Simón Bolívar, la Gran Colombia y la CELAC

Dentro del CICLO BICENTENARIO, la UNIDAD DE LA AMERICA DEL SUR, se enmarca dentro del pensamiento de Simón Bolívar, y todos los próceres de nuestra independencia, es fundamental, profundizar en el conocimiento del pensamiento Bolivariano, sus documentos deben ser fuente de permanente reflexión, para los Venezolanos, venezolanas y latinoamericanos, como uno de los próceres de ésta región. Su vigencia es indiscutible. La creación del la Comunidad de Estados latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ratifica el pensamiento del grande hombre.

El pensamiento de El Libertador está plenamente vigente, sus posturas políticas, geoestratégicas, de intelectual comprometido, de militar formado para la grandeza, para la libertad y en contra de la opresión, de lealtad con las ideas y propósitos de unión y emancipación. En el presente siglo XXI, la Unión Latinoamericana y Caribeña es la única garantía de permanecer y profundizar la libertad de nuestros pueblos, frente al neoliberalismo, el imperio, la imposición cultural, económica y financiera. La creación de la COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS, es una necesidad histórica.

EJE DE PENSAMIENTO LIBERTARIO Y DE UNIÓN DE SIMÓN BOLIVAR.

La mayor manifestación de amor por la libertad, la expresó Simón Bolívar al buscar la liberación no sólo de la actual Venezuela del yugo Español, sino que siempre tuvo una visión internacionalista e integradora del Nuevo Mundo, Por su claridad estratégica crea la Gran Colombia, hecha realidad por Simón Bolívar con la unión de Venezuela, la Nueva Granada (hoy llamada Colombia) y Ecuador. Lucho Bolívar y logró la creación de Bolivia, la liberación del Perú y lo que hoy es Panamá que era territorio de Colombia en aquel momento histórico. Francisco de Miranda habló de la América del sur y la llamó Colombeia, desde el Río Misisipi hasta el Cabo de hornos. José Martí habló de Nuestra América. El 14 de Diciembre de 1819 es cuando se crea la Gran Colombia. Y esta creación la hace Bolívar, en aras de garantizar la libertad de los pueblos, la soberanía y su permanencia en el tiempo. Su pensamiento es más actual hoy, cuando todo le ha dado la razón, en el deseo de Unidad que tenía el Libertador de la América del Sur, así se expresaba:

Señores del Cuerpo Legislativo:

Al entrar en este augusto recinto, mi primer sentimiento es de gratitud por el honor infinito que se ha dignado dispensarme el Congreso permitiéndome volver a ocupar esta silla, que no ha un año cedí al presidente de los representantes del pueblo.

Cuando inmerecidamente y contra mis más fuertes sentimientos, fui encargado del poder ejecutivo, al principio de este año, representé al cuerpo soberano que mi profesión, mi carácter y mis talentos eran incompatibles con las funciones de magistrado; así, desprendido de estos deberes dejé su cumplimiento al Vicepresidente, y únicamente tomé sobre mí el encargo de dirigir la guerra. Marché luego al ejército de Occidente, a cuyo frente se hallaba el general Morillo con fuerzas superiores. Nada habría sido más aventurado que dar una batalla en circunstancias en que la capital de Caracas debía ser ocupada por las tropas expedicionarias últimamente venidas de Europa, y en momentos en que esperábamos nuevos auxilios. El general Morillo, al aproximarse el invierno, abandonó las llanuras del Apure, y juzgué que más ventajas produciría a la República la libertad de la Nueva Granada que completar la de Venezuela.

Sería demasiado prolijo detallar al Congreso los esfuerzos que tuvieron que hacer las tropas del ejército libertador para conseguir la empresa que nos propusimos. El invierno en llanuras anegadizas, las cimas heladas de los Andes, la súbita mutación de clima, un triple ejército aguerrido, y en posesión de las localidades más militares de la América meridional, y otros muchos obstáculos tuvimos que superar en Paya, Gámeza, Vargas, Boyacá y Popayán para libertar en menos de tres meses doce provincias de la Nueva Granada.

Yo recomiendo a la soberanía nacional el mérito de estos grandes servicios por parte de mis esforzados compañeros de armas, que con una constancia sin ejemplo padecieron privaciones mortales, y con un valor sin igual en los anales de Venezuela, vencieron y tomaron el ejército del Rey. Pero no es sólo al ejército libertador a quien debemos las ventajas adquiridas. El pueblo de la Nueva Granada se ha mostrado digno de ser libre. Su eficaz cooperación reparó nuestras pérdidas y aumentó nuestras fuerzas. El delirio que produce una pasión desenfrenada, es menos ardiente que el que ha sentido la Nueva Granada al recobrar su libertad.

Este pueblo generoso ha ofrecido todos sus bienes y todas sus vidas en las aras de la patria, ofrendas tanto más meritorias cuanto que son espontáneas. Sí, la unánime determinación de morir libres y de no vivir esclavos ha dado a la Nueva Granada un derecho a nuestra admiración y respeto. Su anhelo por la reunión de sus provincias a las provincias de Venezuela es también unánime. Los granadinos están íntimamente penetrados de la inmensa ventaja que resulta a uno y otro pueblo de la creación de una nueva República, compuesta de estas dos naciones. La reunión de la Nueva Granada y Venezuela es el objeto único que me he propuesto desde mis primeras armas: es el voto de los ciudadanos de ambos países y es la garantía de la libertad de la América del Sur.

¡Legisladores! El tiempo de dar una base fija y eterna a nuestra República ha llegado. A vuestra sabiduría pertenece decretar este grande acto social y establecer los principios del pacto sobre los cuales va a fundarse esta vasta República. Proclamadla a la faz del mundo y mis servicios quedarán recompensados. SIMÓN BOLÍVAR”

OTRA CITA SOBRE LA CREACIÓN DE LA GRAN COLOMBIA:

La Gran Colombia, sin duda que causaba preocupación en los Estados Unidos por la importancia estratégica, militar, geopolítica, de un extenso territorio y población, que le haría contrapeso a las concepciones hegemónicas que ya se anunciaban en la doctrina política y militar del naciente imperio del norte y de la Europa. Lo avizora Bolívar al señalar que: “... las potencias extranjeras...os respetaran por vuestras armas vencedoras.”, esto lo señala el 8 de Marzo de 1820, en la proclamación de la Gran Colombia, a la que luego se incorporaría Ecuador. Esta unión sin duda que garantizaba la libertad, la emancipación, la creación de una región, no dependiente de potencias extranjeras, garantías de desarrollo para sus pueblos.

“SIMÓN BOLÍVAR,
Libertador y Presidente de Colombia, General en Jefe de sus Ejércitos, etc., etc., etc.

¡Colombianos!

¡La república de Colombia, proclamada por el Congreso General, y sancionada por los pueblos libres de Cundinamarca y Venezuela, es el sello de vuestra independencia, de vuestra prosperidad, de vuestra gloria nacional!

Las potencias extranjeras al presentaros constituidos sobre bases sólidas y permanentes de extensión, populación y riqueza, os reconocerán como Nación y os respetarán por vuestras armas vencedoras: os estimarán por la justicia de vuestra causa y os admirarán por vuestra consagración a la patria. España misma, al veros montados sobre las inmensas ruinas que ella ha aglomerado en el ámbito de Colombia, conocerá que sois hombres capaces de gozar de vuestros derechos y de la eminente dignidad a que son destinados todos los mortales por la intención de la naturaleza. Sí, la España agotada en recursos, y en paciencia, abandonará nuestra patria al curso de su destino, recobrará la paz de que ha menester para no sucumbir y nosotros recobraremos el honor de no ser españoles.

¡Colombianos! Los crepúsculos del día de paz iluminan ya la esfera de Colombia. Yo contemplo con un gozo inefable este glorioso período en que van a separarse las sombras de la opresión de los resplandores de la libertad. Tan majestuoso espectáculo me asombra y encanta; con anticipación me lisonjeo de vuestra colocación política en la faz del Universo, de la igualdad de la naturaleza, de los honores de la virtud, de los premios del mérito, de la fortuna, del saber y de la gloria de ser hombres. Vuestra suerte va a cambiar; a las cadenas, a las tinieblas, a la ignorancia, a las miserias, van a suceder los sublimes dones de la Providencia Divina, la libertad, la luz, el honor y la dicha.

¡Colombianos! Yo os lo prometo en nombre del Congreso: seréis regenerados: vuestras instituciones alcanzarán la perfección social, vuestros tributos abolidos, rotas vuestras trabas; vuestras virtudes serán vuestro patrimonio, y sólo el talento, el valor y la virtud serán coronados.

¡Cundinamarqueses! Quise ratificarme si deseabais aún ser colombianos: me respondisteis que sí, y os llamo colombianos! ¡Venezolanos! Siempre habéis mostrado el vivo interés de pertenecer a la gran República de Colombia y ya vuestros votos se han cumplido. La intención de mi vida ha sido una: la formación de la República libre e independiente de Colombia entre dos pueblos hermanos. Lo he alcanzado: ¡¡¡Viva el Dios de Colombia!!!

Cuartel General en la ciudad de Bogotá, 8 de marzo de 1820. 10º “

Hagamos realidad hoy, el pensamiento Bolivariano, Martiano y de todos los próceres latinoamericanos. De los pueblos hermanados por una historia, un presente y un futuro. La creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, es una necesidad histórica, que garantiza nuestra independencia, soberanía y libertad. Son 35 o 36 países que se unen sin EEUU ni Canadá.

alexanderalvaradocontreras@gmail.com



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Alexander Alvarado Contreras

Abogado y Psicólogo Social. Mgs. Desarrollo Cultural Endógeno. Escritor.

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