De
la misma manera que todo lo que no está en el proceso judicial no
existe y lo que no divulgan los medios carece de interés, resulta
curioso y sorprendente que en el país de la Libertad sólo haya dos modos
de pensar político. Lo que, por otra parte, equivale a sólo dos modos
de pensar acerca de cualquier asunto... En España ha venido sucediendo
aproximadamente lo mismo. El bipartidismo hace estragos. Apenas hay algo
en otra materia de pensamiento que no sea el político y ello bloquea la
irrupción de intelectuales de altura, o bien estos se ocultan por la
misma razón que lo excelente se retira ante la zafiedad. Los únicos que
pasan por serlo, sólo escriben y hablan, precisamente… de política.
El efecto en Estados Unidos Unidos de ese modo monocorde de vivir
es que no hay nada neutro, ni gris, ni claroscuro; ni en la esfera
política ni en la vida común influida poderosamente por la política. El
"estás conmigo o contra mí" es el principio rector de las conciencias.
Por eso sólo hay "demócratas" y "republicanos": un modo como otro
cualquiera de diferenciar se en una política que es más o menos la misma
en el interior, y exactamente la misma en el exterior...
Al final, de esa relativa mezcla lo que nace es el pensamiento
único que en España entronca con el pensamiento nacional, centralista y
catolicista adobado con unas gotas del laicismo aportado por
voluntariosos. Sin embargo, cifras de población española cada día más
significativas se resisten a esta dualidad, pues aunque los
conservadores falsos (franquistas y fascistas) y los socialistas falsos
(conservadores modernos) son mayoría en ese repulsivo bipartidismo, poco
a poco cada vez hay más ciudadanos que entran en razón y, o no
participan de la farsa y no votan, o se van distanciando de los dos
partidos mayoritarios en la medida que despiertan a otro modo de pensar
que les aparté de una rutina política catastrófica: federalismo o
independencia, por ejemplo.
El actual pensamiento-sentimiento independentista de Catalunya y
Euzkadi proviene del alejamiento del núcleo de las células monarquía,
Iglesia y poder central. Porque las sociedades maduras no precisan de
tutores, y menos cuando los tutores son siempre los mismos tahúres,
autoritarios y opresores con distinta apariencia a lo largo de los
siglos. Los pueblos de ambos territorios siempre han pensado que no
tienen por qué esperar la gracia ni la concesión del Estado central,
fuera éste un monarca absolutista, un dictador o ahora nominalmente
demócratas burgueses. Y así es como Catalunya reafirma en la actual
coyuntura por ello su derecho a gobernarse por sí mismo y a tener un
Estado propio. Al fin y al cabo, "un pueblo se convierte en nación
cuando la conciencia de vivir juntos se convierte en voluntad política"
(Jellinek). Y si esa voluntad emerge ahora de manera impetuosa es porque
el Estado que le retiene a la fuerza está muy debilitado tanto por la
corrupción interna como por su impotencia ejecutiva. Es lo que hace un
bando en la guerra cuando el ejército enemigo muestra un flanco débil.
Esto explica el por qué políticos profesionales que no figuraban en la
nómina del independentismo surjan de repente. Era predecible. Y más aún
cuando habiendo podido el Estado contentar a la Catalunya que se dotó de
un Estatuto propio, se lo arrebató.
Si tanto Catalunya como Euzkadi consiguen ser estados libres, el
viejo espíritu conquistador y centralista de la España preponderante
tendrá que afrontar el futuro solo; desvinculados de él una población
que alcanza un cuarto del total de la España actgual. Y así será como el
carácter altanero, imponente y cerrado de los dominadores seculares
mostrarán su verdadera cara; esto es, la inclinación a la picaresca, a
la mentira, a la trampa, al engaño y al fraude, pero también el gusto
por la fiesta de los toros, por el maltrato animal, por el ruido y por
la superchería religiosa prevalecerán en la identidad de la españolidad,
pero sin que a esos dos pueblos que nada tuvieron nunca en común con
ella (salvo los poseedores cuya única bandera es el dinero) aquellos
rasgos les salpiquen...
Por último.
1.- El argumento del derecho a la
autodeterminación de los pueblos es otro más de los derechos
individuales y sociales (libertad de ezpresión, libertad de circulación,
etc) reconocidos por la ONU y por la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
2.- Las eventuales desventajas de la emancipación siempre palidecerán
ante el entusiasmo que ponen los supervivientes por reconstruír su país,
recién terminada una guerra...
richart.jaime@gmail.com