El mundo está indignado. Desde el pasado 15 de mayo, cuando iniciaron las grandes movilizaciones de estudiantes y jóvenes en España, hasta el día de hoy, no ha parado de crecer. Este fenómeno mundial, que tiene su inspiración y antecedentes en la primavera árabe, y como marco la crisis internacional del capitalismo. La causa fundamental de la movilización, como bien su nombre lo explica es la indignación, no solo por los efectos de la crisis en el campo económico, sino por el funcionamiento de la “democracia” representativa en los diferentes países del mundo donde se encendió la movilización. Aunque inicialmente, fueron los jóvenes quienes, en vista de la ausencia de oportunidades de trabajo y estudio, los que se lanzaron a las calles a protestar, luego se fueron sumando amplios sectores de trabajadores y excluidos.
Este movimiento, iniciado en una serie de protestas de calle, con participación masiva, ha traspasado las fronteras de España, incluso del continente europeo. Chile y Estados Unidos son ejemplos de la internacionalización de este movimiento profundamente anticapitalista, que critica lo establecido, que acusa a los gobiernos y a los regímenes políticos, de la misma manera que acusa a los partidos tradicionales y a la burocracia sindical de negociar los derechos de los estudiantes y los trabajadores.
El mundo evidentemente está conmocionado por el crecimiento exponencial que han tenido las movilizaciones. Ni las grandes compañías de medios las pueden ocultar. Se puede asegurar que comienzan a plasmarse los elementos objetivos para que en un futuro no muy lejano se instale una situación revolucionaria a nivel mundial no solo por el declive económico y por la debilidad geo-política del imperialismo, si no por el grado de movilización de los pueblos en el mundo. Pero estos procesos sin organización de las masas y dirección política correcta pueden estancarse y diluirse tan rápido como surgieron. Es por ello que una tarea fundamental de los revolucionarios es estar al tanto de lo que pasa con estos procesos en el mundo. Debemos solidarizarnos con lucha activa, debemos discutir y hacer propuestas constantemente, y debemos movilizarnos permanentemente para que los procesos democráticos y progresivos avancen en cada uno de los países.
Por eso hacemos un llamado a los trabajadores y sobre todo a la juventud venezolana a movilizarnos este sábado 15 de octubre a la Plaza de los museos, a darles nuestro saludo solidario a los pueblos del mundo y decir que el proceso bolivariano también se indigna con el capitalismo. La mejor manera de apostar a la transformación del sistema es profundizando el proceso revolucionario que se está llevando a cabo en Venezuela. Aprovechemos el espacio para alzar consignas anti-capitalistas y radicales, como: la nacionalización de la banca, el impuesto al lujo y a la ganancia, nacionalización del comercio exterior, aprobación de nuevas leyes orgánicas de salud y del trabajo, y entre otras que golpeen al capital, a la burguesía y a la burocracia enquistada en el estado.
NO NOS QUEDEMOS INMÓVILES MIENTRAS QUE LOS GRANDES EMPRESARIOS BUSCAN QUE EL 99% DE LA HUMANIDAD PAGUE LA CRISIS QUE ELLOS GENERARON.
NO SOMOS ANTI-SISTEMAS, EL SISTEMA ES ANTI-NOSOTROS
SOLIDARIDAD Y LUCHA CON LOS INDIGNADOS DEL MUNDO
NI BUROCRACIA, NI CAPITAL. SOCIALISMO Y MAS REVOLUCIÓN