UNA VEZ MÁS los parlamentarios hacen noticia –y de la mala- provocando la agudización de la crisis que asfixia a la política criolla. Es de tal nivel el problema, que se ha producido incluso un severo disenso entre los integrantes de ambas Cámaras, al grado de que algunos diputados tildaran de “mentiroso” al ex senador Sergio Páez, encargado de una especie de comisión (o algo similar) que se preocupa de estudiar y/o proponer (al senado) las ‘asignaciones’ que gatillaron no sólo las discrepancias entre los ‘honorables’ sino, más importante aún, despertaron la ira de miles de ciudadanos a lo largo del país. Tiene que haberles quedado muy claro a los senadores que, para la gente, dos millones de pesos al mes no es “una bagatela” ni poca cosa…por mucho que, meses atrás, Ximenita Ossandón tildara a un sueldo con guarismos similares como “reguleque”.
Los integrantes del mundillo de la política suponen que el 95% de la población chilena llega solamente hasta la tabla del cinco en multiplicaciones, y que ese mismo porcentaje se nutre de información solamente a través de una caja llamada televisor, por lo que las castas familisteriales del ejecutivo y del legislativo se aventuran sin timidez ni pudor en procurarse el mejor estándar de vida vivir que es posible encontrar en el nivel más alto de la especie humana, lo cual, por cierto, no tendría nada de repudiable, a no ser, claro, que ese mismo estándar se obtenga mediante la expoliación, la mentira, las corruptelas y el incumplimiento de sus responsabilidades.
Los senadores, máximo cargo en el Poder Legislativo- obtienen un suculento monto de dinero mensualmente a través de dieta y menudencias varias, tal como se aprecia en las siguientes líneas:
a) Dieta parlamentaria bruta: $ 7.805.421.
b) ‘Bono’ o ‘aporte’ para traslados: $1.414.358
c) Para asesorías externas: $2.700.000
d) Para oficinas labor parlamentaria: $6.639.955
e) Gastos menores y apoyos organiz.sociales: $ 400.000
f) Para teléfono celular: $ 272.223
g) Además de 4 pasajes aéreos mensuales, de libre uso; y 6 pasajes anuales (extras) en viajes nacionales.
¡Y los muy frescos determinaron por sí y ante sí aumentar el volumen anterior en dos millones de pesos al mes para cubrir, según ellos, ciertas ‘asignaciones’, así que sigamos sumando, sigamos sumando! Es sano y oportuno que los lectores conozcan también otra preocupante arista de este mismo asunto con el cual los ‘honorables’ completan el grito de la frescura. El gasto anual que el país debe dispensar a senadores y diputados para satisfacerles dietas y asignaciones, equivale a un día de ganancias de las empresas mineras transnacionales cupríferas, vale decir, US$83.000.000 (ochenta y tres millones de dólares). Así de claro.
Que la política es una de las actividades más rentables en el mundo laboral, no hay discusión, aunque sí es discutible que esa actividad ocupe algún lugar en el mundo del trabajo. Por ello se entiende entonces que exista tan ardua lucha para escalar la pirámide al interior de los partidos políticos, ya que es en la cúspide donde se encuentra la piñata mayor, aquella que incluye asientos en el Congreso, subsecretarías varias, intendencias, embajadas y otras delicatessen que suenan a manjar. Para llegar al premio mayor los postulantes no trepidan siquiera en contradecir sus raíces, su historia personal y sus promesas públicas, llegando algunos de ellos al extremo de traicionar incluso a quienes alguna vez les ayudaron a salvar el pellejo.
Es el caso de aquellos parlamentarios y ex parlamentarios que no vacilan en abandonar las banderas, historia e ideología del viejo bloque socialista que tanto luchó -desde la formación del FRAP en 1956- por darle a Chile un gobierno de amplia base de izquierda en beneficio de un proyecto político que privilegie a las mayorías nacionales. Esos individuos han optado finalmente por bajar la cerviz ante tiendas partidistas de derecha que entregan total apoyo a las invasiones estadounidenses en el mundo, así como también a las derechas colonizadas y cipayas de la región, a la presencia en nuestro territorio de transnacionales depredadoras de recursos naturales no renovables (cobre, plata, oro, molibdeno, platino), que robos mediante (concentrados no fiscalizados) casi no pagan impuestos gracias a las Leyes ideadas por José Piñera en plena dictadura, y ampliadas hasta el desiderátum en los gobiernos de Aylwin y Lagos fundamentalmente.
Lo anterior es el costo que la derecha ultraneoliberal exige a aquellos ‘izquierdistas’ que trinan por unirse al club de los aceitosos, ya sea en sociedad comanditaria con los megaempresarios o encaramándose en la cúspide de un partido…o agenciándose un sillón en el Congreso, donde lo “reguleque” de los emolumentos no resulta despreciadable para nadie.
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