a ningún escritor. Tal vez, no lo sé, la Academia de Suecia se cuidó de no entrar en desgracia con Hitler o de no verse envuelta en un oleaje de desprestigio si se lo hubiera concedido a algún escritor o literato del nazismo. ¿Qué significado tuviera el Nóbel de Literatura o cuál sería su prestigio si se lo hubiese ganado Joseph Goebbels? En fin: el Premio Nóbel de Literatura no es totalmente literario. Así lo creo y así lo escribo.
Como nunca antes un ganador del Nóbel de Literatura se había visto tan asediado por los grandes medios de comunicación para obtener de él declaraciones, como lo ha sido el escritor Mario Vargas Llosa. Nadie discute que igualmente eso sea un mérito para él y para los medios de comunicación. Cierto que temprano en la mañana del jueves me puse a ver televisión cuando ya Globovisión estaba trasmitiendo en directo desde Suecia el otorgamiento del Premio Nóbel de Literatura a Mario Vargas Llosa y al rato ya CNN tenía en directo al galardonado dirigiéndose, por lo menos, al mundo literario. Periodistas, inquietos por los móviles que actualmente se toman en consideración para otorgar el más importante premio literario en el mundo, preguntaron a Mario Vargas Llosa si se lo habían concedido por sus críticas políticas a gobiernos que él cree son dictaduras o no-democracias. El mismo galardonado, un poco sorprendido por el premio, señaló que aspiraba le hubiese sido concedido por su obra literaria, pero que si sus posturas políticas e ideológicas habían sido tomadas en cuenta, bienvenido fuera.
Vargas Llosa, él mismo lo dice, es un defensor de la democracia de la política liberal, esa que garantiza a los grandes monopolios la supremacía en la economía de mercado fortaleciendo a las naciones altamente desarrolladas del capitalismo en perjuicio del denominado campo de países subdesarrollados o de tercera vía. No entendí bien los argumentos del vocero de la Academia Sueca, pero hablaron de su rebeldía frente a lo que él considera gobiernos autocráticos y sobre su cartografía política. Bueno, eso se respeta, pero un Nóbel de Literatura debe concederse, exclusivamente, por la valía de la obra literaria. Y, conste, que la de Vargas Llosa lo cumple a cabalidad como también lo mereció Jorge Luis Borges y se lo negaron por sus opiniones políticas, pero, igualmente, lo mereció Julio Cortazar y también se lo negaron, quizá, por su radicalismo teórico a favor de la izquierda rebelde en su tiempo. Demasiado elogió al Che Guevara y éste fomentaba la creación de varios Viet-nam para derrocar al imperialismo capitalista. .
Sin embargo, el señor Vargas Llosa se valió de su rueda de prensa por el Nóbel de Literatura para descargar su ira política contra los gobiernos de Cuba y Venezuela. El odio del Nóbel contra, especialmente, Fidel es ya legendario. No existe ninguna posibilidad de cambiar su mentalidad hacia la revolución cubana, aunque él mismo dijo que el Nóbel de Literatura iba a cambiar su vida pero debe ser en lo económico y no en lo político ni lo ideológico, salvo que sea para incrementar su crítica y rechazo a los gobiernos que hagan del antiimperialismo banderas de sus luchas políticas. De todas maneras, bien merecido tiene el Nóbel de Literatura.
Los grandes medios de comunicación privados, al servicio del capitalismo, en varias regiones del mundo el mismo día de conocerse que ganó el Nóbel de Literatura, le dedicaron programas especiales donde se destacaba, esencialmente, la faceta de la lucha política de Vargas Llosa por la democracia y contra el autoritarismo mucho más que por sus obras literarias. Bueno, nadie le quita sus razones o sus motivos, porque para eso reciben publicidad de grandes empresas económicas.
Y si la Academia Sueca va a continuar tomando en consideración, para otorgar el Nóbel de Literatura, las opiniones políticas o sociológicas, no habría ninguna razón para negárselo al camarada Fidel Castro por sus “Reflexiones”. ¡Ahí dejo esa perlita! Claro ¿quién va a tomar en cuenta mi opinión? Nadie, absolutamente nadie. Espero que nadie vaya a agarrarse de esta opinión final para sacarle punta y pensar que esté reprochando el otorgamiento del Nóbel de Literatura al escritor Mario Vargas Llosa. Repito: se lo merece por su obra literaria y punto. Lo que no es correcto es especular y mediatizar para aprovecharse de ese premio para atacar a gobiernos que no son del agrado del imperialismo. Si Vargas Llosa tiene admiradores políticos, más tienen los camaradas Fidel y Chávez. ¿Desmiéntalo con encuestas o datos matemáticos?