Bankia y el Corte Inglés

No es que Bankia necesite 20 mil millones, es que con esa cantidad de dinero público, que por cierto no sé de dónde va a salir, sale o ha salido, este gobierno está fundando otro banco que no existía. Mejor dicho, se levanta sobre las cenizas de la quiebra total del anterior, CajaMadrid, desvalijada a conciencia, para acabar en poco tiempo en manos privadas...

Y es que al conocimiento de las cosas no sólo se llega por la información, casi por sistema prefabricada, deformada, interesada y sesgada. El conocimiento de la naturaleza de las cosas (de rerum natura que decían los áticos) está casi casi al alcance de cualquiera. Basta saber que todo se repite en la historia y que todas las tramas son iguales; que sus variantes se parecen entre sí como una gota de agua a otra. Esto en cuanto a lo social a secas. Pero mucho más fácil es entenderlo cuando se trata de economía política, pues todo acaba siendo un asunto de debe y haber aunque la estratagema del "progreso" lo rodee de tecnicismos sin cuento. Cuando un banco virtualmente público quiebra es porque o sus dueños han regalado de hecho el capital público a los amigos y correligionarios o se han ido apropiando del dinero o por ambas cosas a la vez...

Bien. En cuanto a El Corte Inglés, me sospecho que su naturaleza está mucho más cerca del banco que propiamente del comercio. Pese a los aspectos diversos que tienen las cosas -otra vez las cosas y su naturaleza- todo es reductible a unas pocas fórmulas. Si la segunda ley de la termodinámica es que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, en materia económica es que todo es un estadillo de ingresos y gastos. Llevo muchos años (no mucho después de que El Corte Inglés se cargó a Galerías Preciados) observando, a distintas horas del día y todos los días de la semana, las distintas secciones y plantas de los edificios más contranaturales que puedan existir; todos dependientes de la luz artificial cuando más necesario sería prescindir de ella, y juro ante el altar del dios dinero que nunca me han salido las cuentas. Miles de empleados de todas clases, cientos de agentes de seguridad en cada esquina, turnos, vacaciones, etc, y un tropel de curiosos y curiosas que empequeñece al de los compradores en la planta baja, pero un dramático vacío o semivacío persistente en sus restantes seis o siete plantas a todas horas...

Es indemostrable, pero llega uno a una edad en que, como antes decía, sabe uno más por la reiteración de los fenómenos sociales que por la información de los expertos. Acaba uno siendo el más facilón experto, porque las hecatombes, los derrumbamientos, los cracks y la ruina de las personas, las empresas y las sociedades casi nunca están anunciadas: se contienen a veces durante mucho tiempo, pero un buen día se presentan de golpe y en silencio. Si El Corte Inglés, la joya de la corona del comercio carpetovetónico, se viene abajo, me temo que será peor que la quiebra del Banco de España.

Esta es la historia en 3 entregas correspondientes a las 3 décadas dominadas por el mercado-capitalista financiero, en un país donde es muy fácil adivinar la realidad económica, y natural ser un agorero; donde los expertos y especialistas de toda suerte son, como el cornudo, los últimos en enterarse de lo que se les avecina. Y téngase en cuenta que las cosas desmesuradas siempre se destruyen por dentro. Este texto está dirigio sólo a navegantes…

richart.jaime@gmail.com


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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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