“…pero los abominables y homicidas…tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.

 Apocalipsis 21; 8

La letra muerta que enseñan algunas religiones, no revela el verdadero significado de tan exacta y concisa máxima que se lee en la biblia hebrea. Máxima que encaja perfectamente en hombres y mujeres que con todos los pesares de haber sido “lideres” de cualquier área humana, social, científica o académica, terminan en ese infierno mental donde las postreras generaciones lo arrojan. Ese lago que arde con fuego y azufre, es precisamente esa parte en la mente donde caen los abominables que desperdiciaron por tontas ambiciones pasajeras, ese momentito que puede eternizar a los seres humanos o enterrarlos.

Mientras el Che Guevara, se mantiene vivo en la mente de la humanidad y sus fotos y silueta es uno de los rostros más conocidos en este siglo XXI y, su silueta la vemos en cualquier desfile, huelga, o reunión humanista del mundo y, su foto la conseguimos en millones de hogares, camisetas y calcomanías en autos y vitrinas; mientras esa imagen del Che y otros vivos y difuntos es recordada con amor,  la foto de Álvaro Uribe Vélez, estando todavía “vivo”, la vemos en la prensa y otros medios con desprecio. ¿O, será que algún “uribista” es capaz de colocarse en el pecho una foto de tan misericordioso personaje? O, ¿Será que los colombianos tienen una foto de esta belleza de ex presidente en la sala de su casa?

En este preciso instante, al “señor” Álvaro Uribe Vélez es esperado en cualquier ciudad del mundo con pancartas y afiches donde lo insultan con todos los adjetivos y es declarado persona no grata por grandes y pequeños. Situación que nos lleva a exponer como ejemplo al resto de mandatarios lacayos del mundo,  a militares serviles del capitalismo, ricos egoístas y desalmados, artistas de todas las áreas que engañan al público, académicos y científicos vendidos, políticos y lambones, que esa muerte segunda con fuego y azufre hirviente incluida que declara apocalipsis, es la muerte que reciben todos los humanos que pensaron en sus conciencias conscientes que pasarían lisos en la historia sin que la LEY les cobrara sus actos. Acciones que obligatoriamente y poco a poco o bruscamente, los arranca de la memoria colectiva y desaparece al individuo como si nunca hubiese existido. De un hombre común, se puede esperar que “desaparezca”,  pero de un hombre o mujer con alguna relevancia, ¡no se justifica!

Estar vivos y sufrir el escarnio público mundial como el que recibe Álvaro Uribe Vélez estando “vivo”  y de seguro después que muera, y seguramente parte de sus familiares, es la lección humana que ya debiesen estar cuestionando los sátrapas que olvidan que la humanidad hoy, no es la misma de hace quince años hacia atrás. Hoy, todo aquel que maltrate al ser humano, que le robe, los asesine física o espiritualmente, los engañe o tan siquiera le sea hipócrita, se verá en la picota pública porque las comunicaciones nos hacen enterar de las acciones de todos, y más, si es hombre o mujer públicos. ¿Es justo que un líder mundial o de un país como el caso del egipcio Mubarak, sea exhibido en una reja de acero con policías comunes después de haber sido el primer ciudadano en su pueblo? ¿Y lo mismo con los multimillonarios, artistas y deportistas que desaparecen de la historia como las sombras después de haber sido el rostro de revistas y otros medios? ¡No, no se justifica! ¿Quién olvidará a Fidel Castro Ruz por los siguientes mil años? Quién olvidará a Luther King? Sócrates no lleva más de dos mil años en la mente gloriosa de la humanidad? Y además, de qué forma los recordamos? Pero en cambio, ¿cómo recordamos a Pinochet, a Somoza y a Jack el destripador?

Aunque muchos que tienen muertitos en los armarios todavía permanecen como “vivos” y en la gloria mental de la humanidad, poco a poco se va quitando el velo que cubrió su vida mentirosa. Lo estamos viendo con Cristóbal  Colon que se creyó el “descubridor” por mucho tiempo y resulta que “su” descubrimiento está en procesos tangibles de amplia duda. Al médico blanco sudafricano Cristian Bernard se catalogaba como el primero en los trasplantes de corazón y no fue él, sino un glorioso negro que el apartheid intentó sepultar. Y  de Wiston Churchill ya está saliendo su andrajosa vida y pare de contar.

Pero el caso patético y lastimoso porque es nuestroamericano y nos interesa sin descartar todos los casos de la humanidad porque somos Uno, es el de “varito”, el número 82 en los anales del FBI, el “patrón”. Nos interesa al caso de Álvaro Uribe Vélez, porque debe ser la lección de vida para todos los líderes de América. Y es la lección primera que debe recibir el hoy presidente de Colombia Juan Manuel Santos. Mandatario que debe ir pensando en saltar la talanquera hacia el socialismo antes que también la historia lo deposite en ese lago de fuego y azufre donde si no salta, se verán la cara con la de “varito”.

(*) periodista, escritor y poeta

¡Patria independiente y socialista!

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