Los países dedican a la eliminación de la pobreza, la educación y la sanidad una pequeña fracción de lo que gastan en la carrera armamentística, aseguró el representante especial de las Naciones Unidas para Asuntos de Desarme Sergio Duarte.
Según los datos de que dispone Naciones Unidas, el gasto militar ha aumentado en un 50%, en los últimos cinco años y, en la actualidad alcanza 1,2 billones de dólares anuales aproximadamente. “Menos de una décima parte del gasto militar sería suficiente para conseguir alguno de los objetivos del milenio, como la eliminación de la extrema pobreza”.
Con motivo del Día Mundial de la Acción contra el Gasto Militar, Naciones Unidas hizo un llamamiento a los gobiernos para que reorienten ese gasto y piensen en dedicarlo a recursos para conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio. “Llamo a los gobiernos a que consideren todas las posibilidades que tienen de crear un ambiente seguro por medios no militares”.
Entre esos medios pacíficos, el representante especial Sergio Duarte, citó la creación de una sanidad y una educación universal, el desarrollo de instituciones democráticas y la creación de un Estado de derecho que proteja a los pueblos contra el crimen y la corrupción. También destacó la cooperación entre países vecinos y la construcción de la confianza en las relaciones internacionales como un medio para mantener la seguridad internacional.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Kimoon, celebró el día internacional de información sobre el peligro de las minas antipersonales con un alerta, para 2011, el programa de proyectos en esta materia tiene un déficit de $367 millones en su financiación. Con lo que se ha obtenido hasta este año, sólo podría atenderse una cuarta parte de las necesidades que se tienen frente a este problema.
Sólo en 2010, en Afganistán se destruyeron más de un millón de restos explosivos de guerra. Otros países de Latinoamérica también hacen sus esfuerzos. Colombia, por ejemplo, aunque en 1997 el país suscribió la Convención de Ottawa para eliminar campos minados (y la ratificó en 2000), en el país sigue en aumento el número de víctimas. La Presidencia de ese país, cita datos según los cuales entre 1990 y 2010 habría muertos 1.930 personas, por la explosión de minas antipersonales y otras 7.132 habrían resultado heridas.
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