La segunda guerra mundial vino a resolver la contradicción interna de Estados Unidos en materia de producción y consumo. La burguesía industrial Norteamericana producía más que lo que podía absorber su economía. Situación que terminaba en desempleo y crisis social. De allí que esta burguesía pujara por la expansión internacional como salida a su problema de producción de mercancía y consecuente aumento de rentabilidad.
Su participación en la segunda guerra mundial fue la mejor inversión de la burguesía norteamericana, que vio colocada sus mercancías y expandir su economía, así como, su influencia política y militar a nivel mundial. El resultado de la segunda guerra mundial dejó a los imperios Inglés, francés y Alemán debilitados frente a una Norteamérica con una economía intacta y en plena expansión. Esta situación permitió imponer un esquema que se caracterizó por el otorgamiento de créditos a Europa dirigidos a su reconstrucción, que tenían como fin último la compra de mercancías norteamericanas. Estados Unidos mantenía así su nivel de crecimiento económico con la venta de mercancías a Europa. Sin embargo, la balanza comercial favorable a Norteamérica rápidamente cambio a favor de Europa; y la razón era lo barato de la mano de obra de esta última. La solución a este problema de balanza comercial resultó en la imposición de un sistema financiero internacional basado en el dólar norteamericano, el idioma inglés y cuyo centro financiero estaba en Estados Unidos. Esta imposición fue el resultado del poderío nuclear Norteamericano, la fortaleza de su sistema financiero y el papel beligerante que este tenía frente a la lucha con los soviéticos, en el marco de la guerra fría.
A estos avances imperiales se sumó, la lucha de las transnacionales petroleras por la obtención de mayor rentabilidad. Después de financiar por más de 20 años a la burguesía industrial y Financiera de Estados Unidos y Europa las transnacionales petroleras propiciaron los procesos de nacionalización de la industria petrolera a nivel mundial con fin de mejorar su rentabilidad a costa de los aumentos de los precios del petróleo que resultaran de la lucha entre países productores de petróleo y consumidores.
Los altos precios del petróleo, la fuerte competencia de mercancía proveniente de Europa y Japón en el mercado norteamericano, el alto costo del aparato militar de los Estados Unidos y la apertura económica de china (y el lejano oriente) con su mano de obra semi esclava, permitieron un cambio en el esquema de desarrollo norteamericano que resultó en la fuga de sus capitales hacia el oasis de la rentabilidad. El esquema de desarrollo se basó en la explotación de la renta mundial a través de su centro de transacciones financieras internacionales, su mercado de cambio mundial de mercancías y la explotación de la riqueza y mano de obra productiva del mundo mediante sus transnacionales.
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