Existe suficiente experiencia práctica, materiales teóricos, propuestas, debates y logros por el deber de los pueblos a la rebeldía en defensa de sus derechos humanos, políticos, civiles y en la lucha por la concreción de sus intereses; es decir, en la verdadera lucha democrática por ser estos los intereses de la mayoría.

Lo que está sucediendo por estos días en Gaza es realmente doloroso como nos duele cualquier agresión a los pueblos sin distingos religiosos, de raza o cualquier otro; la muerte de nuestros hermanos palestinos en Gaza, en lo que sin lugar a dudas es una agresión permanente y sostenida contra ese pueblo por parte de un Estado militarista como el de Israel, duele como el genocidio aplicado por los europeos contra nuestros pueblos originarios durante al menos 300 años, como duele el genocidio del fascismo hitleriano contra los judíos y comunistas, como duelen las masacres que la oligarquía colombiana ha aplicado sobre el pueblo colombiano, como duelen los muertos españoles en la guerra civil, como duelen los muertos del pueblo iraquí o los de las torres gemelas, como duelen los muertos de nuestro propio pueblo durante los años de agresión del gobierno puntofijista contra la izquierda venezolana y las víctimas de ese flagelo social actual que es la inseguridad; en fin, como duelen las víctimas inocentes del pueblo humano, que es uno solo, cuando se ve sometido a una lógica asesina que surge de la dinámica imperialista y colonialista como expresión del modelo depredador que es el modo de producción capitalista o de cualquier otro que se sustenta en la existencia de clases sociales.

Ninguna tragedia humana puede ser “no dolorosa”, el sistema y sus aparatos de propaganda han pretendido, con relativo éxito hasta ahora, transformar la agresión permanente del Estado de Israel contra el pueblo palestino en un problema religioso ocultando la gran realidad: que se trata de un problema territorial; es decir, el acorralamiento y exterminio de un pueblo para irse quedando cada vez con mayor territorio suyo, por eso es que son muy justos y sensatos los llamados a no hablar de judíos para nombrar a los responsables de esta nueva masacre (y de las viejas): el Estado de Israel y el militarismo imperialista mundial, como tampoco este caso puede resumirse en un problema de raza al reducir al absurdo “antisemitismo” a todo aquel que rechace las agresiones a los palestinos que además son semitas.

Dentro de todo esto horror en Gaza, que los comunistas rechazamos y denunciamos como lo hace gran parte de la humanidad consciente, ha habido gestos que por momentos nos hacen olvidar la impotencia que sentimos y la misma se transforma en esperanza al ver a ciudadanos israelitas marchando, denunciado y movilizándose contra esta agresión del gobierno y Estado de su país a Palestina y solidarizándose con sus hermanos, son expresiones de humanismo que se han dado incluso en muchos centros religiosos judíos de varias partes del mundo.

El pueblo palestino tiene derecho a la rebeldía contra la agresión sistemática que le aplica el Estado de Israel, el pueblo palestino tiene derecho a existir.

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Hablando de esa rebeldía de los pueblos, que tiene como condición infaltable el disentimiento, sería muy provechoso para el liderazgo del Presidente Chávez, cuyo gobierno adelanta una buena y justa política internacional, con algunas observaciones que hacemos como el caso de Julián Conrado, que a lo interno fuese el propio líder el que reivindicara al pueblo revolucionario que ha marcado diferencias, con todo derecho, con candidaturas propuestas por el PSUV en algunas regiones, ese pueblo no es el enemigo de Chávez ni del proceso sino todo lo contrario.

Urge también que indistintamente de nuestra posición militante, sin que esto signifique dejar de defender nuestras concepciones, elevemos el debate dejando solos a quienes propugnan enfrentamientos fratricidas entre hermanos de clase, para esto es urgente que quienes tienen “altas responsabilidades” le pongan freno a la persecución de cualquier tipo.

El autor es: Militante del PCV

edgarml79@gmail.com