El partido del gobierno, una agrupación repleta de franquistas, de fascistas, de ultraderechistas en todos los estamentos políticos y judiciales; dueño prácticamente de todos los medios de comunicación, dueño de prácticamente de todo el dinero del país, autores muchos de sus miembros de grandísimas estafas, de evasión de capitales y de fraudes fiscales, de cuantiosos despilfarros del dinero público; todo lo que ha llevado a este país a su ruina virtual con la complicidad más o menos voluntaria del partido socialdemócrata, ex partido socialista y futuro partido conservador…
El partido ahora en el gobierno ha destituido a lo más granado de la inspección anticorrupción para poner en su lugar a una imputada en casos clamorosos de otra trama financiera. El partido en el gobierno ha propiciado la absolución de un ex presidente de Autonomía que ha colaborado con la trama Gürtel, con el yerno del rey y con todos los expolios habidos en la comunidad valenciana. Los jueces de su misma laya han condenado a un juez que estaba al lado de la ley y se proponía cumplirla, y que instruyó los primeros pasos de esa misma trama. El partido del gobierno se dispone a preparar las cosas para que todos aquellos que tienen que ver con la susodicha trama acaben siendo favorecidos por la total impunidad. El partido en el gobierno acusa a sindicatos y al propio partido saliente de provocar la indignación general de la clase trabajadora y de la clase estudiantil que lleva camino de enlazar con lo que está ocurriendo en Grecia. El partido en el gobierno se propone revisar lo sucedido el 11M que le hizo perder las elecciones del año 2004. El partido en el gobierno, con sus maniobras, con sus confabulaciones, con sus trapisondas y con sus mentiras está llevando a este país no sólo a la quiebra en que ya está, sino a la debacle de un panorama pavoroso. Argentina ya ha dado cuenta, con la visita del juez defenestrado, de la inmensa mentira que hay en este país al llamarse democracia.
El partido del gobierno está decidido a copar todo el poder sin dejar el menor resquicio a quienes no colaboran de alguna manera con él, y no se someten a su sodomía. Su actitud es la más parecida a lo hecho por los partidos fascistas, nazi y estalinistas del pasado. Y su proceder lo más parecido a las maniobras para el golpe de Estado de los fascistas del año 36. Ahora no necesitan darlo, pues el golpe de Estado es un hecho institucional por vías imaginadamente democráticas.