Esta semana se cumplió el primer aniversario del alevoso y asqueroso ataque del ejercito israelí a la Flotilla de la Libertad, un hecho que demuestra la prepotencia, mentalidad asesina y además con licencia para violar todos los acuerdos internacionales y la más elemental condición humana de respeto a la vida por parte de un estado genocida como el de Israel que al parecer no tiene quien lo pare en la ejecución permanente de los pasos que lo conduzcan a su meta: el exterminio del pueblo palestino.
En el año transcurrido son muchas las señales que nos muestran que el imperialismo norteamericano y europeo, junto a su aliado Israel, andan en plan de avance para asegurarse las fuentes de energía fósil, de agua y las reservas de biodiversidad del planeta.
Para el estado genocida de Israel y su mentor y financista, Estados Unidos, lo de la flotilla de la Libertad no fue más que una nueva muestra de su arrogancia y su disposición de violarse dónde, cuando y como sea los tratados internacionales y humanitarios en defensa de sus planes e intereses; de allí que no puede extrañarnos lo que está haciendo la OTAN en Libia y lo que pretende hacer el imperialismo gringo en Venezuela.
Es en este marco que se produce el anuncio de sanción a nuestra industria petrolera PDVSA por parte de la Casa Blanca en violación al derecho que asiste al gobierno venezolano, en representación del pueblo, a establecer relaciones comerciales con quien considere necesario y provechoso, incluyendo a Irán, a quién además no han podido demostrarle ninguna de las aseveraciones fabricadas en Washington en relación a armamento nuclear. Hago constar que no soy apologista del gobierno iraní que tiene entre otras características el anticomunismo.
Todas estas circunstancias actuales junto a un objetivo análisis de la historia de lucha de los pueblos nos indican que la única forma de resistencia posible a los panes de agresión imperiales contra nuestro país es mantener alta la moral del pueblo en identificación con su proceso de liberación para lo cual es necesario ser cada día más fieles con los principios y tener coherencia absoluta del discurso de los dirigentes con sus actuaciones, deslastrarnos de cualquiera desviación perniciosa y contrarrevolucionaria como la corrupción y el reformismo para que así el pueblo pueda mantenerse consciente y movilizado.
El imperialismo es el máximo agresor de la humanidad que haya conocido la historia, pero la humanidad es mucho más numerosa.
edgarml79@gmail.com
Militante del PCV